A pesar de sus espantosas mentiras, no piden perdón y además no desean aceptar lo real

Nada puede sorprendernos en estos tiempos con respecto al comportamiento de ciertos medios de comunicación y cuáles son los intereses que defienden, sin embargo pareciera que de acuerdo a cada suceso que acontece tanto en el país, como en el resto del continente, siguen subestimando a las sociedades y continúan ofreciendo los mismos argumentos, con el propósito de mantener a sus seguidores y en la mayoría de los casos, no utilizan solo sus micrófonos o cámaras, sino que prefieren que sus propios "fans", hagan el trabajo de difusión a través de las redes sociales. En varias oportunidades lo consiguen, pero a medida que las mentiras son más groseras e insostenibles, van perdiendo credibilidad y tienen que crear otros artilugios para no perder terreno ante la opinión pública. Pruebas tengo bastantes para mostrar, pero nos podemos detener en los hechos de los últimos días, tanto en los Estados Unidos, en Bolivia, Perú, Chile y otros acontecimientos en nuestro país, como para analizar y darnos cuenta de la forma que siguen actuando estos sujetos, que muy poco les interesa el informe serio y el bienestar de los pueblos.
Por ejemplo, al presenciar la fuerte reacción del pueblo chileno votando por una reforma constitucional que es oprobiosa y antiinclusiva, prefirieron ocultar la verdad a los pueblos de la región para que no se enteren de la verdad, justo en un país que lo tenían como modelo, pero no pudieron hacerlo por mucho tiempo, porque el pueblo le contestó en las urnas en esta compulsa reciente con un apoyo contundente a la reforma.
Continuamos con los EE.UU. que fue el epicentro de toda la humanidad en el último mes. Desde un par de semanas antes de la contienda electoral y hasta horas posteriores a la elección, mantenían la posibilidad de un fraude y tuvieron en vilo a todo el mundo con esa posibilidad descabellada y antidemocrática. Un típico y antiguo argumento de la derecha en el continente, pues cuando ganan es legítimo y cuando pierden hubo fraude, algo ingenuo y poco sostenible o creíble, ¡no le parece?. Bien, los resultados que se vieron no satisfacían a estos medios y gran parte del mundo económico y, amenazan desde las mismas palabras del derrotado Donald Trump en judicializar la contienda, para que no asuma Joe Biden, pero la reacción de algunos medios de gran alcance en el país del norte, le van haciendo cambiar de idea y entonces, desvían la información en otros temas, ante la frustración evidente. Tal es así, que algunos periodistas le cortaron el discurso a Trump, tratándolo de mentiroso.
Algo similar ocurrió en Perú, ya que en los últimos tiempos se judicializaba fuertemente la corrupción del presidente Martín Vizcarra, pero los medios hegemónicos regionales ocultaban lo que estaba aconteciendo, algo parecido con Macri en Argentina, sin embargo hace horas el parlamento peruano destituyó a Vizcarra por tales motivos comprobados y hoy lentamente cierto periodismo tiene que cambiar de opinión y contar la verdad.
Si nos atenemos a reflexionar con lo sucedido en Bolivia, también sucedió algo similar con la difusión de noticias de los medios hegemónicos, ya que tuvieron que esperar hasta los últimos momentos del escrutinio para aceptar la tremenda derrota de la derecha golpista boliviana, sin embargo al tener que difundir las informaciones reales, escaparon a mostrar la diferencia abismal que hubo en la cuenta final, que permitió a Luis Arce ser electo con una diferencia superior a los 26 puntos y con un caudal de votos del 55% del total del electorado, sin difundir acertadamente el monumental apoyo del pueblo boliviano que salió a festejar el notable éxito del MAS.
Todos estos comentarios ocurrieron en todos los medios del continente y el mundo, pero entrando a analizar solamente lo que nos compete en la región, vayamos a profundizar con mayor ahínco lo que tiene que ver estrictamente con nuestro país y, ahí nuevamente como no podía ser de otra forma, de acuerdo a lo que nos tienen acostumbrados, se multiplicaron las críticas al gobierno argentino, simplemente porque según el punto de vista de esos periodistas serviles al poder del privilegio, Alberto Fernández descuidaba a sus compatriotas y se preocupaba más por lo que acontecía en Bolivia y no por los inconvenientes que sacuden al país.
Como esos argumentos fueron falsos y totalmente fuera de contexto, entonces dedicaron sus páginas y espacios televisivos y radiales, a la insegura vacuna rusa o al fuerte aumento del dólar. Otras fallas monumentales, pues precisamente en estos días pasados, Argentina en primer término está firmando convenios con distintos laboratorios del mundo sobre la vacuna, además de la fabricada en Rusia, para asegurar su ingreso a nuestro territorio lo antes posible, velando por la salud de todos/as los/as argentinos/as, mientras que los llama a silencio por la fuerte caída de los dólares paralelos al oficial, con un fuerte respaldo del mundo económico y financiero, tanto aquí, como en las bolsas del país del norte, subiendo las acciones de los papeles argentinos en el planeta.
Para cerrar éste análilis, uno sugiere de nuestra comunidad que preste atención a todo esto, recapacite criteriosamente y comience a darse cuenta de una vez y para siempre, de la forma de actuar de estos mercaderes del odio y esa enferma costumbre de desestabilizar a cada gobierno popular que intenta aumentar los derechos de su sociedad. Poco les importa y al sentirse derrotados, omiten la verdadera situación del país y desean hacerles creer que estamos en peligro y que un enorme caos nacional nos espera a la brevedad. Nada de esto es cierto, vamos por el camino correcto y los logros se verán ya en el cercano 2021, pues se potencia la enorme posibilidad de recrear los destinos de la Patria Grande, que habían quedado en el olvido en los últimos años. La foto del ingreso de Evo Morales y Alberto Fernández a tierra boliviana; el triunfo rotundo de Luis Arce en ése hermano país; la presencia de grandes líderes del continente, e incluso de Europa, sumando a la derrota de la ultra derecha en los Estados Unidos, o la destitución por corrupción del presidente peruano, abre un camino promisorio en toda la región latinoamericana. ¡No lo duden!
¡Hasta la próxima!