¿Tanto cuesta entender que el neoliberalismo atenta contra el bienestar de los pueblos?

Basta repasar con atención lo que viene sucediendo en todo el planeta en los últimos tiempos, principalmente, desde que comenzó la pandemia producida por el Covid 19 y la actual guerra entre Ucrania y Rusia, como para sacar conclusiones en cuanto al accionar de algunos gobiernos y la forma de encarar semejante flagelo, sin que sus respectivas sociedades tengan que pasar privaciones que condenen no solo su presente, sino su futuro a largo plazo.

Los medios de comunicación se encargaron de defenestrar a cualquier gobierno de carácter popular, cargándoles toda la responsabilidad de una fallida gestión ante una pandemia que nos iba arruinando nuestras vidas día a día, pero de ninguna forma lo hacían con las administraciones que eran representadas por un capitalismo salvaje. Estaban más preocupados por el alza de la inflación en cada país emergente o de los inconvenientes que sufrían las empresas poderosas, sin embargo se hacían los desentendidos por lo que aquejaba a la población más vulnerable. Esto sucedió y aun sucede, tanto en nuestro país como en el resto del mundo, sin embargo han hecho caso omiso al salvataje que produjeron algunos gobiernos de corte popular a dichas empresas que no podían pagar los salarios de sus trabajadores evitando una serie de despidos que serían muy perjudiciales para la paz social, además de los fuertes refuerzos económicos, mediante bonos y ayuda solidaria, precisamente, por semejante situación que estaban viviendo los sectores menos pudientes. A todo esto lo siguen denominando populismo, sin importarles en absoluto las soluciones brindadas a esas familias que estaban quedando literalmente fuera del sistema.
Parece mentira que lo comentado en el párrafo anterior no haya producido en nuestras sociedades algún efecto positivo, todo lo contrario, sumergidos a la información maliciosa que les brindaban esos medios hegemómicos, no prestaban debida atención a lo que recibían y se hacían eco de esas noticias desestabilizadoras producidas por los medios aludidos.
Aunque parezca raro, semejante acción mediática, produjo el avance desmedido de las nuevas derechas en todo el mundo y ya vemos con bastante preocupación el crecimiento de un fascismo que nos puede retrotraer a las décadas más infames de la historia mundial, pues no se aleja para nada a lo que produjo el hitlerismo, Mussolini en Italia o la guerra civil española, sumado a una segunda guerra mundial, agregando una enorme y salvaje crisis de la década del treinta en el siglo pasado, que costó nada más ni nada menos que 6 décadas para olvidarnos de ella.
Ya notamos los triunfos de la ultra derecha en Italia o el Reino Unido y desean desparramarlo en todo el universo, fundamentalmente en nuestro continente, que en los últimos años se volcó a recuperar los tiempos perdidos y no encontramos con éxitos del progresismo, aun con intermitencias, pero que descomprime algo el fuerte accionar fascista en la región. Si bien no pudo todavía desplegar un plan integrador tanto Boric en Chile, Petro en Colombia, como Castillo en Perú, es harto probable que al ganar Lula da Silva a fin de mes en Brasil, nos devuelva el optimismo y la esperanza hacia un futuro inmediato en Sudamérica.
Estrictamente voy a dedicar el espacio que me queda a lo que sucede en nuestro país, pues ése depertar de las ultras derechas, siempre estimuladas por esos medios de comunicación que aludo al comienzo del presente editorial, nos tiene que dejar un manto de preocupación y sospecha, máxime si tomamos seriamente en cuenta lo acontecido con el intento de magnicidio con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Este tranquilo pueblo argentino no toma en cuenta lo que viene sucediendo en el resto del planeta, más precisamente, en aquellos países que los denominamos del primer mundo, pues tanto en Francia, Alemania, España o en los Estados Unidos, se está trabajando arduamente para que las grandes empresas que han hecho fortunas desmedidas durante la pandemia y la actual guerra, comiencen a pagar mayores impuestos para distribuir en aquellas familias que están en situaciones alarmantes. Aqui recien en la última semana notamos que en el Coloquio de IDEA, aquellos empresarios de mayor relieve se están dando cuenta, o al menos lo manifiestan, que es necesario ceder algo para crecer. Claro, no satisface mucho en la forma en que lo anunciaron, pues "del dicho al hecho hay mucho trecho", pero al menos es un cambio no esperado quizás, de parte de estos personajes que nos devaluaron como seres humanos en los tiempos más difíciles para toda la Argentina.
Lo importante de todo aquello que les comento, pasa por el desinterés de gran parte de nuestra sociedad, en conocer la verdadera estrategia de estos sujetos que han degradado a nuestro país en todos los niveles, pues nos parece increíble que no ponen atención en lo que postula Mauricio Macri hacia el futuro, de acuerdo a lo escrito en su reciente libro que lo tituló "PARA QUE", donde sin tapujos nos manifiesta que van por todo y pondrán en venta todas las empresas que nos queda en el Estado y no vacilan en crear nuevas leyes sobre el trabajo y las jubilaciones y pensiones, para llevarnos a las etapas negras de la esclavitud. Así de simple, ya no esconden nada pues nos adelantan que ni bien puedan asumir en el próximo período gubernamental, en caso de ganar, van a ejecutar todo lo prometido en tal libro.
El mismo Javier Milei desde su espacio político, no escatima esfuerzos en poner en práctica todo el diccionario ultra liberal para entregar nuestro patrimonio al mejor postor en el menor tiempo posible.
Bien, para cerrar, a manera de pregunta concreta, usted necesita algo más para darse cuenta hacia nos desean llevar estos personajes del terror que han despedazado al país en el tiempo que les tocó gobernar o lo que ofrecen desde la oposición en cuanto a la forma de manejar un país hacia un futuro inmediato. Bueno, creo que no hace falta ahondar más en el tema, solo deseo que su capacidad intelectual le permita observar la situación con total claridad y tomar una resolución cuando le toque la hora de emitir su voto, sin dejar de luchar activamente desde hoy. ¿No le parece?