LA CHAMPAÑA DE LA BURLA

En los Estados Unidos no escapan a la costumbre utilizada en esta época con relación a los habitantes que muestran sus enojos o discrepancias con las políticas que se imparten de su gobierno central. Al igual que la Europa actual, a los manifestantes no los denominan como en Latinoamérica “piqueteros” o “grupos rebeldes”, los mencionan  como “indignados”. Y está bien, cada sociedad tiene el derecho de calificarlos como desean y más aún, resulta meritorio que las fuerzas de seguridad del país del norte no hayan reprimido ninguna marcha, principalmente porque se realizan en forma pacífica y no existen motivos para que esas fuerzas actúen desmedidamente.

Lo que considero de muy mal gusto y califica a una porción de la  sociedad norteamericana de discriminatoria e intolerante, es la reacción que tuvieron los sectores más pudientes con aquellos que se manifestaban en contra de las recetas impuestas por el FMI y la variable de ajuste en todo el sistema económico. Estos minúsculos sectores se regocijaban en tono de burla contra los denominados “indignados”, brindando con una copa de champaña en los balcones de su domicilios personales o comerciales, mostrándoles de esta forma que ellos no se sienten perjudicados con dichas variables y que solamente los más necesitados serán los que van a padecer  angustias y frustraciones.
Parte de esta sociedad del país del norte del continente, son los mismos que se atribuyen ser los creadores de la lucha por los derechos humanos en el mundo, pero con esta sola intervención, han demostrado que están muy lejos de sentir desazones por los situación viviente de la crisis que golpea a las masas de casi todos los pueblos de los países denominados industrializados y con mayor poder adquisitivo del planeta. Claro, hay que tner presente que estos mismos personajes del "festejo" son los que facilitan los planes de ajustes a los organismos de crédito internacionales para que los ejecuten en contra de las comunidades carentes de recursos primarios. ¡Como no van a festejar y burlarse!
Estas actitudes de intolerancia, son tan aberrantes como insostenibles, porque de aquí en más, tendrán que acostumbrarse a vivienciar situaciones similares en todos estos meses venideros, y no les será muy fácil aceptarlos, debido a esos lazos culturales que vienen desarrollando desde los momentos cruciales de dominio en el mundo de parte del imperio.
Les ha tocado la hora y los tiempos de cambios profundos y si no entran a debatir con altura, inteligencia y humildad, seguramente la convivencia pacífica entre los habitantes de ése país, serán muy problemáticas y alcanzarán a vivir  situaciones dramáticas no deseadas.