En 209 años de nuestro país, nunca vivimos algo semejante

Fiel a mi costumbre y mi profesión, trato de buscar a través de la investigación los motivos que nos han llevado y aun nos llevan, a padecer tantos momentos de incertidumbre y principalmente, descubrir los porqués de tantos sinsabores que han provocado enormes divisiones entre todos/as nuestros/as compatriotas.
Los motivos son varios, pero es necesario afirmar que al no poder sostener un modelo de país que incluyan a todos y todas, es casi imposible el resurgimiento de la nación para sentar bases, con el objetivo de ostentar en el futuro algo que nos de placer y bienestar. Se nota firmemente en estos tiempos con el crecimiento desmedido de la tecnología, tomada insoslayablemente por los medios de información, quienes en definitiva son los que manejan nuestras vidas y nos ponemos casi incondicionalmente a disposición de los caprichos y culturas de ellos. Claro, con estas premisas es indudable que aun teniendo buenas intenciones, si no tomamos en serio lo que producen estos personajes, visiblemente caemos en sus garras y poco nos queda para reflexionar y crecer en libertad.
Digo todo esto, simplemente por tener bien en claro que las sumisiones populares al servicio de los sujetos mercantilistas de la derecha internacional, ha llegado a límites insospechables e inaguantables y de no tomar en serio el tema, el futuro continental tiene muy poco para demostrar, quedando las futuras generaciones sin posibilidades ciertas de sostener los regímenes democráticos, pues es notorio que estamos retrocediendo en el tiempo y paraciera que vivimos hoy en el siglo 18.
Menciono con énfasis el siglo 18, pues a partir de esas etapas fue cambiando el destino del mundo y más notable en estos lugares del mismo, me refiero estrictamente a nuestro continente.
Créame que desde la Revolución de Mayo hasta nuestros días, no habíamos vivenciado algo similar a lo que acontece hoy en nuestro castigado país, incluyendo desde ya las más nefastas etapas de las dictaduras cívico-militares, porque es indudable que los sectores dominantes del poder económico siempre han orquestado los golpes, siendo ejecutados por los uniformados, pero con la supervisión general de los dueños de la tierra. Así ha sido desde las independencias de cada nación latinoamericana hasta el presente, salvo en la pasada década que Sudamérica se puso de pie con gobiernos de neto corte popular como habíamos registrado y vivido en Venezuela, Brasil, Ecuador, Bolivia, Chile, Uruguay, Paraguay o Argentina, a manera de ejmplo concreto.
Hoy, todo eso se ha perdido sensiblemente y nos toca una etapa de resurgimiento de las derechas en toda la región, pero con el agravante de tener que soportar a notables personajes de la patria contratista, formando partidos políticos, consiguiendo el poder a través del voto popular. Algo que en definitiva nos costará mucho doblegar si no concretamos el camino de unidad, pero no para amontonarnos para ganar elecciones, sino para profundizar un modelo de país y continental con ciertas bases perdurables al futuro.
Decía en párrafos anteriores que recorriendo la historia no habíamos registrado algo similar y queda claro que el actual gobierno de Mauricio Macri, sumando al de Jair Bolsonaro en Brasil o las gestiones conservdoras de Ecuador, Colombia, Chile, Paraguay o Perú, sostienen todo lo peor del neoliberalismo, agravado por un severo comportamiento dictatorial, sin tener que recurrir a las fuerzas armadas, pues todo lo tienen abrochado con los medios de comunicación afines al mercantilismo salvaje y los poderes centrales de la justicia. Por ello titulé el presente editorial, sobre la hipocresía macrista; la falsedad de los medios y las cloacas de Comodoro Py.
Los medios de comunicación hegemónicos, literalmente dan asco, mientras que el poder judicial no le va en zaga y si entramos en la reflexión del psicoanálisis, no es casual que haya reflotado aires de cloacas en los Tribunales de Comodoro Py, hace un par de semanas, rebalsando toda la pobredumbre de las cañerías, tal vez para ir en sintonía con los despachos de jueces y fiscales del edificio tribunalicio. Más aún, cuando tenemos que soportar un editorial del conocido periodista de las dictaduras y del conservadorismo nacional, léase Joaquín Morales Solá, quien en el diario La Nación del viernes haya titulado sin ponerse colorado y pidiendo disculpas como corresponde, el siguiente titulo: "Cristina está al frente de la operación contra el fiscal Stornelli". Típica prueba de como se manejan estos sujetos y cuáles son sus objetivos reales, pues como decía anteriormente no se bancan la posibilidad cierta de recuperar la democracia con todas las letras, en caso de que volvamos a tener un gobierno de neto corte popular en el presente año. Prueba elocuente es el invento de nuevos personajes en la política y varios conocidos del pasado que no han dejado nada positivo, que desfilan por las mesas periodísticas de la derecha, con el afán de concientizar a una población que no vuelva al pasado y voten a esos candidatos que no tengan dudas, serán una réplica del macrismo, pero con aires teóricos de demócratas.
Todo esto que les manifiesto significa un severo toque de atención a nuestra población, pues no podemos darnos el gusto de cometer los mismos errores del pasado reciente, ya que de persistir éste modelo salvaje en contra de las clases populares, como lo digo hasta el hartazgo, los caminos de la democracia en la región serán muy cortos y no existe el futuro de bienestar para sus pueblos.
¡Basta de falsedad e hipocresía macrista! ¡Basta de medios de comunicación hegemónicos al servicio de los sectores dominantes! ¡Basta de poderes judiciales corruptos y anticonstitucionales!
No vayamos solamente a Plaza de Mayo o el Congreso, marchemos contra todos estos sectores antidemocráticos, golpeando las puertas de los diarios, canales de televisión adictos a la mentira y tribunales antipueblos, todos los días de nuestras vidas hasta que se vayan, de lo contrario las secuelas que dejarán para nuestras generaciones venideras serán irreversibles.
¡Hasta la victoria siempre!