¡QUE BIEN! "6,7,8" Y EL PODER PARA GANAR ELECCIONES

Hay cosas que no dejan de sorprender en esta Argentina que nos toca vivir, y cuando queremos analizar los “porqués” de las argumentaciones que presentan algunos personajes cuando le efectúan alguna nota periodística, sinceramente no le encontramos, no solo sentido, además nos parece que estos sujetos viven en una “nube de fantasía”, muy alejado de una realidad palpable y con un gran contenido de ingenuidad en sus pensamientos. Ayudada en ciertos momentos de contradicciones que los dejan mal parados frente a cualquier platea o a toda la opinión pública. Los programas periodísticos televisivos y radiales, incluidos los de “chismes” de la farándula, que también dedican importantes espacios a las recientes elecciones primarias, les han realizado notas a distintas figuras del quehacer nacional en todos los rubros imaginables. Y de esas notas rescato dos que recientemente le efectuaron a Chiche Gelblung y al ex ministro de economía Martín Lousteau y ambos cometieron la infantilidad de “culpar” al programa del Canal Público “6,7,8” de haber provocado el éxito de Cristina en las recientes contiendas electorales.
Resulta infantil pensar eso y marca una contradicción tan visible, que ya nos parece una tira cómica, pero que ni siquiera hace sonreír a los niños. Por un lado dicen que “6,7,8” tiene un rating de 2 puntos, o sea que apenas lo ven 200 mil televisores en el país, y por otro dicen que tiene tanta popularidad y poder de convencimiento para otorgarle más de 10 millones de votos a la actual presidenta. Sinceramente, las apreciaciones de estas figuras, armonizan con las opiniones de aquellos que argumentan que ciertos programas de la televisión dejan mucho que desear en varios aspectos y los contenidos que nos ofrecen, son tan precarios que es imposible culturalizar a una sociedad con tan poca imaginación y talento.
Si recordamos al ex presidente Fernando De la Rua, cuando afirmaba que Marcelo Tinelli era uno de los responsables del fracaso en su gobierno, por toda la publicidad y “cargadas” que le hacían, y la comparamos con estas afirmaciones de Gelblung y Lousteau, evidentemente hay una tremenda carencia de capacidad profesional y además, deja en claro la verdadera  cultura de la negación para aceptar la realidad, que es innegable les está pasando por encima.
Cuesta creer que no puedan consumar una lectura concreta, como lo hicieran precisamente, algunos periodistas del Diario Clarín, ya conocido como un adversario directo del gobierno, sobre todo en estos últimos años. Tanto Julio Blanck como Van der Kooy, han reconocido en sus programas, como en el segmento escrito, que el pueblo había comprendido todo lo que ejecutara el gobierno y que esas políticas públicas empleadas, le habían concedido a la población un mejor estándar de vida. O sea, están reconociendo, creo con absoluta seriedad y convicción, que si un 50% de la sociedad avalaba la gestión de gobierno con su voto, los que tendrían que hacer un replanteo más efectivo y creíble son los opositores, que no encuentran el camino real para achicar las diferencias, simplemente, por no tener ideas, ni habilidades naturales para introducir creatividades positivas, específicamente, no tienen el talento natural, además de estar sumergidos en la mentira y la negación, algo destructivo e ineficaz en la política.
Más grave considero que han sido las palabras vertidas por Hugo Biolcatti, que no solo subestima a la presidenta y al electorado en su conjunto, además recrudecen sus conceptos fascistas y deja en claro que han sido a través de la historia, fervientes admiradores y cómplices ejecutantes de los golpes de estado en Argentina.
Mejor así, ya vamos comprendiendo, sobre todo aquellos que todavía llevaban una venda en los ojos, cuáles son los caminos que debemos seguir para consolidar nuestra democracia y quienes son los verdaderos enemigos de la nación. Las respuestas en las urnas el próximo 23 de octubre, serán indudablemente aún mayores que la del 14 de agosto y afirmaremos nuestro modelo con mayor energía y propuestas al futuro.