 LA MALA INTENCIÓN HABITUAL DE LOS MEDIOS CORPORATIVOS
Luego de la exitosa gira de representantes de nuestro gobierno en Angola, con la presidenta y el canciller incluidos, en Argentina, se armó un “debate” que carece de fundamentos sustanciales, principalmente, porque no se habla con la verdad y se desea minimizar el accionar impuesto por el gobierno de Cristina.
Resulta payasesco observar a los periodistas, empleados de las corporaciones mediáticas, cuando critican las negociaciones con el país africano, sobretodo cuando hacen hincapié, en las innecesarias vinculaciones con una región que no produce, según el criterio de ellos, grandes beneficios para el país. Es más, aducen que es vergonzoso negociar con Angola, porque es un país sumamente pobre y sin posibilidades de crecimiento hacia el futuro.
Claro, es evidente que se dedican a informar, sin tener una investigación previa sobre la situación de un país que estuvo 27 años tremendos, bajo los efectos de una guerra civil, pero que desde hace una década, comenzó a vincularse efectivamente, con los países más industrializados del mundo en la actualidad, con un plano de igualdad en los convenios.
Es inadmisible que estos representantes de los medios corporativos, no se hayan percatado que la canciller alemana; el ex Presidente francés Nicolás Sarkozy; la Secretaria de Estado Norteamericana Hilary Clinton, el actual presidente de Portugal; el ex presidente Ignacio Lula da Silva de Brasil y su actual presidenta Dilma Rousseeu y otros mandatarios del G20, han visitado Angola, confeccionando agendas de trabajo y negociaciones bilaterales de relevancia para cada país interviniente.
Nos preguntamos, si en realidad, desconocen estos temas visibles o intentan desprestigiar la misión argentina en el continente africano. No pueden seguir mintiendo descaradamente a la opinión pública, porque los resultados están a la vista y Argentina, obtiene con estas negociaciones bilaterales, un porcentaje elevado de superávit comercial, dándole la oportunidad a las empresas que nosotros denominamos comúnmente, como PYMES, en ejecutar políticas exportadoras en un nuevo vínculo comercial, que sin dudas nos dará frutos interesantes en el mediano plazo.
La pregunta final hacia estos sectores, que claramente se han puesto en la vereda contraria al progreso y el crecimiento del país, no es otra que la siguiente: ¿En realidad prefieren vincularse nuevamente con los países y organismos que nos llevaron al caos y la desesperación financiera en las décadas recientemente pasadas, o desean la prosperidad definitiva para nuestro pueblo, sin entrar en las viejas recetas?
Es indudable que prefieren seguir dependiendo de los intereses corporativos, porque con ellos han realizado negocios que les han permitido llegar hasta nuestros días, con ganancias exorbitantes, que le han dejado márgenes cuantiosos para que vivan con holgura hasta la generación de sus nietos.
Nosotros estamos en otro camino, en el camino de la integración, con las regiones que nos dan beneficios mutuos, y que nos asegurarán esos beneficios obtenidos por ellos, pero con la deferencia concreta que serán para todos y no para unos pocos.
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