Generando cambio

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Segunda Muestra: Los Enemigos de los Argentinos PDF Imprimir Correo
Escrito por Gerardo Bova   
Miércoles, 15 de Agosto de 2012 11:34

ROBERTO NOBLE:  SU  DESPRECIO  POR  LAS  CAUSAS        POPULARES  Y  SU  FUERTE  ARRAIGO  A  LAS  DOCTRINAS   FASCISTAS

Vamos a empezar hoy, desde lo más cercano (70 años atrás) hacia lo antiguo, que sería mediados del siglo 19, reservado para las próximas muestras.
En Argentina, cuando aparece la inserción del sufragio universal, desde que comenzara a aplicarse la Ley Sáenz Peña, inaugura Hipólito Yrigoyen, una nueva y verdadera vida democrática en el país, además de conocerse nuevas iniciativas que cambiaría la vida de los argentinos. Una de las premisas de Don Hipólito, fue la política exterior, designando a un hombre de la talla de Honorio Pueyrredón como Canciller, cambiando literalmente la imagen argentina en el mundo, además de ser respetada como pocas en el continente americano.
Otra de las consignas básicas del radicalismo de aquel entonces,  fue la valiente apuesta a la producción petrolera y para ello sólo basta recordar la figura del General Mosconi, pieza fundamental de la producción de hidrocarburos en el país.
Aumentando la apuesta, la clave estaba en la educación, y no cuadraba con los estudios primarios y secundarios, de ésta manera Yrigoyen, lanza la reforma Universitaria, logrando la población de bajos recursos, la posibilidad de insertarse en la casa de Altos Estudios Académicos, por la iniciativa del presidente radical.
Se necesitaba imperiosamente, contar con editoriales afines a la nueva propuesta, no existiendo en el país empresas vinculadas al rubro, que pudieran tener la experiencia necesaria en la materia. Entonces, era de necesidad esencial, recurrir a las editoriales europeas, y allí estaba España interesada en llegar a nuestros suelos, ahora en otro espacio, teniendo como base que habían sido aquellos que con su cultura, nos cambiaron la forma de vida a los nativos de este continente.
No convencía mucho a Yrigoyen, la idea de que los españoles instauraran sus editoriales en Argentina, llegando a un gran debate dentro de las filas del radicalismo, el tema en cuestión, no teniendo respuestas positivas en el corto plazo.
La reforma educativa universitaria, trajo sin dudas, inmejorables progresos en ésa época, pero faltaba indudablemente, incluir nuevos modelos de enseñanza, a través de libros que estuvieran acordes a las iniciativas postuladas con la ley.
Recién tras el derrocamiento de Yrigoyen, aparece en escena en la vida política argentina, un escritor y periodista que a la postre, sería uno de los más influyentes en el mundo de los negocios y en la zona más fraudulenta, políticamente hablando. El golpe fue producido como era habitual desde el siglo anterior, por las oligarquías tradicionales de nuestro territorio, acentuadas con mayor volumen, luego de la famosa y nefasta “Conquista del Desierto” y la consolidación de la revolución Industrial inglesa, algo que ocuparemos en próximas ediciones y que tiene directa vinculación con el tema de hoy. Se trataba de Roberto Noble, quien funda el Partido Socialista Independiente, con fuerte arraigo en las doctrinas de Mussolini, Hitler y el generalísimo Franco de España, tratando de profundizar ese modelo fascista europeo, en tierras americanas, siendo elegida la Argentina, como modelo principal para expandirla por todo el continente.
La estrategia principal de Noble, era la actividad universitaria, porque al formarse los profesionales que serían las herramientas principales del futuro, era necesario tener bien incorporada la doctrina que traía del suelo europeo de base mussolinista y franquista. Por tal motivo, las empresas editoriales españolas, eran las más adecuadas para que el proyecto tenga éxito.
De ésa manera fue preparando el terreno, hasta que asumió como diputado nacional por la Capital Federal, por el partido mencionado, y con fuerte apoyo al entonces dictador Agustín P. Justo, manifestándose abiertamente en contra de todas las culturas populares y declarando que era un acérrimo antiyrigoyenista.
Al implantar la Ley de su autoría que llegó a sancionarse en 1933, con el número 11.723, siendo denominada como “Ley en Defensa del derecho de Autor”, Noble privilegió a las editoriales españolas (Kapeluz, Plaza y Janés, Santillana, Estrada, Edhasa, Planeta, etc. – nombres actuales-) según pueden apreciar en los siguientes párrafos, obtenidos de los diarios de sesiones de Diputados, con textos taquigráficos.
Congratulado Roberto Noble, por el apoyo de la mayoría de sus pares, cómplices del fraude, manifestaba lo siguiente:
Agosto 8 de 1933: Diario de sesiones HCD:
“Una de las groseras deficiencias de la legislación Argentina, patentizase en el régimen de la propiedad literaria y artística establecido por las Leyes 7092 y 9510. a  la sombra de las disposiciones legales sancionadas por ellas, la propiedad literaria y artística, y sobre todo la literaria, habiéndose convertido durante los últimos 20 años, en la materia obligada de los más inocuos despojos perpetrados en el campo del derecho privado, tal como si el derecho patrimonial hubiérase sancionado por la ley, para el beneficio de cuanto audaz y pillastre ha querido saltearlo.”
Otra declaración del mismo día de sesiones:
“ En primer lugar, mantiénese el vetusto concepto de dominio público para las obras que han cumplido el término de la protección legal dispensado por la Ley, siendo así que la experiencia y la doctrina moderna lo han superado y substituido por el concepto más evolucionado del dominio del Estado, establece como condición indispensable para la protección de las obras editadas en el extranjero, el anacrónico y estéril principio de la reciprocidad, no obstante que a la época de la sanción de la ley, casi todo el mundo civilizado había concurrido a la Conferencia Internacional de Berna, sancionando a legislación uniforme, etc.”
Leyendo entre líneas, se pueden dar cuenta del enérgico compromiso que tenía Noble con las editoriales extranjeras, preferentemente con las nombradas en líneas anteriores, y su desprecio a lo estatal, argumentando además, que el radicalismo que gobernó con Yrigoyen, (casualmente impulsador de las nuevas medidas de carácter popular, dentro del campo educativo universitario) era el responsable de tanta desidia en ése campo, y garante de las groseras deficiencias de las leyes vigentes sobre el tema.
Todo un despropósito y una falta a la verdad, porque la Universidad Pública y el derecho al estudio, provino de aquel gobierno, algo que el mismísimo General Juan Domingo Perón, levantó como bandera para el estudio, declarándose como yrigoyenista, motivando que grandes pensadores y escritores de aquella época lo acompañaran en el modelo popular y nacional de 1945, léase Arturo Jauretche, John William Cook, Homero Manzi, Raúl Scalabrini Ortiz, etc.
Noble apostaba a la segura guerra que instauraría el hitlerismo en Europa y más aún al triunfo de ésa ideología nefasta y fascista, y por ello ofrecía todos sus caracteres en cultivar al continente de aquellas doctrinas, que por suerte para la humanidad, fueron desapareciendo con el correr de los años, luego de la guerra del 40.
Mañana continuaremos con la tercera muestra, donde ofreceremos la intervención de Noble, en temas vinculados a la economía, y podrán observar que utilizan las mismas recetas que hoy difunden los empleados del grupo que él mismo,  había creado hace más de 65 años.

 
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