Alguna vez, tanto el presidente(MC) Mauricio Macri, su mesa judicial y empresarios de la información, tendrán que pagar por todo lo que hicieron

A esta altura de los acontecimientos y después de haber pasado casi 16 meses de la finalización del nefasto mandato de Mauricio Macri y todo su equipo de entregadores del país, cuesta demasiado entender a una gran parte de nuestra sociedad, que sigue consumiendo las mentiras propinadas por aquellos sujetos neoliberales y por supuesto, sostenidas por los medios corporativos de la información que hacen todo lo posible para que fracase el gobierno de Alberto Fernández, pero más aun, que el pueblo argentino en su conjunto sufra incuestionablemente por haber votado otra opción o modelo de país, que sin dudas, a ellos no les conviene en absoluto. Lo que manifiesto aquí no es algo nuevo en mí, se los vengo reiterando en mis editoriales asiduamente. A medida que se van destapando las ollas de las mentiras y de las fuertes operaciones judiciales en contra de un modelo popular, en lo personal, me parece increíble que todavía tengamos que padecer los atropellos hacia toda una sociedad que ha elegido el verdadero cambio y no el que habían propuesto los mafiosos neoliberales.
Me permito llamarlos mafiosos, pues todo lo que va saliendo a la luz, está contenido con severas maniobras consustanciadas con la mafia y no con algo que tenga que ver con un sistema democrático, pues aquellos sujetos que se fueron del gobierno hace 16 meses, solo produjeron actos mafiosos, muy alejados de las necesidades ciertas de un país serio y basado en el estado de derecho.
Con todo lo que acontece en las últimas semanas, creo que el tema de las vacunas, la cuarentena eterna como la denominaban los adversarios o el flagelo del aumento de la pobreza, pareciera que pasa a segundo plano y no por que debemos olvidarnos de todo ello y las falacias lanzadas por estos sujetos durante todo el transcurso de la pandemia, simplemente, porque considero que la mafia en la justicia y la complicidad concreta con el gobierno de Macri, es tan visible, obscena y criminal, que merece párrafos salientes para clarificar a la sociedad todo lo que ha pasado en esos cuatro años espantosos vividos con el macrismo, lo que tenemos que soportar aun hoy y la enorme tarea que debe desarrollar el gobierno y la sociedad en su conjunto de cara al futuro.
Me he tomado todo el tiempo posible dedicado a éste espinoso tema y puedo asegurarles que no pudo encontrar en la larga historia política y democrática de nuestro país, algo de semejante atrocidad de lo producido por Macri y su banda de delincuentes. No se ha registrado nunca en el país, salvo durante las dictaduras, tal vinculación estrecha en los actos mafiosos como lo hizo la justicia y el ejecutivo durante el mandato de Macri.
Es razonable que toda una comunidad no solo esté preocupada por la situación del Covid 19 y la vacunación, como también sobre el aumento de la pobreza en la Argentina, pero también hay que ser honesto/a y observar que se está realizando todo un esfuerzo para combatir semejantes flagelos, no solo en nuestro país, es algo que se refleja en toda la humanidad en el mundo, y cuando afirmo toda la comunidad, no hace falta ser un gran investigador, se puede vislumbrar lo que acontece en países denominados del primer mundo y tendremos clarísimas e inmediatas respuestas.
Sin embargo, cuando tenemos que analizar lo que viene aconteciendo en los últimos años en Argentina con relación a la justicia, seguramente, como lo manifestaba en párrafos anteriores, no podrá encontrar hechos similares, pues el eje central en nuestro país, como para poder decir que es un país serio y se respeta las instituciones, pasa por la seriedad en impartir justicia imparcialmente y además, tener medios de comunicación comprometido no solo con su país en defensa de los intereses del mismo, sino hay que tener un gran compromiso profesional, algo que desgraciadamente carecemos en dichos órdenes.
Créame que si la justicia no funciona o los medios de comunicación, desinforman y están seriamente comprometidos con actos mafiosos, no existe país que puede crecer en cualquier rubro que se le cruce por su mente, pues la misma elite empresaria no puede tener éxito ante una falta de seguridad jurídica. Recuerden que el neoliberalismo de Macri, inventó a nivel judicial a los "arrepentidos" para extornsionarlos y amenazarlos, si no comprometían a CFK para destinarle un lugar en la cárcel y eliminar de tal forma a sus adversarios políticos, y en eso fueron netamente cómplices o socios con los medios hegemónicos.
Aquellos acérrimos defensores de la "justicia macrista" se vanagloriaban cuando nos visitó el juez Sergio Moro, a la postre ministro de justicia de Brasil, porque decían que tendríamos que tener jueces de tal talla y honestidad, es más, me trae a la mente un título del Diario Clarín de aquellos tiempos que decía textualmente lo siguiente: "Tras un show político, Lula quedó preso y ya cumple su condena por corrupción".
Así actuaban no solo en Brasil o en nuestro país, esos mercaderes de las corporaciones lo hicieron en casi todo el continente, o sino que lo digan en Bolivia con el golpe a Evo Morales o en Paraguay con Fernando Lugo o con el intento de llevar a la cárcel a Rafael Correa en Ecuador y por supuesto con todo lo actuado en Argentina con más de 28 presos políticos y la obseción de llevar a la cárcel a Cristina Fernández de Kirchner, con causas que se caen a pedazos en estos tiempos, simplemente, por carecer de sustentos basados en el derecho.
Claro, para que todo eso sucediera han tenido que tener una enorme complicidad con medios de comunicación y vaya si tenemos pruebas para demostrar, con solo recordar un par de acciones de periodistas, tenemos de sobra contundentes pruebas y vale recordarlos, como ejemplo concreto, los audios truchos de Luis Majul o la violencia de Jorge Lanata, cuando lanzaba desde su programa las agresiones contra los hijos de los jueces Freiler, Farah o Ballesteros, cuando recomendaba a los compañeros de escuela de los hijos de dichos jueces, que insulten a los adolescentes por los padres que tenían, o cuando Ricardo Roa de Clarín, publicaba los números de telefónos de los hijos de la entonces procuradora Gils Carboun. En fin, verdaderos actos criminales y digno de que la justicia hubiese actuado como debía. Pero, como eran y siguen ostentando la complicidad, es natural que no lo hicieran o lo hagan en la actualidad.
Hoy, como elemento vital de todo lo que les comento en el presente editorial, sabemos lo que está sucediendo con algunos jueces de cámaras, caso concreto con Gustavo Hornos y Mariano Borinsky, el fiscal Raúl Plée o la situación de "Pepin" Rodriguez Simón, mandante principal de la mesa judicial que dirijía Mauricio Macri, pues están seriamente comprometidos con actos de total vinculación con la mafia, ya que no puede ser denominada de otra manera, teniendo en cuenta lo que manejaban y las persecuciones a cualquier opositor que se le cruzara en el camino e incluso a sus mismos integrantes, pues es la forma vulgar de como se maneja un sistema mafioso, máxime que existen enormes pruebas de abuso de poder, sobre todo con las visitas y reuniones constantes, tanto en la quinta de Olivos, como en la Casa Rosada con el entonces presidente Macri, algo totalmente descabellado y de fuerte calibre inconstitucional.
Hoy acabo de publicar debajo del presente editorial en mi página, una nota producida por el colega Matías Creado del portal de Agencia Paco Urondo, quien la tituló de la siguiente manera, "Lawfare y fake news, dos caras de la misma moneda", que explica con notable nitidez todo éste tema y se las recomiendo fervorozamente.
No tengo duda alguna que el caso de la justicia, es la prioridad absoluta que tiene el gobierno nacional en solucionar, sin necesidad de inmiscuirse dentro de ella, simplemente hay que hacer valer la constitución nacional, y el parlamento tranquilmente tiene plena facultad para intervenir, para que la misma justicia depure semejante mafiosidad, con el objetivo de que prontamente tengamos la justicia imparcial y el estado de derecho que merece todo/a ciudadano/a en nuestro bastardeado y humillado país de parte de tales sujetos incalificables en todo sentido de la palabra.¡Será Justicia!