EL NAZISMO DEL DIARIO LA NACIÓN Y SU SOCIO CLARÍN, NO SE PUEDE TAPAR

Lo que viene sucediendo en estos días, con unas notas publicadas en el diario La Nación y apuntaladas por Clarín en toda su difusión, es otra prueba más que elocuente de esta nueva formación como “Partido Político” de los socios de Papel Prensa.
Claro, ya no van a buscar a políticos para que se encarguen de expandir esos criterios de opinión, ordenan a empleados del grupo para que se encarguen de manipular a la sociedad que consume sus productos. Lo que sucede realmente,  de acuerdo a los hechos,  que parece que están eligiendo muy mal a sus interlocutores, porque además, de advertir o “retar” a la presidenta por los dichos referidos a esas notas que voy a comentar, el médico periodista Nelson Castro, es el que está mal asesorado y no examina bien la información que le alcanzan. Ya es de dominio público la nota que días pasados produjo el periodista del diario de los Mitre, Carlos Pagni, cargada de fuertes contenidos antisemitas, donde hacía alusión a los jóvenes de La Cámpora, fundamentalmente en la figura del economista Alex Kictillof, actual vice ministro de esa cartera, a quien califica por sus genes, hijo de montoneros, nieto de un rabino y una clara tendencia marxista y de extracción judía, como si se estaría hablando de una persona contaminante para la comunidad. Mecanismos exactos, usados por la dictadura más atroz que gobernó el país a mediados de los 70, y que contó con la anuencia y apoyo de los diarios en cuestión.
Bien, inmediatamente de salir publicada la nota de Pagni, la presidenta Cristina Fernández salió a defender enfáticamente, tal cual lo merecía el caso, al joven economista, criticando fuertemente la actitud fascista y nazi del periodista aludido, algo que inminentemente, contó con el repudio a la nota y la adhesión a CFK, de parte de la DAIA, con un análisis realizado por su presidente Aldo Donzis.
De cualquier manera, en ningún momento el diario pidió disculpas a la comunidad judía, ni al economista agredido de manera discriminatoria, pero profundizó la agresión, tratando de mentirosa a la presidenta, desmintiendo con títulos pomposos y mediáticos la opinión presidencial, además de inventar que la DAIA, no había criticado al diario, ni existía un comunicado oficial de la institución israelita.
A medida que pasan las horas, el diario a través de uno de sus hombres más representativos, Mariano de Vedia, sigue mintiendo y no intenta al menos producir una excusa para corregir el “error”, solicitando las disculpas pertinentes, todo lo contrario, estimulan a Nelson Castro, para que diga que Cristina es una farsante y que el documento no existió.
El mismo presidente de la DAIA, Aldo Donzis, tuvo que andar recorriendo otros medios más abiertos e independientes, para ratificar el documento que el había firmado y que criticaba duramente al matutino de los Mitre, y que La Nación quiere negar para no verse perjudicado por sus mentiras.
Queda claro que todo esto no ha sucedido por error, como lo encomillara líneas arriba, es simplemente otra estrategia de ataque al gobierno, para desmerecer sus cuadros políticos, intentando confundir y asustar a la sociedad, como si en Argentina aparecería algún movimiento armado que ambiciona quedarse en el poder.
Creo que la madurez de este pueblo, tendrá que responder a estas actitudes golpistas y maliciosas, que ya no pasan simplemente de un “gorilismo” tradicional, son mecanismos utilizados con total astucia y malevolencia, para que el modelo implementado en el país desde el año 2003, tenga un fracaso anunciado por ellos, desde su comienzo, y de esa manera intentan llevarse laureles como salvadores de la patria. Son simplemente unos facinerosos, que desean participar de la política social, que al no tener ideas y personas que ejecuten sus simbolismos, lo único que se les cruza por el camino, es destruir la felicidad de un pueblo, pero esta comunidad, está saturada de tanta mentira y entrega.
Seguiré con esta serie de notas, vinculadas al nuevo partido político sin políticos, que desean implementar los socios del terror (Clarín-La Nación) en cada una de las disciplinas que intervienen.