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LA SUERTE ESQUIVA SE ENSAÑA CON NUESTROS PRESIDENTES
Parece que el estrés que produce el cargo máximo de un país, provoca cambios circunstanciales en el organismo de una persona. No es la primera vez que esto ocurre, no solo en nuestro país, viene sucediendo asiduamente en la parte sur del continente.
A pocos años de reiniciarse la democracia en Argentina, comenzó con Carlos Menem con su problema en la carótida; más tarde le ocurrió a Fernando de la Rúa, luego con Néstor Kirchner, quien perdió su vida, entregada al servicio de la política y su pueblo y ahora, nos toca nuevamente muy de cerca con la intervención quirúrgica que debe someterse nuestra presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Si bien el cáncer detectado no es de extrema gravedad, queda claro que la responsabilidad de llevar un país a buen puerto a cualquier persona, ocasiona inconvenientes que, tiene que ver estrictamente con una tarea ardua y sin descanso. También es visible que no cualquiera contrae una enfermedad de este tipo, pues las personas que pasan por la vida sin dejar huellas de responsabilidad y compromiso, difícilmente puedan constreñir algo atípico en su cuerpo, simplemente, por no hacerse cargo de las obligaciones que la vida o en este caso, su pueblo le ha conferido.
En América del Sur, últimamente estamos viviendo horas de zozobra por estas circunstancias, ya le ha pasado a Lula Da Silva, Fernando Lugo, Dilma Rousseu, Hugo Chávez, entre otros y casualmente observemos que no pasa en otros países de Europa, por ejemplo o en los Estados Unidos, y pareciera que estos sucesos solamente tiene que franquearles a los presidentes que mayor compromiso han demostrado frente a sus pueblos, por encima de los intereses económicos.
Esto no significa para nada, que quien escribe esta columna, desea fuertemente que a aquellos presidentes les ocurra algo similar, simplemente lo menciono para que nuestros lectores refresquen sus memorias y trate de encontrar situaciones parecidas de los mandatarios en todo el mundo.
A los ultra creyentes también les sugiero que hagan las comparaciones pertinentes, y traten de encontrar los motivos que provocan estas cosas, porque pareciera que Dios, nos tiene algo olvidados a los países emergentes del hemisferio. ¿No les parece? O sino que opinen los habitantes de Haití, Africa, etc.
Le rogamos a este Dios de las mayorías, que ponga toda su sabiduría y bondad en proteger a Cristina, por todo lo que significa en la actualidad para los argentinos.
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