Libro de autoría de Osvaldo Lanari y Gerardo Bova

Título de de ésta obra, para tenerlo bien presente en estos días

¡No podemos soportar más atropellos en nuestro bendito país!

Hace unos 14 años junto a mi amigo y hermano de la vida y la militancia política, Osvaldo Lanari, lanzamos un libro que hablaba de "Las Crías" que nos fueron cambiando la vida de los argentinos a través de los tiempos, algo que está sintetizado en la tapa de dicha obra como lo certifica la foto que acompaña a ésta nota editorial. El título completo del libro afirmaba estos conceptos, de acuerdo a lo que manifiesta el párrafo principal del editorial del día. Claro,si analizamos los últimos años de nuestra bastardeada Argentina, nos daremos cuenta que los contenidos del libro están identificados plenamente con todo lo sucedido en estas tres últimas décadas, pero, para ello hay que tener muy presente la negación que existe de una gran parte de nuestra sociedad, pues, hasta nuestros días ése sector negador del acontecer nacional, siempre le carga las responsabilidades a los gobiernos populares y salen en defensa de un neoliberalismo, que sustentado por los medios hegemónicos de la información, siempre van a tener vigencia, si no nos ponemos la "pilcha de ciudadanos" como lo marca asiduamente el gran Víctor Hugo Morales, y desde éste espacio lo hacemos, recordando para mantener la memoria activa.
Voy a recorrer los últimos años de nuestra historia política-económica-social y cultural y lo que sucede en estos días, para que cada uno/a de ustedes pueda sacar sus debidas conclusiones del acontecer nacional.
Una vez más, como no podía ser de otra manera, los medios de comunicación tienen el poder sustancial para manejar la vida de los pueblos que intentan vivir en libertad, y a través de los contenidos que vierten en dichas emisoras radiales, televisivas y gráficas, nos proponen todo tipo de mentiras que producen incertidumbre y en alguna medida, convencimiento a gran parte del pueblo argentino. Algo que no sucede sólamente en nuestro país, acontece también en toda la región, pues es el nuevo mecanismo que utilizan dichos medios para confundir y poder "gobernar" los destinos de los pueblos en todo el continente. Fíjese en un detalle más que importante, ya que ante la aceptable presentación del nuevo plan de gobierno en Argentina, de parte de Alberto Fernández, intentan desestabilizar los contenidos, tratando de hacernos creer que los mercados no están satisfechos con las medidas adoptadas y lo que es peor aun, la cantidad de mentiras que han largado en las redes sociales, precisando detalladamente la vuelta al ruedo de la causa Alberto Nisman, algo que a esta altura de los acontecimientos y, con el apoyo inesperado de Netflix, se va aclarando más de lo presumido. Sin embargo, algunos colegas serviles al poder central del mundo, léase Estados Unidos, me refiero estrictamente a los periodistas Alfredo Leuco y su hijo; Jorge Lanata, Marcelo Longobardi, Nelson Castro, los "intratables" de América, Pablo Vilouta y compañia, enfin, un sinnúmero de presuntos profesionales que defienden la libertad de expresión, pero en la práctica, accionan o ejecutan todo lo contrario de las marcas éticas de esta hermosa y digna profesión que sustentamos.
Todo lo cuestionan, no les alcanza con la crítica a la situación económica, algo heredado del gobierno anterior, aunque lo omiten olímpicamente, pues ahora atacan nuevamente con la justicia, tratando de justificar una supuesta ingerencia del presiente Alberto Fernández en la materia y además, abrieron un despiadado ataque contra Cristina Caamaño por la intervención concreta contra la AFI, organismo que atenta literalmente contra la libertad de los habitantes en nuestro país, lejos de la actividad profesional prefijada para tal rubro.
En el análisis que hicimos con Osvaldo Lanari en la obra de referencia, destacamos aquellos personajes de todos los tiempos que siempre han sido serviles a los sectores corporativos y, lo hemos calificado como "Las Crías", pues se reproducen con notable facilidad y aun en nuestros días, van acrecentándose de una manera peligrosa para los destinos de cualquier sociedad que desea vivir en libertad. Nombrarlos a cada uno/a de ellos/as, sería imposible porque lisa y llanamente no alcanzaría el espacio, sin embargo, no es descabellado que en estos tiempos actuales, cada uno/as de nosotros/as, tenga en cuenta quienes son estos personajes y a quienes representan. A manera de ejemplo concreto, tenemos un plantel que se viene moviendo con cierta facilidad e impunidad, a sabiendas que jamás serán cuestionados en nada y además, algo muy perjudicial por cierto, cuentan con el apoyo irrestricto de esos medios de comunicación que cada día les vengo mencionando, únicos ganadores y poderosos de todos los negociados que se presentan en una nación, algo que por supuesto, no solo nos sucede a los argentinos, pues en países hermanos y vecinos como Chile, Ecuador, Bolivia, Perú, Brasil, Colombia o Paraguay, ocurre sin tapujos con los medios hegemónicos de la información, consustanciados con los poderes pólíticos y judiciales en cada ámbito distrital.
Ahí tenemos en nuestros días, a Elisa Carrió, Patricia Bullrich, Fernando Iglesias, Laura Alonso, Claudio Bonadío, Carlos Stornelli, Germán Moldes, los periodistas nombrados en párrafos anteriores y una enorme lista de personajes que cotidianamente visitan los programas radiales y televisivos, sumado a las páginas de diarios y por supuesto, la Embajada de los Estados Unidos, sitio priviligiados por ellos/as, teniendo en cuenta que deben recibir instrucciones para actuar en contra de los intereses de la patria.
Llegó la hora crucial de decir basta a todos estos atropellos y accionar en favor de nuestros intereses, pues el avance y el acecho de estas crías, no lo dude, pueden poner en grave peligro la vida democrática de nuestro país y de todo el continente, por lo tanto, la hora de la unión de los pueblos tiene que llegar, como en aquellos tiempos de aire fresco de comienzos del siglo 19, cuando nos liberamos del imperialismo europeo, logrando nada más, ni nada menos, que la independencia de todos los países del continente, en tan solo 20 años de vida política, social y cultural de nuestras comunidades. ¡Hoy más que nunca...revivamos el Hasta la Victoria Final!