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DEBERÍAN DARSE CUENTA YA, DE LO QUE DESEAN LOS ARGENTINOS
Para finalizar esta serie de notas, vinculadas al enojo que siente, alguna pequeña porción de nuestra sociedad, principalmente, por las medidas de gobierno que se toman a diario desde el Ejecutivo Nacional, y desde ya, no le ocasionan ninguna satisfacción a esa parte de la comunidad que menciono, considero necesario, puntualizar con detalles certeros, los motivos que ocasionan esas puntuales irritaciones.
Parece mentira que todavía no han podido visualizar con racionalidad y sentido de ubicación, de acuerdo a los tiempos que vivimos, que ya el dólar no es el instrumento que necesitamos para que nuestra economía siga en crecimiento. Tampoco ayuda, en realidad, algunas aseveraciones u opiniones de funcionarios de nuestro gobierno, porque fueron desmedidas las palabras del Senador Aníbal Fernández, al decir que a partir del lunes pasado, el dólar en el paralelo rondaría los 5,10. Hay que decirlo con todas las letras: El paralelo no debe existir, es simplemente, de representación ilegal y por lo tanto, en un país serio y con una economía clarificada, el dólar único debe ser el oficial. Pero es evidente, que nuestra sociedad, en su gran mayoría, todavía no puede corregir algunos modos de índole cultural, y apuesta al dólar como si fuese la solución legítima para proteger sus ahorros.
Todo este maderamen reciente, ha traído alguna zozobra en la comunidad de mayores recursos de Argentina, y entonces siguen las cualidades violentas, ya que no pueden explicar de otra manera, las actitudes demostradas. Reaccionan contra periodistas y camarógrafos, como si estos fueran los responsables de las decisiones gubernamentales. Pero aquí hay que detenerse a analizar, lo que proponen algunos profesionales mediáticos, porque si desde un canal de televisión, estimulados y dirigidos por el mandamás del Grupo Clarín, se lanza el latiguillo que decía: ¡Queremos Preguntar!, con la inclusión de una pancarta que textualmente decía: ¡Basta de escraches a periodistas, no oficialistas! Todo esto nos provoca una pregunta concreta y legítima: ¿Acaso se puede escrachar a los periodistas que están a favor de las políticas que ejecuta el Gobierno nacional? ¿Deben ser castigados con actos de violencia, los profesionales que no están de acuerdo con ellos?
Bueno, en definitiva, esto fue lo que ocurrió con los periodistas del Canal Público y ya conocemos los resultados, además, en otro ámbito, aprovechando lo que sucedió en la esquina de Santa Fe y Callao, al día siguiente del suceso desgraciado para los trabajadores de "6,7,8", el Jefe de Gabinete de la Ciudad de Buenos Aires, Rodríguez Larreta, sufrió un escrache y algunos insultos de relevancia, pero con verdadera mala intención, el Jefe aludido, mintió a la opinión pública, argumentando que los ejecutores de los actos de violencia recibidos, habían sido militantes de La Cámpora, sin chequear de donde venía la información, ya que esta definición, según las palabras del mismo Larreta, habían sido producidas por algunos vecinos, cuando en realidad se trataba de simpatizantes del Club Comunicaciones, que se encuentra en pleno conflicto con el Gobierno de Mauricio Macri. Estas falsas argumentaciones del Jefe de Gabinete porteño, es la que irrita a muchas personas, y de allí se lanza una ola de carácter crispado, que confunde a la comunidad, provocando los actos de violencia que acabo de enumerar.
Con absoluta razón, el domingo pasado en el programa "Bajada de Línea" conducido por Víctor Hugo Morales y con Horacio Verbinsky como invitado, ambos profesionales de la información, manifestaron la preocupación, de que en adelante y hasta el 7 de diciembre del año en curso, fecha en que caduca el tiempo que le ha otorgado la Corte de Suprema de Justicia a los Grupos monopólicos, para que se desprendan de los medios que tienen, superando el número permitido en la Ley de Medios vigente, tendremos momentos de incertidumbre y con todo tipo de provocaciones para manipular a la sociedad, con falsas propuestas.
Hay que estar alertas, porque todo este tipo de ejecuciones de políticas públicas, no satisfactorias para los grupos dominantes, evidentemente, no será fácil de digerir, porque esos grupos, indudablemente estarán con los dientes afilados y con la intención concreta de "masticar" con odio y venganza, todo lo que los perjudica para volver a demostrar que están presentes, como lo hicieran hace tres años, en la conflictiva relación que tuvo el sector empresarial del campo y el gobierno nacional.
Todo esto me trae al recuerdo, algunas escenas que tuvo el programa "En Terapia" que se emite diariamente de lunes a viernes por el Canal 7. Había prometido en mi primera nota que iba a vincular estos hechos con algunas cosas que suceden en el programa aludido.
Hay un personaje que la hace muy bien Germán Palacios, representando a un policía con enormes conflictos emocionales, pero sin dejar los dotes de soberbio y manejador en ciertas culturas, entonces al no estar satisfecho con el café que le invitaba a sus pacientes el psicólogo Guillermo, personaje que ejecuta el magistral Diego Peretti, Gastón (asi se llama el policía) trae sin consultar con su terapeuta, una máquina de café express, porque dice que el café que le invita su profesional, es de malísima calidad y desea tomar otro tipo de café. Se imaginan la sorpresa que se llevó Peretti en ese acto, e intentó ponerlo en su lugar de paciente, argumentando además, por otras vivencias que había tenido con su paciente, que no era como el decía (el Policía) que el cliente siempre tiene razón. El terapeuta, le argumentaba que en el único lugar que no tenía razón era en el análisis terepéutico. Bien, se preguntaran, porque lo vinculo con estos hechos comentados, referenciado a los hechos polñítcios sociales, simplemente, porque estos personajes, están acostumbrados a las actuaciones aludidas y no entienden bajo ningún aspecto, los códigos normales y los momentos exactos para actuar, ellos lo hacen con total impunidad, a sabiendas que nunca fueron puestos en su lugar y de allí nace la intolerencia y soberbia para manejarse en la vida.
Lo que si deberían saber, es que a partir de octubre del 2011, el pueblo argentino ha votado con enorme repercusión favorable, por la continuidad del modelo que impulsó Néstor y continúa Cristina, desde hace 9 años, y en esto no hay vuelta atrás, por el cual, nosotros estamos muy satisfecho por ello, porque nos da una sensación de seguridad en todos sus ámbitos.
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