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Escrito por Gerardo Bova
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Lunes, 26 de Septiembre de 2011 02:30 |
 LAS CONVICCIONES DE CHÁVEZ:
LO INNEGABLE SON SUS CULTURAS LIBERTARIAS Y SU LUCHA POR LA UNIDAD
Cuando aquel 4 de febrero de 1992, Hugo Chávez inicia su ataque contra el gobierno constitucional, sabía tal vez que iba a resultar difícil instalarse en el gobierno, al no tener un apoyo civil importante, sobre todo que las corporaciones estaban muy lejos de responderle ante tamaña decisión, pero si sabía con exactitud cuales eran los objetivos básicos de esa revolución fallida: “La inclusión social en un país desvastado como tantos otros del Continente”.
Estas fueron las palabras empleadas ante la cadena nacional de Venezuela por Hugo Chávez, cuando intenteban dicho golpe: "Buenos días", luego identificó su movimiento: "este mensaje bolivariano". Reconoció la labor de sus copartidarios: "ustedes lo hicieron muy bien". Reconoció su derrota: "Nosotros aquí en Caracas no logramos controlar el poder". Lanzó un reto: "lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados" Asumió la responsabilidad: "Asumo la responsabilidad de este movimiento militar bolivariano" y dio un mensaje de esperanza: "El país tiene que enrumbarse hacia un destino mejor".
En algunos de mis libros y en la nota anterior, expliqué que las actitudes golpistas están muy lejos de mis gustos y no admitía de ninguna forma la manera que se pretendía llegar al poder, tanto sea en Venezuela como en cualquier región del mundo.
Pero existen circunstancias que el ciudadano común, que no tiene acceso a la información y a las cosas que suceden en el mundo político y económico, al desconocerla tal vez opine mal y no entiende que la única forma de doblegar a los Imperios que intentan oprimir a una sociedad indefensa, es la revuelta popular o militar para ejecutar las ideas libertarias. Esto ha sucedido desde la conquista de las libertades en todos los países del continente para sacarse de encima la pesada carga de los españoles, ingleses, franceses o portugueses en América.
La cosa no tiene que variar a pesar de que pasan los años, las revoluciones casi siempre se logran con estos métodos y Chávez no deseaba oprimir al pueblo, sino todo lo contrario, liberarlo para que logren definitivamente el bienestar ansiado.
Toda esa actitud delirante de parte del líder Bolivariano para la mayoría del mundo, la revirtió con pacificación y democracia y al poco tiempo logra vencer en elecciones libres e instaurar después de sus dos primeros años de mandato, algo inusual en el mundo, que fue la incorporación del Referéndum Popular, para que lo ratifiquen en el cargo o si deseaba la población que se retirara del mismo.
Esto contradice totalmente aquellas menciones de gran parte del periodismo mundial y de empresarios no afines con las políticas estatistas, de que Hugo Chávez es un déspota que desea perpetuarse en el poder. No creo que exista en el mundo algún artículo de alguna Constitución que avale semejante propuesta como la que impuso Chávez en Venezuela. Esta idea del mandatario venezolano, le permitió durante 14 elecciones ser reelecto democráticamente por mandato de su pueblo.
En todos estos años de gobernante, fue un cabal contrincante del ALCA que deseaba imponer los Estados Unidos en Sudamérica y junto a los presidentes que interpretaron perfectamente sus mensajes y objetivos de libertad, fueron logrando aquella magistral intención de incluir el ALBA que a la postre sería la UNASUR, para agrandar la pequeña intención del MERCASUR, que era una buena sugerencia, pero no tenía el alcance que se necesita para combatir los delirios imperialistas del G7 y el FMI..
Junto a Lula da Silva y Néstor Kirchner, fueron los líderes más sobresalientes del continente y han dejado huellas que sirven para profundizar ese modelo inclusivo que estamos viviendo los latinoamericanos.
Hoy Hugo Chávez está viviendo con una entereza excepcional una enfermedad que para muchos pone en peligro la continuidad del modelo en su país, pero nada de esto es preocupante, solo la enfermedad del líder, porque lo concerniente a las convicciones está totalmente delineado y nadie podrá torcer el rumbo revolucionario, simplemente porque existe una unidad de hermanos sudamericanos como nunca se había vivenciado en la historia.
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