Juntemos energías para que estos sujetos antipatrias se vayan de nuestro bendito país

Puede que signifique agresivo para muchos el título del presente editorial y lo que sugiero en su contenido, sea visto con ojos de sorpresa, pero todo en la vida tiene su límite y no debemos permitir que nos roben nuestros sueños y nuestros deseos de vivir plenamente en libertad.
Se puede argumentar que si no nos gusta algún medio, tenemos el derecho de cambiar de radio, de canal televisivo y de compra de un diario, pero si esas falaces mentiras peligrosas para la humanidad se reproducen en todos los medios informaticos y digitales, es prácticamente imposible competir dignamente y en un plano de igualdad. Ya, a esta altura de los acontecimientos y con todo lo que hemos consumido en los últimos tiempos, fundamentalmente, desde el año 2010 a la fecha, resulta inadmisible que gran parte de nuestra comunidad, no haya percartado cuáles son los verdaderos intereses y objetivos de los dos grupos mediáticos más trascendentes de nuestro país, léase Clarín y La Nación. Es más, revisando el comportamiento de otros medios de la región y la forma de conducirse en cada país vecino, es muy notorio que el poder de la información, supera toda imaginación del ser humano y es más que obvio, el escaso interés que tienen por la democracia y el estado de derecho, importándoles solamente el éxito de sus negocios y mantener precisamente, ése poder que nadie les otorgó, pero que lo ostentan como si fuesen los únicos dueños de todo lo material, incluso de las vidas humanas. Así de simple, no es un acto de locura o de fundamentalismo de quien escribe el presente editorial, es una verdad insoslayable y nadie puede dudar de ella, tomando como premisa los hechos que han acontecido en la última década.
Todo ése arrebato de poder, sucede tanto en Chile con El Mercurio; en Ecuador con El Comercio; en Brasil con O'Globo; en Colombia con El Espectador o en Uruguay, con El Observador o La República, al igual que en Argentina con Clarín y La Nación, medios que manejan los destinos de los habitantes de cada país mencionado, con un desparpajo y un abuso, que ya resulta intolerable desde todo punto de vista u opinión.
En distintas editoriales producidas en los últimos tiempos por quien escribe, siempre puse como estandarte que la libertad de prensa o de expresión, como le guste llamarla, debe ser prioritaria y hay que respetarla a rajatabla, pero de ninguna manera se puede consumir durante todo el día, noticias falsas e inexistentes en la realidad, no solo por lo que implica, sino por tratarse de una desinformación tendenciosa y en muchos casos, como se ha visto en las últimas semanas, trabajan en las mentes del pueblo, tratando de confundirlos para que se junten a marchar en contra del sistema democrático. No lo dicen tácitamente, pero es muy notorio que a través de sus "empleados políticos", emplean todo tipo de argumentos para hacerle creer a la sociedad que todo está muy mal y a punto de estallar.
Haciendo un repaso en algunos acontecimientos sucedidos desde los dos últimos años de la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, con todas aquellas denuncias judiciales creadas por dichos medios nombrados anteriormente y ejecutadas por esos personajes serviles a los poderes mediáticos, nos enteramos a seis años de esas denuncias, que no hubo dolo en ninguno de esos presuntos delitos anunciados con anticipación por los periodistas de Clarín y La Nación, y para ser más concretos, podemos mencionar al accidente de Once con aquellas 51 muertes innecesarias; el caso popularizado por los medios de Aníbal Fernández con aquel apodo de "La Morsa"; la controvertida causa del atentado a la AMIA; las presuntas cuentas de Máximo Kirchner y Nilda Garré en los Estados Unidos o la muerte de Alberto Nisman, algo que no desean que se aclare debidamente, son pruebas más que elocuentes que hoy quedaron desmanteladas por el exceso de mentiras, pero de ninguna forma, esos medios aludidos han pedido perdón, haciéndose cargo de semejantes atrocidades en la manera de informar, pues casi toda la sociedad argentina y mundial, han creído en tales informaciones falaces y todavía no han obtenido respuestas éticas de esos medios mafiosos.
Digo mafiosos, por la sencilla razón que a través de tales mentiras, le dieron la oportunidad a Mauricio Macri y María Eugenia Vidal de gobernar nación y provincia de Buenos Aires, respectivamente, algo que se produjo por esas falaces informaciones y no por mérito propio, otorgándole a dichos medios un privilegio en sus acciones, como nunca antes se había registrado en el país, aun en etapas negras y nefastas como en las dictaduras militares. Debo agregar que el clan Clarín-La Nación, se dieron el gusto de nombrar durante el gobierno de Macri, dos jueces de la Corte Suprema (CARLOS ROSENKRANTZ-Presidente- y HORACIO ROSATTI); un ministro de economía (Nicolás Dujovne) y entre otros salientes nombramientos, un ministro del interior (Rogelio Frigerio), éste último es uno de los herederos de la fortuna de Roberto Noble, teniendo como base que su abuelo, Rogelio Frigerio, ex ministro de Arturo Frondizi, fue quien le presentó al creador de Clarín, a Héctor Magnetto (quien hoy maneja todos los hilos del grupo) y a Ernestina Herrera, quien en definitiva fue luego la esposa de Don Noble...¿sugestivo y raro, no?
Lo concreto después de apuntarle todos estos detalles que a lo mejor usted no conoce, es que el Grupo Clarín, sin límites pasó a manejar la justicia, la economía y toda la política federal con el nombramiento oportuno de Frigerio...¿Le quedó claro?
Con todo estos antecedentes, es natural que hoy con un cambio de gobierno y de ideología en las políticas públicas, todo el grupo se encuentre "desprotegido" y van poniendo todo tipo de trabas para lograr el fracaso de la gestión Fernández-Fernández.
Si ennumeramos algunas de las acciones comandadas por los medios en cuestión, nos encontraremos con un sinfin de causas orientadas desde las oficinas de dichos diarios, estimuladas por algunos periodistas ya harto conocidos por todos/as ustedes y llevadas a tribunales por diputados/as de Junto por el Cambio y delicuentes con condena firme, que estaban involucrados en todas estas acciones de presión mediática, pero con una fuerte demostración de ilegalidad desde el lugar que se lo mire.
Hoy se sabe perfectamente que todo ha sido una falaz mentira, sin embargo, esos mismos medios que inventaron tales situaciones para seguir con el poder que nadie les otorgó, se encuentran avocados en desprestigiar la política y la democracia sin tapujos, con el objetivo de mantener ése poder y privilegio que les mencionara líneas arriba.
Ha llegado la hora crucial para que el pueblo despierte, y si bien estamos en una etapa trascendente de la pandemia y nos tiene alejados de la acción directa, considero necesario ir ahorrando esas energías que necesitaremos pos pandemia, para hacerles ver a estos sujetos que nos manejaron durante siglo y medio en el país, que no estamos quietos y que inexorablemente defenderemos el sistema democrático con todas nuestras fuerzas, por lo tanto será necesario no ir a las puertas del Congreso, a Plaza de Mayo o a tribunales para defender nuestros bastardeados derechos, tendremos que ir a las puertas de ambos periódicos antipatrias, para hacerles saber que no queremos más mentiras y que los "invitamos" a que cambien literalmente con sus premisas, porque el poder del pueblo será implacable y tendrán que dejarle el espacio a otros empresarios de la comunicación que tengan otros códigos, pero siempre en beneficio del pueblo en su conjunto, con total verdad y transparencia. ¡Es ahora o nunca, ya hemos sufrido demasiado en Argentina y en  toda la región y no nos merecemos semejantes atropellos. ¡¡¡Será justicia!!!