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Escrito por Gerardo Bova
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Jueves, 10 de Enero de 2013 11:48 |
 Un día de fiesta para aquellos países víctimas del neoliberalismo salvaje
Me imagino el enorme placer y la tranquilidad que han sentido en el resto del mundo, por supuesto, aquellos países que han sido víctimas en las últimas décadas, desde que se aplicó el sistema de globalización, para que se salvaran unos pocos, preferentemente los grandes bancos del universo.
Si fallaba la estrategia argentina, comandada con enorme acierto por nuestra Presidenta Cristina Fernández de Kirchner y ejecutada con gran despliegue e inteligencia por la Cancillería de nuestro país, seguramente quedaba sellado un antecedente o como le llaman los letrados, un precedente en la jurisprudencia, que sería de una gran gravedad para aquellos países deudores con este tipo de “acreedores” avivados, que han vivido siempre, de las desgracias ajenas y las administraciones de entrega de los gobiernos cómplices de los poderes centrales.
Fue una fiesta y un regocijo para todos los pueblos que están sumergidos en esos planes destructivos del neoliberalismo y la “maldita” globalización.
Por ello, hemos disfrutado, no solo por lo que significa para todos los compatriotas, la emblemática Fragata Libertad, también, por el éxito de un gobierno que nos representa con total legitimidad, apoyado por un enorme caudal de votantes, que queremos un modelo nacional, popular e inclusivo, con todos nuestros hermanos latinoamericanos.
El discurso de Cristina, fue tan eficaz, emotivo y tal vez, cada día que tiene que intervenir en estos menesteres, deja su sello de brillante oradora y la transparencia demostrada en cada una de sus palabras, de querer a su país y su pueblo, como pocas veces se ha vivenciado en los últimos años. Si a ustedes, esto le parece que raya en el fanatismo, pues, piensen como quieran, se lo que estoy diciendo y fundamentalmente, lo que estoy sintiendo.
Me parece ridículo y peligroso, que ciertos sectores de la oposición, sigan pensando que esto fue nada más, que un acto político y la antesala del año electoral, porque es desconocer lo que está sucediendo en el mundo, cuando tenemos que hablar de los poderes económicos y las corporaciones. La carencia de ideas y el amor por nuestras insignias patrias, los dejan a cada uno de estos personajes, en una vidriera de desconfianza, como para que hagan algo productivo por su pueblo, fundamentalmente, por ser los sujetos que la sociedad, tiene en vista para las futuras e inmediatas contiendas electorales.
¿Qué confianza se les puede tener hacia el futuro, si siempre están de lado de los sectores corporativos?
Es más, se ofrecen cerca de las iniciativas mediáticas, sin darse cuenta que están cayendo en la trampa, que han caído nuestros políticos en su gran mayoría, en las últimas 6 décadas de la vida nacional.
La presidenta volvió a dejar su imagen conciliatoria, a pesar de que muchos quieran demostrar lo contrario e hizo nuevamente un llamado para que nos interioricemos mejor, cuando se trata de defender la soberanía, porque no solo con las armas se hace patria o se vence al enemigo que intenta sobrellevarnos a esferas destructivas, como lo han realizado a lo largo de los años, también de esta forma, con inteligencia y optimizando todos los argumentos legales, basados en la verdad y la justicia, seguramente los logros serán cosa de todos los días y ampliaremos rotundamente nuestro sentido de patria.
Siento pena y tristeza por aquellos que todavía no han podido capitalizar nada de lo que sucede en el país, tal vez habrá que seguir insistiendo con las convicciones muy fuertes y de esa manera lograremos que día a día se vayan acoplando muchos otros, en este modelo constructivo para el país. Dicen los buenos hombres de nuestro campo, que “El burro no gana por lindo, sino que gana por insistidor”
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