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Escrito por Gerardo Bova
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Martes, 30 de Agosto de 2011 05:04 |
 LA RESPONSABILIDAD DE MEXICO EN LA SUMISIÓN
A fines del siglo XVIII, el significado de los cambios producidos en Francia a través de la post-revolución y la apertura de un sistema de vida distinta, causaron como efecto dominó una cierta admiración en el resto del mundo, sobre todo en esta parte del universo. En la vieja Europa aparecieron los románticos rusos, quienes en cierta medida, eran los que estaban más entusiasmados con los cambios que se estaban vivenciando. Los rusos trataron de incorporar ese aprendizaje como modelo a un futuro alternativo en su región, para enfrentar activamente el poder de los zares
No podía ser ajena a estos acontecimientos la región americana; muchos representantes de países en nuestro continente comenzaron a interiorizarse en esa revolución ganadora para introducir esos cambios positivos en las políticas revolucionarias de liberación en toda Latinoamérica.
Tal vez, los libertadores Bolívar, San Martín y O’higgins, entre otros, fueron los precursores en alentar esas ideologías revolucionarias europeas con “acento” francés, que traía aires de triunfo y sintieron que ése era el camino adecuado a tomar para derrotar al dominio español en estas tierras.
Los continuos viajes de estos jefes revolucionarios a tierras europeas no eran casuales. Estaban abocados a una búsqueda constante para ampliar los conocimientos que alentaran las estrategias que intentaban introducir en este rincón del mundo.
Pero no queda claro en la historia si nos seducía el proyecto francés o éramos más proclives a recibir apoyo irrestricto de Inglaterra.
A mi modesto entender, cualquiera de las formas, (España, Inglaterra o Francia) no significaba nada para el cambio y aumentaba la dependencia. Por supuesto no conducía a ningún modelo de liberación.
Con el correr de los años se fue transformando la geopolítica en el mundo y era indudable que los Estados Unidos habían aprendido con notable facilidad las enseñanzas de sus conquistadores los ingleses y desde comienzo del siglo 20 el predominio iba en aumento y ya las decisiones concretas las tomaban ellos y todo el continente había entrado en la sumisión total y de esa forma las democracias se transfiguraban en dictaduras y viceversa, según las apetencias o conveniencias del nuevo imperio, ya alejados y en extinsión los dominios españoles e franceses.
La presencia norteamericana en las decisiones de políticas de estado de los gobernantes latinoamericanos, ha sido necesaria para el modelo estadounidense, prácticamente desde mediados de la década del 40 en el siglo 20, posterior a la segunda guerra mundial.
Seguramente desde la implementación del Plan Marshall, hasta nuestros días ha sido así y fue creciendo ostensiblemente desde comienzos de la etapa de la globalización, también inventada por ellos.
La mejor manera de cumplimentar los objetivos delineados por parte de los Estados Unidos, era la de participar activamente en los programas o proyectos económicos de nuestros países, ofreciendo el “asesoramiento” adecuado para que se cumplieran en tiempo y forma irrestricta tales propósitos.
Es conocido por la gran mayoría de los habitantes de esta tierra, que si bien el Fondo Monetario Internacional (FMI) está formado por banqueros y representantes de fuerte predicamento mundial del grupo de los siete, necesita imperiosamente de las sugerencias y consejos sobre sus inversiones, por parte de los EE.UU.
Basta con recordar y afirmar que el gobierno norteamericano de turno (republicanos o demócratas) dispone de nombramientos en la Secretaría de Estado de representantes para cada región en todo el mundo. El funcionario asignado para el área de Latinoamérica, recorre toda la región instalándose en forma progresiva en los países que “merecen” la mayor atención por un tiempo determinado por ellos.
Dicho funcionario analiza, estudia y luego transmite al Presidente de los gobiernos circunstanciales latinoamericanos, que metodología debe emplear para negociar posteriormente con los organismos internacionales de crédito. Estos luego definen las posturas del FMI para cada uno y cada caso en particular.
Cuando les menciono que tengo casi la obligación de informarles con una certeza o cercanía a la realidad, de acuerdo a un estudio exhaustivo, es porque tengo el convencimiento absoluto que aquí está el motivo central y claro del dominio norteamericano y la tesis de los imperios para obtener sus deseos u objetivos, convirtiendo en esclavos de sus decisiones a los países que se endeudan en forma desmedida por ésta “costumbre” norteamericana de ser el “mandamás”.
Pero resulta imprescindible aclarar algo fundamental: “Para llegar a ser un fuerte deudor, hay que ser lisa y llanamente un buen aprendiz, obediente, contemplativo y obsecuente”. Y esta responsabilidad le cabe en gran medida a los gobernantes de nuestros países, sobretodo a los que tuvieron la conducción durante los últimos 50 años de vida política en nuestro continente, anterior a la presente década.
Pero esto de la intromisión “yanqui” en asuntos ajenos a sus tierras no es solamente desde su dominio en el mundo en la postguerra del cuarenta. Ya a pocos años del comienzo del siglo veinte, después de muchísimos momentos de lucha por el poder en territorios mexicanos y precisamente en abril de 1914, siete mil marines norteamericanos ingresaron a la ciudad portuaria de Veracruz en México.
Luego de ésa ocupación en la citada ciudad mexicana, con la sola excusa de haber sido ofendida su bandera (nada creíble por cierto) logró el cambio de gobierno en el país azteca y a raíz de ello quedaba como nuevo presidente Venustino Carranza y además como Jefe Supremo de la Revolución Constitucionalista, impulsada por los gobernantes norteamericanos.
Este es un hecho más para puntualizar, fundamentalmente, porque pone en evidencia una vez más la falta de identidad ideológica de muchos líderes latinoamericanos y esa costumbre de buscar protección exterior.
En primer lugar en 1915 los Estados Unidos con la presidencia de Wilson ya en ése entonces había consolidado en Haití al gobierno de su preferencia comandado por Sufré Dartiguenave; luego continuó presionando en México para derrocar al presidente Huerta, quién verdaderamente fue un nefasto dictador y asesino (prueba evidente cuando mandó a matar al entonces presidente Madero en 1913 y a su vicepresidente Pino Suárez) pero que no comulgaba con los mandatos de Norteamérica y menos con el mismísimo presidente Wilson.
Comenté en párrafos anteriores que el argumento esgrimido por el gobierno norteamericano era que había sido ofendida su bandera, pero la realidad decía que había un fuerte endeudamiento mexicano y no les gustaba además la forma de conducir del presidente Madero, en primer término y luego la estrategia de Huerta.
Decía que el comportamiento de los líderes latinoamericanos era muy contradictorio, porque tanto Pancho Villa, como Emiliano Zapata necesitaban sumar para consolidar ese futuro revolucionario que posibilitara tomar el poder en México, por supuesto con un gran apoyo de las masas populares, campesinas y otros grandes sectores desposeídos de la vida nacional mexicana.
Allí comienza una Alianza de estos revolucionarios aztecas con Venustino Carranza, quién a la postre quedaba como Jefe de la revolución como les comentaba anteriormente y además como Presidente de México el 22 de abril de 1914.
Si bien Carranza era un hombre de gran popularidad y con principios basados en la liberación definitiva de los mexicanos, no pudo zafar de la presión del norte y se fue inclinando paulatinamente hacia las sugerencias norteamericanas, traicionando los objetivos trazados junto a Villa y Zapata.
México siempre ha sido un país que lo han considerado un aliado natural, por ser a través de la historia desde las conquistas, en un buen vecino y no admiten que ninguna ideología contraria a sus intereses les arruine el proyecto de “integración” que ellos codician. Además es el trampolín necesario para concientizar a sus demás vecinos.
Ya vamos dilucidando con una investigación profunda, toda esa correspondencia y pleitesía con los poderes de muchos gobernantes a través del tiempo y la historia, y tal vez ése es el verdadero secreto de las causas tan negativas para nuestras sociedades y que en esta época, por suerte, se va revirtiendo paulatinamente, con seguridad también tiene que ver con la decadencia visible de los poderosos. |
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