Generando cambio

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Sobre adoctrinamientos de los Medios PDF Imprimir Correo
Escrito por Gerardo Bova   
Domingo, 24 de Julio de 2011 00:00

 PARECIERA QUE NOS GUSTA QUE NOS MIENTAN

Este tema de las mentiras cotidianas que vemos y analizamos, ante lo elaborado por distintos medios no afines al gobierno, en alguna medida nos harta y nos encantaría tener que ocupar nuestros espacios en productos más satisfactorios, pero infaustamente, consideramos que es sumamente importante aclarar algunos puntos, principalmente, para que la sociedad no tenga que consumir solamente la forma de encarar las noticias que soportan esos medios.
Se critica mucho la actitud del gobierno por usar criterios agresivos, no solo para la campaña electoral, se le carga la responsabilidad al ejecutivo de utilizar esos métodos durante toda su administración, algo que está para la discusión, el debate y el análisis completo, como para saber donde estamos ubicados.

La modernización de las palabras “ninguneo”, “crispación”, como ejemplos concretos, simplemente son expresiones que esos mismos medios las sitúan de moda, pero como seguidamente utilizo ese slogan de psiquiatría “Cuando Juan habla de Pedro, habla más de Juan que de Pedro”, queda claro que los que están emplazados en esa tendencia son los mismos que citan a la otra parte con esas actitudes.
Basta con mencionar las disputas cotidianas que tienen con los programas “6, 7,8” o TVR y Duro de Domar, todos producidos por la misma firma, fundamentalmente el que se emite por el Canal  Público, aduciendo que tienen bajo rating, quedando desprotegidas e invalidadas esas apreciaciones, ya que si es verdad que carecen de afluencia pública, sería innecesario hacerse tanto problema. Lo que sí queda claro, es la falta de interés en debatir de parte de los sectores corporativos y opositores políticos, cuando estos programas mencionan con su archivo “demoledor” como los titulan  habitualmente, sobre todas las actuaciones de estos que a pesar de lo documentado, reniegan e invocan que son inventos de las producciones de dichos programas.
Deseo que estos personajes que ocupan páginas y espacios televisivos y radiales con tanta intensidad y depravación, se ocupen de pedir disculpas por tantos inventos y agresiones desmedidas, por el solo hecho de confundir a la opinión pública.
Intento encontrar alguna información que me indique que se han equivocado en el manejo de la noticia, sea por omisión o deliberado, con relación a los contenidos de las causas abiertas contra Mauricio Macri; mencionar con criterio lo que sucede con los hijos apropiados de Ernestina de Noble; el tema humillante sobre Papel Prensa y en estos momentos, teniendo en cuenta las elecciones porteñas, las acusaciones falsas contra Filmus, tanto por los afiches tendenciosos que lo vinculaban con Schoklender, como la falsa afirmación de que el padre de Daniel es arquitecto y tiene vinculación directa con uno de los hermanos que estaba dentro de la Fundación de las Madres.
Ni una sola línea pudimos observar sobre el último tema y por la necesaria salud mental de los electores, que merecen consumir noticias ciertas en vísperas del ballotage, considero una obligación de parte de estos sectores de rectificarse y asumir la responsabilidad que les toque para aclarar debidamente la situación.
Todo esto que sucede en nuestro país con relación a la información, no es nada inédito y se aplica en todo el mundo, solo basta recordar lo sucedido hace días en Gran Bretaña, para darnos cuenta de las actitudes que emplean los medios para defenestrar o resurgir los intereses que se identifican con sus objetivos básicos.
Pero me parece que ya comenzado desde hace algunos años el tercer milenio y con la tecnología que hoy por suerte disfrutamos, es hora que estos medios que desean seguir “manoseando” nuestras vidas, se den cuenta que están quedando fuera de foco y día a día irán perdiendo no solo la credibilidad necesaria, también perderán aquel supuesto prestigio que habían acreditado con los años.
Lo preocupante, al menos para quien escribe esta columna, es la falta de compromiso y tal vez de inteligencia de gran parte de nuestra sociedad que se satisface o se conforma con la noticia recibida, sin el interés de cotejar para encontrar al menos, un camino cercano a la verdad. Si bien la verdad absoluta no la avista nadie, uno al carear tiene la posibilidad de estar más cerca de la realidad, que en definitiva es otra cosa y más plausible.
Alguna vez les manifesté que en Argentina, independientemente de las fechas patrias, hubo tres fundaciones que marcaron etapas concretas en la información y las comunidades que consumían las noticias, quedaban supeditas abiertamente a las posturas que marcaban los medios periodísticos.
No en vano Mariano Moreno creó el primer periódico para tener informado al pueblo en etapas de liberación y para que dicha sociedad tenga un panorama cierto de los objetivos de la revolución.
Este diario posibilitó la formación de un pueblo para que tenga bien presente la importancia de las olas libertarias que ostentaban el mismo Moreno, Belgrano y Castelli, como para citar a los más criteriosos de la ola revolucionaria, pero también en 1860 con la innecesaria y maliciosa guerra de la Triple Alianza, comandada por el “Generalísimo” Bartolomé Mitre por orden de Inglaterra, siendo el gallardete principal para que en 20 años se invadiera y se esgrimiera el genocidio como principal actitud para quedarse con las tierras patagónicas, aparece el Diario La Nación con el único propósito de adoctrinar a la sociedad más pudiente, con las nuevas “ondas” del conservadorismo e iniciar el camino de la desigualdad entre los pobladores.
Esto no fue en vano para esos sectores y consiguieron formar a gran parte de una sociedad con inclinaciones reaccionarias, profundizando ese plan 85 años más tarde, con la aparición del diario de Roberto Noble, aquel “Mussolinista” que había sido creado por ciertos sectores del militarismo conservador y fascista (Agustín.P.Justo) para que llegue a la Vicepresidencia de la Cámara de Diputados, mediante fraude, proscripciones y la negativa del radicalismo yrigoyenista en participar de semejante atropello.
Todos sabemos hoy que ese diario se denominó con el nombre de Clarín y hasta nuestros días se encargó de “manipular” a la clase media con informaciones alejadas de la realidad, consiguiendo de esta manera como dijera oportunamente Mariano Grondona, manejar la agenda del día, junto a su cómplice La Nación,  en el robo y apropiación  de Papel Prensa y en la difusión de noticias que perjudican seriamente al Estado en todas las épocas que los tocó intervenir, con notable presencia en los golpes de Estado en los últimos 60 años en Argentina.
Parecería  con estos datos que a los argentinos en su conjunto nos gusta que nos mientan y precisamente, cuando desde las áreas educativas se tiene la idea de encauzar nuevas propuestas como la de permitir el debate entre los niños y jóvenes para revisar nuestra historia y aplicar esos Talleres Parlamentarios que fueron creados por quien escribe esta nota, los medios aludidos actúan igual que Monseñor Aguer de La Plata, que aducen que les estamos “lavando el cerebro” para convencerlos de nuestra doctrina, y si elaboramos bien esa idea y analizamos los contenidos, tendremos como respuesta que los que desean “lavar el cerebro” y adoctrinar son precisamente ellos.
Es hora que los argentinos despertemos y cuando Fito Páez dice lo que dijo, no es necesario enojarse, sino reflexionar y darnos cuenta que las palabras del compositor y cantante son expresiones de repudio a todo lo que venimos consumiendo desde 1860, por ello les pido humildemente que hagamos esa introversión necesaria y seguramente nuestro horizonte estará mucho más claro.

 

 


 


 

Última actualización en Sábado, 23 de Julio de 2011 19:32
 
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