Las actitudes belicistas del presidente Milei nos pueden llevar a un desastre

Esta nueva actitud o decisión del presidente Javier Milei, en realidad no me sorprende en absoluto, pues lo vengo afirmando desde que asumió y está documentado en cada editorial que escribí en nuestra página o en mi programa de radio. Me refiero estrictamente al peligro que envuelve a todo el país con sus ambiciones bélicas, teniendo como base que se considera un monarca y además, como si fuera poco, está convencido que es el dueño de la verdad y hasta se ha creído que encuestas internacionales lo ponen como uno de los dos presidentes más populares del universo.¡Todo un despropósito! La resolución que ha tomado Milei con respecto a la situación entre Israel e Irán, es además de ultra peligrosa, la única del mundo que apoya una posible situación bélica, basándose en la defensa del mundo occidental, sin importarle los resultados negativos que puede tener el planeta ante tal definición. Es más, como lo demuestra cotidianamente no tiene un conocimiento real de la historia del universo, teniendo como premisa que la misma Irán ha sido una de las naciones forjadoras de occidente, y no tiene nada que ver con los grupos terroristas que existen en tal país. De cualquier manera resulta necesario que cada nación del mundo se exprese y se comprometa en tan delicada situación que vive Medio Oriente, pero de ninguna forma se puede apoyar la posibilidad de una tercera guerra mundial, como el citado MIlei lo definió en el programa que conduce el colega Alejandro Fantino.
No solo argumentó tales propósitos, sino que mencionó a Moisés, del cual es fanático peligroso, considerándolo como el mayor libertario de la humanidad, algo que no tiene absolutamente nada que ver con la realidad que estamos viviendo, ni por asomo se puede cotejar con la situación de enfrentamiento entre Israel y los países linderos en conflicto desde hace más de 5 décadas. El nos hable de la luz sobre la oscuridad, y precisamente los caminos de la luz que propone son adversos a sus declaraciones.
Mientras los países dominantes del planeta a través de sus respectivos gobiernos, difunden comunicados que alientan a una salida diplomática y en paz, el presidente argentino haciendo valer su postura de "guapo", para quedar bien con los sectores corporativos de Israel y Los Estados Unidos, trata de embarrar el territorio avasallando todos los tratados internacionales que existen, y vuelvo a reiterar, no solo poniendo en juego la paz mundial, sino agregando un conflicto mayor a nuestra ciudadanía entrando en zona de guerra, estando a merced de cualquier atentado terrorista como sucediera hace treinta años, precisamente estando en la presidencia nada menos que del lider político de Milei, me refiero a Carlos Saúl Menem, alguien que nos metió en la primera guerra del Golfo Pérsico, soportando luego los dos atentados en la Amia y la Embajada de Israel en nuestro país, con el agregado del asesinato de su hijo.
Nuestro pueblo ha sido siempre a través de la historia, olvidadizo de los hechos sucedidos a nivel internacional con Argentina, más aun en la contemporánea, pero debe darse cuenta hoy más que nunca, que la actitud tomada por el actual presidente, es de una extrema peligrosidad que no puede compararse con ninguna de las resoluciones anteriores con otros gobiernos nacionales.
Mencionaba que se hacía el "guapo" en el programa de Fantino, y me trae al recuerdo una frase que mi padre me decía siempre cuando éramos adolescentes, nos decía tanto a mi como a mi hermano, que los guapos tienen tres destinos casi asegurados..."hospital, cementerio o cárcel", simplemente para evitar confrontaciones que no te llevan a ninguna parte. Bien, cabe dicha frase para el presidente Milei, pues no es necesario sacar la chapa de guapo con libreta ajena, teniendo en cuenta que dichas atribuciones como lo manifestara anteriormente, lo paga todo un pueblo de 47 millones de compatriotas.
Además es necesario puntualizarlo, el presidente no nos dice la verdad con respecto a su reciente viaje a Miami y que debía finalizar en Dinamarca para resolver el tema de la compra de aviones que son de fabricación norteamericana. La realidad es que se frenó la compra, precisamente por la decisión de Milei en salvaguardar solamente a Israel con una defensa irrestricta y condenando como simples terroristas a Irán, cuando la postura danesa es totalmente adversa, aunque haya respaldado a Israel, pues en ningún momento el gobierno danés, impulsa una acción bélica, todo lo adverso, predica la paz y el entendimiento diplomático entre ambas naciones en conflicto. La reacción de Milei puso freno al viaje del presidente a Dinamarca, a pedido del mismo gobierno danés que no desea quedar involucrado en el tema tan picante, máxime si pone en venta aviones, algo que quedó en stand by, ya que no sabe el uso que pueda darle el presidente argentino. ¡Así de simple!
Para no ser tan extensivo, ya que considero he sido lo más prudente y claro posible, solo espero que nuestra sociedad no vuelva a caer una vez más en las trampas que desea implementar el presidente y todo el sector corporativo que representa Milei, ya que el aludido presidente solo defiende los intereses de la más ultra derecha israelí y norteamericana, que ponen todos los cartuchos en tratar de apoderarse de nuestros recursos naturales, comprometiendo a la Argentina en una guerra que no tiene nada que ver con nosotros. Eso se debe a la obediencia acérrima de Milei con los sectores financieros que pertenecen a esos grupos comandados por BlackRook y el máximo exponente de la informática moderna Elon Musk, de quien se enorgullece de ser amigo. ¡Créalo, es así como les informo! LO contundente y que lo pinta de cuerpo entero a Milei, es que se despreocupa de la situación económica de nuestra ciudadanía, sumergida en la pobreza, máxime en los últimos 4 meses, y pone todas las fichas en un conflicto internacional totalmente ajeno a nuestra cultura, incluso a los compromisos internacinales que debe tener toda nación, siempre prevaleciendo los intereses nacionales, ante de ponerlos en un perjuicio semejante...¡Hasta la próxima editorial!