Generando cambio

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Escrito por Gerardo Bova   
Miércoles, 23 de Noviembre de 2011 00:00

  LA ADAPTACIÓN ACTIVA A LA REALIDAD, COMO AFIRMARA PICHÓN RIVIERE

Nadie que se considere inteligente, puede pasar por alto lo que sucede actualmente en el mundo, más precisamente, en algunos países de Europa de mayor relevancia en el circuito económico, incluyendo a los Estados Unidos como epicentro del malestar universal.
Es evidente que las cosas no se han realizado a elección de los pueblos, simplemente, se han dedicado a perfeccionar y profundizar las recetas recesivas impuestas por el FMI y otros organismos de crédito, preferentemente comandados por los Bancos más poderosos del mundo. Todos esos países han sido excesivamente obedientes al sistema arbitrado y de esta manera han quedado sumergidos, casi inevitablemente a los residíos   "patéticos" de estas corporaciones. Innumerables medios de comunicación mundial, como empresas multinacionales, orientados por aquellos organismos que les mencionara, han sido los precursores del sistema neoliberal, llevándolo a la práctica, con la premisa que los costos los pagaran los países emergentes y aquellos de menores recursos naturales, con posibilidades de insertarse en el mundo económico moderno.
Prometí en estos días anteriores que iba a profundizar mi columna de opinión, con el único objetivo de clarificar mis conceptos,  cuando paso a defender con ahínco y convicción este modelo que se ejecuta en Argentina y vastos países hermanos de la región.
Bien, pero vale la ocasión para aclarar algunas preguntas que me hacen los lectores, a través de correos electrónicos, solicitándome una definición con respecto al significado real de este modelo o que modelo defendemos en realidad.
Creo que lo más destacable sobre este tema, es la falta de autocrítica en algunos sectores de nuestro país, cuando niegan una realidad que les pasa por encima, aún reconociendo que nunca estuvieron mejor que en estos últimos años de convivencia con el kirchnerismo. Pero es tan fuerte la cuota de negatividad o de atributos cercanos al “gorilaje”, que jamás podrán revertir ese pensamiento, simplemente, porque no están dispuestos a tomar semejante decisión.
La Presidenta Cristina Fernández, recientemente manifestó en uno e sus discursos que el mayor acreedor del mundo, no es precisamente China, sino Suiza y paradójicamente, no produce nada más que los relojes que marcan las horas del destino en el mundo.
Las críticas que se le atribuyen al actual modelo impulsado en Argentina desde mayo del 2003, son los excesivos gastos de recursos públicos, pero no pueden asumir que esas erogaciones desmedidas para algunos, no es otra cosa que pregonar el consumo, a través del empleo, y que de esta manera, si bien resulta algo incómodo, la inflación pasa a segundo plano, algo que recién algunos líderes mundiales (léase Obama, Sarkozy) están intentando revertir en sus ideas, con el objetivo de encontrar similitudes de ejecución, a lo que se ejecuta en Argentina, por la demostración cabal del éxito del programa que conduce Cristina.

Es necesario recordar parte de lo comentado en la nota de ayer, cuando mncionaba algunas declaraciones o aseveraciones de Marcelo Bonelli, hace exactamente 10 años en plena crisis del gobierno de De la Rúa, cuando largaron el canje de deuda, auspiciado por Domngo Cavallo. Este periodista servil al grupo Clarín y sujeto a los mandatos de Héctor Magnetto, no vacilaba en resaltar las políicas del FMI, agumentando que en los Estados Unios y especialmente en los directivos de dicho organismo, veían con optimismo y auguraban un éxito total, al  plan económico argentino,  por las decisiones que había tomado el gobierno de nustro país, con tales medidas. Además, es muy conocido por todos ustedes que Bonelli, era un ferviente admirador de las ropas que vestía el titular del Fondo, Straus-Khan, porque lo consideraba un "tipo con pinta" con "pilchas" de primer nivel. Toda una alcahuetería de bajo perfil, que nos da naupcias.

Pero claro, si analizamos todo esto nos damos cuenta que las posturas tomadas por serviles como Bonelli o periodistas de corte similares, no han hecho otra cosa que ponderar las culturas de opresión y maltrato del FMI, ya que si se toma seriamente las actuaciones del titular del Fondo nombrado de origen francés, obtendremos como respuesta una terrible muestra de humillación en lo que respecta a los respetos humanos. Ellos, todo lo manejan como abuso, y las pruebas las tenemos con aquella camarera que tuvo que soportar los tribunales para despejar las dudas de una presunta prostitución, por el acoso del susodicho, además de traernos en el recuerdo a la situación de Bill Clinton con una de sus secretarias, y que ya es de gran dominio público.

Creo que con estos antecedentes, no es necesario aumentar aún más los conceptos, considero que está todo bien argumentado y clarificado, entonces, vamos al grano.

Como uno ha tomado el tiempo necesario en la difusión de este modelo, brindándole un espacio muy amplio, tal vez resulte cansador para los lectores, entonces me voy a tomar la tarea en divulgar una nota publicada nada menos que en el The New York Time, versión en español y a su vez, transmitida por Clarín en su edición del sábado pasado, cuya autora es la prestigiosa periodista y escritora norteamericana Pola Oloixarac.
La nota en cuestión marca con especial énfasis,  el liderazgo de nuestra presidenta en el mundo, pero además advierte en la necesidad de tomar como ejemplo las políticas públicas ejecutadas en nuestro país. Dicha columna la tituló “Montando Un Nuevo Escenario” y los párrafos más sobresalientes son los que voy a publicar seguidamente: “¿Es posible que de aquí a 10 años, un político griego o italiano, que sea tan desconocido como lo era Cristina en 2001, compita con ella en popularidad? ¿Quién dará un paso al frente para aprovechar la crisis financiera?
Las manifestaciones que sacudieron a Argentina en 2001, cuando el ruido de las cacerolas copó las ciudades del todo el país, eran más vehementes y espontáneas que el movimiento actual Occupy Wall Street, pese a que comparten rasgos comunes.
Las asambleas argentinas decían estar en contra del sistema. Condenaban la especulación financiera, apoyaban el reciclado y manifestaban haber perdido su fe en el sistema capitalista.Las asambleas de ciudadanos enfadados, conocidas como “cacelorazos”, veían a los políticos como traidores del Estado, pero no ofrecían alternativas políticas a un sistema que consideraban corrupto. Las asambleas por sí solas no generaron cambios, hicieron falta políticos avezados para canalizar el descontento.
“Nunca había visto un gobierno tan bueno”, dijo Carlos Daniel Sturla, un abogado de 37 años de Buenos Aires. “Es como si finalmente estuviera construyendo el país que todos queríamos ver”.
Ningún argentino habría dicho eso hace una década. ¿Existe alguna probabilidad de que emerja una nueva pareja en el poder para tamizar la ira que está impulsando las protestas en todo el mundo hoy, inspirar a los ciudadanos y unir a un país?
Esto no fue escrito por una profesional paga por el gobierno, ni siquiera por alguien ligado al continente sudamericano, ni tampoco por Víctor Hugo Morales; o creado por TVR o “6,7,8”, fue simplemente una visión y opinión de alguien que desde afuera y con un gran criterio de la realidad, nos desea abrir los ojos, pero con una coherencia que en el mundo periodístico nos está faltando.


Última actualización en Martes, 22 de Noviembre de 2011 19:21
 
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