Cuando lo hacen los pobres es contra la propiedad privada, cuando lo hacen los ricos es para el desarrollo

En realidad no es sorprendente que tanto los medios de comunicación, como los sectores opositores al gobierno, se manifiesten de acuerdo a sus respectivos pensamientos, cuando se trata el tema de la propiedad privada. Una vez más despotrican cuando los pobres salen a tomar terrenos que están en pleno desuso, en la incesante búsqueda de encontrar un pequeño lugar para seguir subsistiendo con dignidad. Es razonable que no se debe ocupar espacios que son privados, sin embargo, no se usa el mismo método para opinar cuando desde las esferas gubernamentales, van quitándoles espacios a la sociedad para su libre esparcimiento y que corresponden a todos/as por igual. Ya sabemos lo que hizo el neoliberalismo en épocas de Menem con Puerto Madero, principalmente con los espacios verdes de la reserva ecológica de Catalinas Sur que en forma autoritaria y pleno de sospechas en cuanto a las ventas de los predios, los dejó en manos de los empresarios vinculados a lo inmobiliario de elite, perjudicando magistralmente al fisco y al medio ambiente. Ahí no vimos ningún despertar de la población que defiende lo privado para oponerse a semejante robo al estado, sin embargo basta que sectores populares y víctimas de enormes arrebatos, salgan a defender sus derechos o solicitar una vida digna, para que los priviligiados de siempre quieran demostrar que están del lado de la justicia y condenen a los más vulnerables y en defensa de lo privado.
No solo lo hacen en estas situaciones donde la población más carenciada salga en busca de mejores oportunidades, lo hacen en cualquier ocasión que ellos consideran que se corta la libertad de expresión y también condenan cuando algún personaje nefasto de nuestra sociedad, es escrachado por aquellos que no piensan como ellos, pero de ninguna manera se pudo obervar la condena hacia el Grupo Clarín y La Nación, cuando se escrachó a Ricardo Lorenzetti o difundir desde las páginas de Clarín y sus medios televisivos y radiales el domicilio de Cristina Fernández de Kirchner para que se manifiesten contra ella el pasado lunes 12 de octubre. ¿Que hubiese pasado si algún loquito se manifestara en forma violenta en ambos casos? En fin, es la forma de actuar de estos personajes antipatria...
Tenemos innumerables casos con respecto a todo lo concerniente a la propiedad privada, y según la mirada de los sectores priviligiados, cabe recordar lo de Vicentín, cuando se descubre las maniobras delictivas en contra de los intereses del estado, con una deuda con el Banco Nación que llegó casi a 400 millones de dólares, sin embargo cuando el gobierno decidió intervenir a la empresa, salieron estos sujetos supuestos defensores de la república, a criticar la decisión gubernamental, aduciendo que se invadía la propiedad privada.
Claro, habría que remontarse a los comienzos de la formación del país en su conjunto, para darnos cuenta que siempre los sectores del poder han actuado de la misma forma, teniendo como base concreta la distribución de tierras al producirse el genocidio más grande de la historia nacional con la denominada "Conquista del Desierto" que no fue otra cosa que el robo más nítido sobre las comunidades originarias de la región.
A casi 150 años de aquellos hechos diabólicos, hemos visto los atropellos del gobierno macrista, a instancias de la decisión de Patricia Bullrich, entonces ministra de seguridad de la nación, para cometer los asesinatos de Santiago Maldonado, un joven artesano que defendía a los pueblos originarios o el de Rafael Nahuel, que según la opinión de la citada ministra, la democracia y el país estaba en franco peligro, pues pertenecían a bandas terroristas, sin embargo, no admitían que solo defendían a usurpadores reales como los Lewis o los Benneton, verdaderos ocupas de nuestras tierras.
En fin, tendríamos suficiente material como para debatir en estos tiempos, pero lo único concreto es que el único placer que sienten estos sujetos, es aniquilar a los sectores vulnerables de nuestra sociedad y no permitir que puedan obtener los derechos básicos para la supervivencia, siempre apoyados por los poderes mediáticos, que hasta se dan el lujo y autorizados por los gobernantes de la ciudad de Buenos Aires, en cerrar espacios públicos para obtener sus privilegios económicos, como es el caso concreto del grupo que conduce el magnate mafioso Héctor Magnetto. ¡Asi de simple! como diría el genial Alejandro Dolina.
¡Hasta la próxima!