Queridos/as compañeros/as:

Es muy difícil y sumamente complicado poder interpretar a muchos votantes del Frente de Todos, que a solo un año de haber votado el proyecto de país que estamos viviendo, hoy muestran su disconformidad mayormente en las redes sociales, espacio que deja en claro la manipulación y confusión que se arma cuando no se explica bien lo que se intenta manifestar. Es muy común encontrar negaciones a las propuestas del poder ejecutivo de parte de los sectores opositores, más aun cuando se detecta odio o rechazo absoluto a todo lo que se extrae del peronismo, pero resulta inadmisible si esas críticas desmedidas y falto de cultura investigativa, proviene del sector aliado a un gobierno popular, votado por más de 12 millones de argentinos/as, precisamente a un solo año, luego de atravesar cuatro años de una pandemia macrista y nueve meses de otra pandemia que se lleva puesto a miles de compatriotas. Claro, estos personajes consumen también lo que les producen algunos medios de la comunicación y lo repiten a rajatabla, sin haberse tomado el debido tiempo de analizar cada línea que pueda llegar a leer o escuchar.
Me estoy refiriendo específicamente a lo que tiene que ver con el reciente aumento a los jubilados y pensionados que cobraremos en el mes de diciembre. Si bien un 5% asusta con todo lo que está sucediendo en el país y el elevado aumento de los precios en las últimas semanas, algo que no es la primera vez que sucede cuando se escapa el dólar ilegal, sí considero necesario tener un mayor control al respecto, pero no amerita criticar a mansalva, reitero, si no se analiza cada paso que ha dado el gobierno desde que asumió el pasado 10 de diciembre del 2019.
Analicemos y revisemos pues en conjunto para obtener una respuesta más coherente sobre la situación de los jubilados, algo que también me toca de cerca, pues hace 10 años que pasé al sector pasivo.
A pocos días de asumir Alberto Fernández resuelve suspender los pagos de créditos al ANSES, algo que comenzó a funcionar a partir del primer día del presente año, o sea en enero del 2020, dos meses antes del coronavirus. Me tomé el trabajo investigativo de estudiar el tema, pidiendo los datos correspondientes al ANSES para saber a ciencia cierta que porcentaje del sector pasivo había obtenido algún crédito con la institución aludida, y vaya sorpresa me entero que un 79,6% de la totalidad de jubilados y pensionados, había contraído un crédito y las cuotas promedio, sumando a todos/as, oscila entre 2.000 a 2900 pesos, algo que a buen entendedor, sin hacer falta que sea contador o muy ducho con los números, significaba casi un 20% de los haberes que correspondían al mes de enero del presente año, hoy sería un 14% mas o menos. Conste que miles de jubilados estaban pagando hasta 6 mil pesos por mes, por sus altos haberes, por supuesto.
En segundo lugar, podemos afirmar que el presidente Fernández, anunciaba en esos tiempos, que el interés anual sobre esos créditos que se cobraba de casi el 45% bajaría al 31%, significando una ostensible baja de 14 puntos, pues lo consideraba un atropello y estafa lo que se estaba cobrando al sector pasivo. Lo importante de lo que estoy comentando es la suspensión de pago de dichos créditos, pues si usted tiene algún compromiso similar con un banco, de ninguna manera la institución crediticia le dirá que no le cobran su cuota pactada, aunque el país se derrumbe económicamente, entonces nos encontramos desde enero del año en curso, dos meses antes de producirse la pandemia que nos tiene a mal traer a todos y todas, con un aumento concreto del haber jubilatorio y de acuerdo a lo que se cobraba en ése entonces con respecto al haber mínimo, y tomando como base la cuota promedio que les certificaba en párrafos anteriores, estábamos recibiendo un aumento extra que oscilaba entre un 16 al 22%, algo significativo, ya que además en el mes de enero cobramos los que teníamos haberes por debajo de los 19.000 pesos, un bono de 5.000. No conforme con todo eso, desde el poder ejecutivo, tomando como base todo lo malo que nos produjo el macrismo con la pérdida real del 20% en nuestros haberes jubilatorios en los cuatro años del gobierno de Cambiemos, a partir de marzo, además del aumento trimestral nos otorgó un bono fijo de 1.500 pesos bajo el decreto presidencial 163/2020, algo que seguimos cobrando con los aumentos pertinentes de todo el año, oscilando en la actualidad en unos 1.720 pesos, reitero de manera fija, pues se agrega al recibo de haberes de cada mes. Para ir sumando y usted se entere de lo que está cobrando mes a mes, puedo afirmarle que en abril se otorgó otro bono suplemento extraordinario por única vez de 2.000 pesos, cifra que ya todos nos olvidamos degraciadamente.
Con respecto a los créditos que ya hemos recibido del ANSES, cabe agregar que está en estudio aumentar las cuotas a un mayor período, sin límite de edad, pues todo lo cubre el seguro en caso de fallecimiento, algo que posibilitará un reducción sustantiva de las cuotas, que en definitiva estaban fijada con los haberes anteriores a éste gobierno. ¡Se imaginan la diferencia, si?...¡o acaso usted puede pensar que si estaba Macri iba a suceder algo similar!
En otro orden, sin embargo también nos olvidamos que hemos recuperado un sinfin de medicamentos gratuitos a través del PAMI, algo que en la era de Mauricio Macri nos perjudicó ostensiblemente, teniendo que abonar muchos remedios a precios desorbitantes, agregando que también el presidente actual nos congeló las tarifas públicas, fundamental en todo sentido, tomando como base que muchas de ellas habían aumentado en todo el período neoliberal cifras descomunales que llegaron a un 2.000% como lo fue el tema del gas.
Claro, si nos detenemos solamente a pensar en el 5% otorgado para diciembre, es natural el enojo de toda la sociedad, pero entonces amerita sumar todos los beneficios del año, teniendo en cuenta lo que significó la pandemia para toda la comunidad argentina y también en el mundo, ahí nos daremos debida cuenta que el aumento real que hemos obtenido en estos 12 meses ha sido de un 37,26% en lo que respecta a los haberes menores a 25.000 pesos y proporcionalmente a los superiores a ése importe, oscila entre un 29% al 18%, en éste último caso a los que cobran más de 50 mil pesos. En fin, una notable mayoría de nuestros/as compatriotas no se han detenido a a analizar estos pormenores y por lo tanto, no pueden descifrar con criterio lo que hemos recibido.
Es razonable que hay algunas cosas que no funcionan en el gobierno, principalmente en el manejo y control de los precios esenciales en la economía familiar, pero esto no nos permite desconfiar de todo lo bueno que se realiza, pues sin querer quizás, le estamos dando letra a los opositores para voltear a un gobierno legítimo y elegido concienzudamente por la mayoría popular. No cometamos errores de esa naturaleza, pues ya tenemos pruebas evidentes en la región y luego nos arrepentiremos cuando sea demasiado tarde. ¡No lo duden!