LO IMPORTANTE NO ES LO QUE DIGA, ES COMO LO RECEPTAMOS NOSOTROS

A pocas horas de un nuevo discurso inaugural de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que pone en circulación las Ordinarias en el Congreso de la Nación, se me dio por leer los distintos medios que marcan la agenda de información en Argentina, y la mayoría hacían conjeturas sobre el mismo, tratando de pronosticar con acierto, sobre los temas que elegirá Cristina para dicha inauguración parlamentaria.
Les adelanto que no existirán sorpresas, nada que esté alejado de las propuestas que se iniciaron en mayo de 2003 y que continúan ejecutándose, hasta nuestro días. Además, resulta lógico que haga una lectura de todo lo realizado por su gobierno y las metas que aún faltan concluir. Los problemas actuales, que han tomado estado público, y cierta prensa, como es costumbre, desean darle un mayor interés porque trata sacar provecho de cada uno de ellos, serán analizados por la presidenta con la seriedad que requiere cada uno y sin ofrecer confusiones. Lo que sucede fundamentalmente, es de qué forma toma cada uno de los argentinos y los medios hegemónicos, cada palabra que emite Cristina Fernández, ya que siempre se intenta desnaturalizar los contenidos de sus discursos.
Los argentinos, como siempre sugiero desde este espacio, tenemos que estar con los ojos bien abiertos y atentos, por todo lo que vienen programando algunos sectores políticos, económicos y sindicales del país. Es muy notoria la aportación de desestabilización de algunos líderes gremiales, caso concreto el “Momo” Venegas, quien anticipara allá por Enero, que en marzo iba a explotar una crisis social y que todos los gremios estarían “peleando” fuerte y tenazmente contra el gobierno, por las disputas salariales. Lo más preocupante, es la intervención en sociedad del líder de la CGT, Hugo Moyano, junto a otros jefes sindicales, que hace apenas 4 meses estaban llorando en las polleras de la presidenta, solicitándole el 50% de sindicalistas en las listas a diputados y senadores, y otros estaban en la vereda de enfrente tratando de voltear al gobierno. Bien, hoy están juntos “tirando del carro”, no para salvar el salario de los trabajadores, simplemente, para mantener la supremacía en el campo gremial.
Es sugestivo que suceda todo esto, fundamentalmente, si tomamos como base que existen paritarias por Ley, que se están cumplimentando año a año sin inconvenientes, y estos sujetos pregonaban con dos meses de anterioridad los hechos a suceder.
¿Que paradójico, no? Mientras en Europa las manifestaciones se acrecientan, con represión incluida, simplemente, para defender la fuente de trabajo y que los salarios de los trabajadores no sean achicados, aquí combatimos a un gobierno, que nos permite en una etapa próspera, como no se vislumbraba desde hacía 60 años, la discusión salarial, sin despidos, además de proteger la industria y el trabajo nacional, combatiendo la desmedida adquisición de productos importados.
Todo esto está delineado de una forma perfecta, si se analiza la ideología de cada uno, están los que tienen enormes compromisos con el país y sus sociedades, y están lo que miran los intereses propios, por encima del pueblo.
Prueba evidente la tenemos con la actitud del Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, quien sin analizar previamente, cuando se hacía cargo del Subte, de acuerdo a lo pactado y firmado, a las 24 horas, ni bien conocía la decisión de la baja de subsidios en un 50% de parte del Ejecutivo Nacional, tomó la “posta” y decretó un aumento de más del 100% en las tarifas. Ahora, al producirse nuevos enfrentamientos por el tema de la Seguridad, según su versión, argumenta que no está en condiciones la Ciudad de semejante responsabilidad y quiere devolver la administración de los subtes, como si estaríamos hablando de un simple billete de lotería.
Los diarios hegemónicos, no solo no hablan de eso con la seriedad que requiere el caso, además cargan las responsabilidades al gobierno nacional, especialmente a la figura de la Ministra de Seguridad Nilda Garré.
Lo mismo sucede con las petroleras; con las minerías; con el caso Boudou; con las paritarias docentes, etc.
Bueno, en pocos horas tendrán el discurso que necesitan escuchar de parte de Cristina Fernández, pero también hay que abrir los oídos para saber de que se trata.
Me causaba gracia al leer a primera hora de la mañana, uno de los títulos de Clarín, con respecto a la Selección Argentina que venció ayer a su similar de Suiza, donde Lionel Messi convirtió los 3 goles de nuestra selección. Decía en su párrafo principal, que será de nuestro equipo cuando no tengamos a Messi, dentro de algún tiempo y se preguntaban si aparecerá otro similar.
Esto tiene que ver con esa forma antigua de mirar la “mitad del vaso lleno” o la “mitad del vaso vacío”. Es evidente que la “mala onda” y la incredibilidad del matutino en todos los órdenes, está plenamente a la vista de cualquiera. En vez de disfrutar a Messi, que lo tenemos hoy y está en su glorificación, se dedican a mirar el lado malo y “llorando” por anticipado por el día que nos tocará perderlo.
Esta es la forma de mirar al país que tienen estos grupos. ¿No le parece?