EXISTEN INTERESES MUY FUERTES PARA QUE PROSIGAN EN CONTRA DE LA INDUSTRIA NACIONAL

En la primera parte de este informe, había prometido anunciar datos sobre las importaciones en el país, desde hace 40 años al menos, para tener un panorama más claro sobre el tema incandescente, que desean instaurar algunos medios, vaya a saber con que objetivos lo ejecutan.
Comencemos con los números sobre importaciones que entraron al país, desde 1972, Gobierno de Lanusse y hasta llegar a los cambios incomprensibles del 2002, cuando luego de Fernando de la Rua, llegamos a tener cinco juramentos presidenciales en una semana. Se exportaron en esos 30 años por 150 mil millones de dólares aproximadamente, llegándose a importar por 215 mil millones, con una desventaja de unos 65 mil millones, todo de tono aproximado, porque faltan unos detalles que pueden oscilar en aumentos de ambas disciplinas en un 9%, teniendo en cuenta que carecemos del material imprescindible de algunos productos. Cabe aclarar que debido a esos desfasares producidos, Argentina llegó a tener una desocupación, que orillaba del 12,3% al 24,7%, cifra máxima que tuvo el país, entre las administraciones finales de Carlos Menem y durante el gobierno de De la Rua.

Al poco tiempo de hacerse cargo de la presidencia, Néstor Kirchner y hasta el día de la fecha, se han exportado, de acuerdo a datos que ostentamos de las mismas características que las anteriores, por unos 256 mil millones de dólares en tan solo nueve años y se importó por una cantidad que oscila entre los 174 a 179 mil millones, o sea una franca ventaja de 77 mil millones, que van en aumento, precisamente por darle mayor ímpetu a la industria nacional, esquivando la fuerte presencia de producciones extranjeras,  que sin dudas, nos quieren volver a introducir en el país.
Si nos ponemos a analizar sobre las reservas de divisas del Banco Central, la balanza se inclina netamente hacia las políticas de Estado, implementadas por Néstor y posteriormente por Cristina. Las reservas promedios, en los años 1972 a 2002, años de constantes pérdidas para la Nación, ondeaban en 8 mil millones de dólares, y en los años de gobierno de los Kirchner, el promedio llega a unos 32 mil millones, con el júbilo, de haber tocado los 51 mil millones hace apenas 1 año, en pleno nacimiento de la crisis mundial. Hoy las reservas naturales del Banco Central, están en unos 47 mil millones, con el beneplácito de que se cumplen todos los compromisos de créditos y sin “atorar” al pueblo en situaciones perversas. Más aún, se puede argumentar con total placer, que la desocupación que hoy padecemos, es una de  las más bajas de la historia en Argentina con un 7%, y también hoy es una de las más bajas en el mundo entero.
Nos cuesta creer, después de todo este informe, producido por la Redacción de NUEVO PAÍS, que ciertos sectores políticos, empresariales y representantes de los medios más calificados de Argentina, insistan en contra de las políticas que emplea con éxito el gobierno de Cristina, con el achicamiento en ingresos de productos extranjeros. Estos sectores opositores, están originando hechos, para que no recuperemos YPF (por ejemplo) y prefieren que sigamos importando petróleo, sin entrar en detalle, sobre las grandes diferencias económicas que Repsol ha conseguido en el país, solamente mencionando el ingreso de 13 mil millones de pesos en utilidad, pero cuando tienen que enviar las divisas para prorratear los dividendos de sus accionistas, se dieron el lujo de expedir a España, más de 18 mil millones, o sea, 5 mil millones que sacan de nuestro país y no corresponde realizarlo.
Reivindicar la industria nacional, no significa que no podamos importar algunos productos. Tengamos en cuenta que todavía no estamos en condiciones de producir, en muchos rubros, y para ello, ANSES está brindando un apoyo importante a las PYMES, con créditos blandos, que son fácilmente pagables, con la satisfacción que ese dinero,  vuelven a las arcas de ANSES, el organismo del Estado, obtieniendo la posibilidad de lograr aumentos en los haberes jubilatorios, algo que todavía, cierta parte de la sociedad argentina, no ha podido comprender o les cuesta en exceso concebirlo.
Estos conceptos que acabo de emitir en esta columna, con los datos sobresalientes del tema importaciones, considero que son importantes para analizar y no entrar en el debate que desean los sectores que están decididamente en contra de los intereses del país.
En las notas siguientes, que tendrán a partir de mañana, seguramente se clarificarán algunas confusiones o dudas que aún tiene la sociedad, pero que al leerlas y releerlas, nos permitirá estar mejor asesorados. Perdón por la falsa modestia.
Hasta Mañana.-