Muy acertada la definición de Cristina Fernández de Kirchner, con respecto al comportamiento de los sectores dominantes del país, en cuanto a no querer ceder para ofrecer algo de sus suculentas e inesperadas ganancias en los últimos meses, debido a la guerra entre Ucrania y Rusia y el excesivo aumento del valor de los commodities, principalmente del girasol, trigo o carnes, valores preciados en nuestro país, teniendo en cuenta que somos una de las naciones centrales en la exportación de tales productos alimenticios. Claro, bien lo manifestó Cristina, cuando estábamos soportando el flagelo de la pandemia, algo que tuvo que sufrir todo el mundo, pues nadie se salvó de tales circunstancias, los empresarios de elite, los que han sido siempre favorecidos ante cualquier desazón en el planeta, fueron auxiliados por el estado, incluso pagándoles los sueldos de sus empleados con subsidios extraordinarios, sin embargo en estos momentos donde han obtenido suculentas ganancias inesperadas por el aumento de esos productos que elaboran ante la situación comentada en el comienzo de mi editorial, estos sujetos parece que se han olvidado de todo lo que les brindó el estado, que en definitiva es el pueblo mismo y se resisten a invertir parte de sus ganancias en beneficio del propio pueblo que los salvó en tales circunstancias presuntamente negativas.

Voy a extenderme muy poco en esta oportunidad, pero deseo ser concreto y conciso sobre el tema que titulo y expongo en el presente editorial. La dirigencia política nacional, salvo algunas excepciones, está dejando un claro camino hacia el desprestigio, precisamente, de toda la conducción política, tanto desde el gobierno nacional y la coalición que la conduce, como en toda la oposición, que pareciera que viven en otra galaxia y no se dan debida cuenta de todo esto que están pregonando, pues lo hemos vivido tan solo hace 20 años atrás.

No perdamos esta nueva oportunidad para defenestrar definitivamente a las derechas reaccionarias en nuestro país y el continente

Las secuelas que van quedando luego de la votación en el Congreso de la Nación con respecto al acuerdo con el FMI, nos trae una serie de reflexiones, que no solamente está emparentado con el oficialismo, me refiero al Frente de Todos, también tiene su repercusión y debate dentro de las filas de la oposición o sea Juntos por el Cambio.

¡¡¡Nosotros vivimos de y con la verdad, vos vivís de la maldad y el engaño!!!

Querer entender a una gran parte de nuestra sociedad y calificar sus dichos o intervenciones, cuando opinan sobre los temas candentes de nuestro país, y porqué no lo que sucede en el mundo actual, es una tarea ardua y complicada, sin embargo queda muy a la vista de cualquier ser pensante, que tales afirmaciones o forma de pensar en cada tema, está totalmente emparentada con todo lo que recibe de los medios de comunicación que asiduamente les ofrece una bagaje de informaciones "truchas", malintencionadas y con evidentes atracciones hacia la derecha internacional y con sobredosis de poder.

No escatiman esfuerzos en demostrar que son serviles a los intereses corporativos y desean la sumisión de los pueblos a tales poderes

No deja de sorprendernos a diario el comportamiento de seudos periodistas de aquellos medios hegemómicos, algo que habitualmente nos obliga a analizar profundamente, pero que en el tema que paso a comentarles, considero que ha superado cualquier imaginación de un ser pensante.
Cada ciudadano/a del mundo sabe lo que está sucediendo en Ucrania y la repercusión que nos trajo a toda la humanidad, la posible intervención de Rusia en dicho conflicto.
Hay dos provincias del suelo ucraniano que desea separarse de dicho país, ellas son Donetsk y Lugansk, y es algo que no tiene nada de nuevo, pues viene desde el año 2014 y se la conoce como la guerra del "donbás" o "dombás". Ambas regiones linderan con el sur de Rusia y a través de las políticas empleadas desde aquellos años en dicho territorio, las mencionadas regiones no quieren continuar dependiendo de Ucrania y desean la separación total de dicha nación.

Esto no da para más, luchemos pueblo argentino por un periodismo profesional y veraz

A esta altura de los acontecimientos de la vida política argentina, principalmente desde el comienzo del neoliberalismo con acercamiento a lo democrático (me refiero especialmente desde el inicio del menemismo) uno debe sentirse cansado de tantas mentiras y entrega del patrimonio nacional a los poderes económicos centrales del planeta y por lo tanto, me harté, me cansé y voy a decir lo que siento desde mis vísceras, pues ya no se soporta más tanta desidia y mala praxis de cierto sector de la política, servirles en forma incondicional a los medios hegemónicos de la información, léase Clarín y La Nación, que ya se han apoderado literalmente de todo en Argentina, teniendo cautivos a los otros poderes del estado, con una desverguenza que realmente asusta a cualquier ser mortal.