LA DEFENSA DE LA INDUSTRIA NACIONAL, EN CONTRA DE LA FUGA DE CAPITALES

Comenzamos con esta serie de notas, vinculadas al modelo que se viene desarrollando en el país, y que no está en el convencimiento de muchos, tal vez por intereses propios que no se puedan cumplir, al ir en contramano de la defensa de nuestra producción e industria nacional.
Con el tema del freno a la suba de precios, se ha suscitado una controversia en los sectores dominantes, argumentando que se sentían enormemente perjudicados, principalmente, por la inflación galopante, que consultoras privadas,  difunden en distintos medios no afines a las políticas del gobierno nacional. Me encargué en semanas anteriores de escribir sobre ese control de precios, que muy atinadamente se propone desde la Secretaría competente, bajo instrucciones de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Por lo tanto, me parece que no es necesario aumentar los contenidos expuestos, porque he tratado de ser claro y sin dudas, los argumentos que expuse, están ajustados a una transparente veracidad. Incluso, puden consultarlo en estas páginas, leyendo notas anteriores.
Cualquier ciudadano que se precie de inteligente, sabe que los sectores dominantes, que en definitiva son los que manejan las tarifas y precios de los productos, vienen sobrevaluando el valor de cada fruto, con el único afán de ganarle al tiempo y la supuesta inflación que ellos mismos generan.
Pero lo sorprendente de toda esta situación, sobre la economía vigente en Argentina, es como lo toman y como difunden los medios corporativos, ya “archi” conocidos por todos, las secuelas de la balanza comercial o los resultados de las utilidades empresariales extranjeras, defendiendo a esas  empresas multinacionales y no a la soberanía política y económica que pretende y desea el gobierno nacional.
Y en esto me quiero asentar en la nota presente, ya que días anteriores, para ser más preciso el pasado sábado 23 de Febrero, ambos diarios visiblemente enemigos y no opositores solamente con el gobierno, han difundido una noticia, que no tuvo eco, ni respuesta, ni siquiera del arco gubernamental, siendo tan importante y fundamental que ello suceda, con el objetivo de clarificar la situación.
Clarín y La Nación, comentan en sus respectivas páginas destinadas a noticias vinculadas con la economía, que las ganancias de las empresas extranjeras, radicadas con  sus inversiones en nuestro país, han sido visiblemente perjudicadas, al no poder transferir las divisas obtenidas por las ganancias o utilidades del año 2012.
Ambos diarios argumentan que esto se produce por el cepo cambiario ordenado por el gobierno de Cristina Fernández, impidiendo que estos “próceres empresarios que invierten en el país”, no puedan sacar sus dineros del mismo, para llevarlos como correspondería, según el criterio de estos diarios, al país de origen de donde provienen las inversiones.
Hablan de cifras por un valor d $ 4.397 millones, producidas por dividendos y utilidades en el año 2011, que tuvieron una caída estrepitosa en el 2012, llegándose a transferir sólo $ 225 millones por las mismas causas. Según los que sacan o hacen cuentas en dichos diarios, la pérdida o diferencia entre lo girado en el 2011 y el 2012, ha sido de un 94,8%
Claro, si sacamos bien las cuentas, al menos por lo que me enseñaron en la escuela, no secundaria, le aprendíamos en la primaria, la diferencia entre los 4.397 a 225 millones, no anda por el 94,8% sino un casi cercano al 1.000%.
En cuanto a la formación de activos externos del sector financiero, pasó de 21.504 millones de dólares a 3.404 millones de dólares, cifra diferencial en un 84% según los que hacen cuentas en ambos periódicos. Otro error garrafal, según mis aprendizajes, porque a la diferencia también le falta un dígito, sería de un 840% aproximadamente.
Claro, ustedes pensaran, con sano criterio: ¿Que tiene que ver esta diferencia o un error ocasional?
Bueno, está claro que las medidas impuestas por nuestro gobierno, ha permitido que esas divisas no salgan del país y que si se adaptan a las leyes argentinas actuales o las de siempre, (o que pasa que nunca se han cumplido anteriormente) seguramente esos dividendos se ponen nuevamente en circulación para aumentar la producción y fomentar nuevas fuentes de trabajo, que no es otra cosa que lo pretendido por un gobierno de neto corte nacional, popular y en defensa de su pueblo.
Por ello esconden ese dígito, ya que la deferencia es tan notoria de un 94 aun 1000 o de un 84 a un 840, que manifiesta la malísima intención de estos medios, confundiendo a la sociedad, con el sólo propósito de minimizar las acciones de gobierno que defienden netamente los intereses del país. Lo que tenían que haber escrito en sus páginas, es que en Argentina, esto sucede por primera vez en los 200 años de existencia como nación, y desde ya, no es poca cosa, todo un récord que deberían imitar, como lo  están haciendo, casi todos nuestros países hermanos del continente.
No puedo creer que estos medios, como otros sectores de la vida política argentina, puedan ofenderse por la sencilla razón que esos dineros que obtuvieron legítimamente los empresarios de las multinacionales con sus inversiones, pero también con el esfuerzo de los obreros y empleados argentinos, sean reinvertidos en nuestro suelo para asegurarnos la continuidad del trabajo y el bienestar, no solo en lo económico, por lo que significa la profundización del consumo, también en lo social y cultural.
No son pequeñeces las que voy escribiendo en estas notas, son argumentos sólidos y pruebas elocuentes, que estos sectores están decididamente en contra del crecimiento del país y solo pretender profundizar sus ideas para que se vuelva a vivir en Argentina, aquel nefasto modelo obsoleto y salvaje que hoy vive casi toda Europa.
Paulatina y criteriosamente, en forma periódica, caminaré por estos senderos, argumentando desde las pequeñas a las grandes cuestiones que hacen a este modelo, en todas sus disciplinas, para que el amigo lector tenga un panorama más esclarecedor en cada uno de ellas.