Los que conocemos o tenemos algo de conocimiento sobre psicología sabemos muy bien lo que se considera transferencia en dicha disciplina, pues son aquellos que cometen algo y les cargan las tintas a sus adversarios, precisamente, transfiriendo sus responsabilidades en otros. La derecha, en todo el universo actúa de la misma manera y no podía esperarse otra cosa sobre el tema del atentado a Cristina Fernández de Kirchner, simplemente, porque estos personajes están totalmente acostumbrados a inventar historias y luego al no poder certificarlas, tratan de justificar con cualquier pretexto tales mentiras. Sin embargo, contando siempre como aliados a los medios de comunicación hegemómicos, artífices necesarios de tales inventos, logran obtener una cierta credibilidad en la opinión pública, difundiendo día a día tales premisas, con el único propósito de confundir a la misma con dichas informaciones inventadas. En el caso preciso del intento de asesinato a CFK, estos personajes piensan sobre los que estamos del otro lado de la vida, que hacemos lo mismo inventados por ellos y de tal forma, intentan confundir y concientizar a la sociedad en su conjunto, que se trata de otra mentira de los sectores progresistas o populistas, como mejor les conviene denominar a tal sector a estos sujetos, mercaderes del odio y antipatrias.
Lo que estamos vivienciando en estos días, con la movilidad y compromiso de todo un pueblo apoyando sin límites a la vicepresidenta, ha dejado perplejos a los odiadores seriales y desde ya no se bancan tal actitud, por lo tanto hasta resulta razonable que actúen de una forma inapreciable y maligna, pues no obtienen lo que buscan con tantas mentiras. No se puede borrar de un plumazo o por decreto, la reacción popular, ya que los pueblos no son tontos y saben perfectamente quien o quienes les han otrogado bienestar a través de una gestión, y precisamente, Cristina les dio mucho más de lo que pensaron en alguna oportunidad en sus vidas.
Lo que acaba de producirse en nuestro país es algo que no debe ocurrir nunca más, por tal motivo hay que tomar serias medidas desde las esferas gubernamentales y judiciales, pues no alcanza con difundir mediante las redes sociales algún mensaje de repudio, cuando en la realidad, antes y después del hecho en sí, gran parte de los sectores opositores se dan el lujo y placer de incentivar la violencia y criticando con palabras inadecuadas a todo el arco oficialista, simplemente, por no pensar y actuar como ellos.
Las actitudes de personajes como Amalia Granata o el diputado patagónico Francisco Sánchez, debe condenarse severamente y ambos parlamentos donde pertenecen tales sujetos, tienen la necesidad y obligación de expulsarlos de las cámaras correspondientes, para que nunca más ocurran semejantes apreciaciones antidemocráticas e inhumanas. Cabe el mismo concepto para sectores del periodismo que atacan constantemente a las víctimas y además, estimulan sin tapujos el odio y la venganza. Además, merecen una sanción las provincias de Mendoza y Jujuy que han desobedicido el decreto del presidente de la nación, con respecto al feriado nacional de hoy, ya que se trata de un decreto con fuerza de ley.
Lo único rescatable de todo lo sucedido con Cristina, es la reacción popular y la inmensa certeza que ése pueblo no permitirá de ninguna manera nuevos avasallamientos y situaciones crueles en contra de la vida, libertad y democracia. ¡¡¡Será Justicia!!!