NO ES LA DENOMINACIÓN ADECUADA, PERO...

La denominada Ley Antiterrorista, recientemente sancionada en el Congreso de la Nación y promulgada por el Ejecutivo, en sí misma encierra una serie de dudas, principalmente, por estar bajo la sugerencia del GAFI, un organismo que recibe claramente las recetas de imposición del FMI y el Banco Mundial, pero también es necesario profundizar el análisis y el debate, por la sencilla razón, que no es lo que desea imponer en el pensamiento, algunos medios de comunicación, que ya nos tienen acostumbrados a crearnos un malestar que en estas circunstancias no existen y no debe preocuparnos.

Si se camina por los caminos de la transparencia y honestidad, difícilmente tenemos que caer en suspicacias, ya que  nadie será perjudicado, si entramos en los ilícitos, fundamentalmente, los que entran en la categoría de traición a la patria, algo que es muy común en algunos personajes de nuestra historia y actualidad.
Si con un lavado de dinero o concretas actuaciones de ilegitimidad, se perjudica netamente los intereses de la Nación, es indudable que todo sujeto que convulsiona el ambiente de paz y libertad en un país en serio, debe ser sancionado con todo el peso de la Ley, y esta Ley que comentamos, tiene inmersa en su espíritu tales condiciones.
Es preocupante y llamativo, la forma que desea encarar el tema, algunos medios, llamémoslos por su nombre: La Nación y Clarín, en este caso, porque quieren llevar al tema concretamente, por el lado del periodismo, y desean difundir, una vez más para confundir a la opinión pública, que cualquier profesional que difunda alguna información que no concuerde con el pensamiento del gobierno nacional, puede ser involucrado dentro del peso de esta ley y pagaría con prisión, cortándole de esta manera la libertad de expresión o imprenta, según la óptica de cada uno.
Si la información carece de formalidad y veracidad, supuestamente perjudicaría al motorizante de la noticia,  y ese no es un punto favorable para cualquier periodista, así que tendrá que recaudar todos los recursos genuinos y transparentes para que no ocurra nada desagradable. No pueden temer a nada, siempre que la noticia esté sustentada por las caminos de la verdad, y es hora de que mencionen la fuente real de la información, para no entrar por caminos sinuosos.
Cabe hacerse algunas preguntas para dilucidar este berenjenal: ¿Acaso estos medios, desean seguir informando en base a mentiras, sin que nadie los sancione como corresponde? ¿Si la información es legítima, cuáles serían los perjuicios?
Es importante detenerse en hechos sucedidos recientemente, más precisamente con la operación quirúrgica que debe realizarse la primera mandataria y que todos los medios cumplieron perfectamente con la difusión del hecho, además de sentirse comprometidos con la pronta recuperación de Cristina Kirchner.
Bien, pero tenemos que detenernos severamente en algunas informaciones recientes que publicaron ambos diarios mencionados. Se acaba de publicar algunas compras de departamentos de la presidenta para una de sus empresas, “Los Sauces”, y se habla de unos dos millones de dólares cada una de las operaciones, algo que todos sabíamos, porque ocurrió en el mes de mayo del año en curso. Entonces, nos preguntamos: ¿Cuáles son los objetivos de ambos matutinos? Además de confundir a la sociedad, se pretende hacer perder la tranquilidad a Cristina, quien debe someterse a una operación traumática, aunque los médicos presagien que no es nada grave. ¡No joder, estamos hablando de un cáncer!
Nos hacemos otras preguntas: ¿Era importante recordar nuevamente esta situación de los departamentos después de 8 meses, en vísperas de tal operación quirúrgica? ¿Acaso esto no es un acto de “mala entraña” en una situación tan compleja?
Me recuerda todo esto, a aquella poetisa argentina de gran trascendencia, llamada Nélida Pessagno, quién en uno de sus poemas, escribió algo maravilloso que lo tituló, “La Muerte sin Muerte” y que en varias oportunidades tuve el honor de resaltarlas y recordarlas. Habla Nélida en ese poema, de la forma que puede matar alguien, sin tener que utilizar armas, con la palabra o acciones desmedidas, se puede matar a alguien.
Esto es lo que me trae el recuerdo con estos medios, que utilizan todo tipo de artimañas, para perjudicar el libre desenvolvimiento, tanto de un equipo médico, o de la situación emocional de Cristina Kirchner.
¿Cuando se ensañan meticulosamente y con enormes pruebas de mala intención, no cabe encuadrar a estos sujetos en el espíritu de la ley comentada?
Saque usted, amigo lector, las conclusiones pertinentes.