Generando cambio

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Sobre las opiniones maliciosas que tienen de Cristina PDF Imprimir Correo
Escrito por Gerardo Bova   
Miércoles, 31 de Octubre de 2012 12:39

                 ¿Ante tanta realidad, puede existir semejante negación?
A medida que se acerca el famoso día 7D, desde distintas esferas de la vida nacional, con mayor notoriedad de parte de las corporaciones mediáticas, se ataca la figura presidencial  y a todas las “patas” más representativas de Cristina Fernández, con el solo objetivo de desprestigiar y obstaculizar lo que ejecuta el gobierno nacional.
Las palabras que más se destacan en esas arremetidas, son la soberbia y prepotencia de Cristina Kirchner, decoradas con frases, donde se desmiente las obras ejecutadas por el Ejecutivo, argumentando que no son tales, ni tampoco tienen la envergadura que ensaya la presidencia. En estos días, en distintos encuentros que tuve con dirigentes y partidarios de partidos opositores, se discutía fuertemente sobre las actitudes de Cristina, haciendo valer estos personajes  con firmeza, esa postura de  intolerancia y la forma de conducirse en distintas esferas del mundo político, nacional e internacional de la presidenta.
Entonces cabe una serie de preguntas, que en alguna oportunidad, también le realicé a nuestros lectores y a la sociedad en su conjunto.
1)    ¿A que denominan soberbia?
2)    ¿Es acaso un acto soberbio, defender a ultranza las consignas y postulaciones, que se ejecuta desde el gobierno,  en este modelo inclusivo?
3)    ¿Es prepotencia o soberbia, dejar en claro en los organismos internacionales (léase Naciones Unidas) la postura del gobierno argentino, en defensa de los intereses de su pueblo y de su economía soberana?
4)    ¿Se puede negar con tanto énfasis, todo lo construido en estos 9 años, después de tanta desidia y estafa a la comunidad argentina, de parte de los gobiernos antecesores?
5)    ¿Es más importante los modales, que los hechos contundentes del progreso y la libertad bien entendida?
Hay argumentos sólidos y concluyentes, al menos en algunos rubros  que estaban totalmente olvidados en Argentina,  que han permitido el  logro de conquistas o reivindicaciones fundamentales en la educación, como jamás se había visto en nuestro país. También esto sucede en la salud, producción, vivienda y paritarias salariales.
Si se tiene en cuenta las escuelas construidas desde el nacimiento de la república hasta la etapa de Juan Domingo Perón en 1946, se puede afirmar que del total actual, el 31% de esa totalidad fue realizada en esos tiempos ancestrales, mientras que en los gobiernos de Perón, se llega a un 32%, cifras elocuentes que hablan de la predisposición que tuvo el gobierno justicialista, en la apertura de escuelas para jerarquizar la educación, cuando en la “jerga” popular, se dice que Perón había implementado el dicho “Alpargatas si, libros no”, toda una falacia que quedó desmentida con el correr de los años.
Pero lo significativo de todo lo que estoy comentando, es la cifra restante que llega a un 38% de un total de 100 y fue ejecutada en el período de Néstor Kirchner, con la continuidad de Cristina en tan solo 9 años de gestión, donde abrieron más de 1670 escuelas de carácter primario y secundario, con enorme tendencia a las escuelas técnicas.
Quiere decir que en menos de una década se abrieron más escuelas que en toda la vida política nacional, pero desde los sectores opositores más recalcitrantes, llenos de odio y malicia, se dice que las escuelas y también hospitales, se abren para engañar a la sociedad, porque  rápidamente quedan anuladas por falta de elementos básicos para la enseñanza y la salud en la realización práctica. Tal vez han trastocados los tiempos, porque eso sucedía en épocas del menemismo, cuando Eduardo Duhalde era gobernador de la provincia de Buenos Aires, ya que fue el “inventor” de esas tramoyas políticas.
Menciono estos números y antecedentes, por la sencilla razón de que aquí están, tal vez, los argumentos que ponen nerviosos a gran parte de nuestra comunidad, donde alimentan la idea de prepotencia y soberbia de Cristina, cuando acto a acto, va difundiendo todo lo que se ejecuta desde el gobierno nacional.
No puede existir semejante negación, como argumento en el título de esta editorial, porque en contra de la realidad no se puede ir, simplemente, porque esa realidad les pasará por encima, y ahí no tendrán argumentos sólidos, para seguir mintiendo a la sociedad, desde los sectores mediáticos, que solo les interesa la destrucción del estado, con la premisa única de volver a los viejos tiempos de las recetas de entrega y sumisión al servicio de las corporaciones empresariales internacionales.
Este mismo problema lo tiene el mismísimo presidente de los Estados Unidos, que a pesar de todos sus esfuerzos, no consigue torcer el brazo a esos monstruos dominantes, poniendo en peligro el cambio que se está produciendo en el continente.
Argentinos, hay que estar atentos y con los ojos y oídos bien abiertos y no dejar espacios para las sorpresas que nos pueden abatir a males que no deseamos repetir en nuestra historia.
 
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