Ahora nombrarìan a los agentes del terror y no quieren "caudillos" del interior

Bueno, considero que los acontecimientos y novedades producidas en estos ùltimos dìas, van marcando con cierta claridad hacia donde se dirigen los que intentan "cambiar" los destinos del paìs, no pueden encontrar el rumbo de una propuesta veraz que llegue al electorado con una cuota de confiabilidad y entonces, siguiendo las instrucciones del asesor Jaime Duràn Barba, van largando una serie de contradicciones, por supuesto, logran confundir a la sociedad, pero desgraciadamente tenemos que decirlo, en muchos casos èsa porciòn de la comunidad les cree firmemente y no tienen en cuenta que son las mismas recetas producidas hace 25 años, sin embargo, a veces pienso que estos personajes que siguen creyendo en esas premisas, pareciera que no hubiesen vivido en Argentina nunca, porque no se puede creer en tamañas mentiras, sòlo basta recordar el pasado mencionado y ahì tendràn las respuestas contundentes.

Ahora le toca a las tarjetas de crèdito y una posible devaluaciòn

Todos los comentarios que les brindara durante el transcurso de la ùltima semana, estaban centrados hacia el comportamiento que viene manteniendo gran parte del electorado nacional, segùn las circunstancias, y pareciera que tambièn se puede incluìr segùn sus conveniencias o las informaciones recibidas de algunos medios que nos les interesa el bienestar de la sociedad y por ende del paìs. Hago èste anàlisis, simplemente porque las realidades lo confirman, sòlo basta que alguna noticia se haga piel y carne de la poblaciòn, para que las determinaciones que ejecute cada persona, estè vinculada directa o indirectamente con esas "informaciones" receptadas. Encomillado en la palabra por la simple razòn de que se acerca màs a una desinformaciòn, confusiòn, manipulaciòn o faltante a la verdad, de acuerdo a lo que acontece a pocas horas de haber difundido dichos medios, esas noticias que carecen de veracidad.

Los hechos similares me inclinan a repetir la historia

Lo que vivenciamos durante el perìodo 2008/09 en cierta medida, vuelve a repetirse, principalmente porque los sectores dominantes no se bancan los èxitos de un gobierno inclusivo y esos grandes deseos de volver a las etapas que ostentaban todos los privilegios imaginables, les hacen cometer torpezas que si embargo, gran parte de nuestra sociedad las compra y ademàs, le creen a rajatabla, porque consideran que son las vìctimas de èste gobierno que hasta lo denominan dictatorial, personajes como Mirtha Legrand o Susana Gimènez, a manera de ejemplo.

¡De no creer!: Amenazas de bombas en shopings, metodología de los niños en las escuelas

Mencionaba en mis escritos anteriores, precisamente en las dos primeras muestras, que no podíamos caer en las trampas que desean tendernos, para desconfiar del modelo inclusivo que estamos viviendo y creer sí, en las "propuestas de cambio" que aducen todos los días, aquellos sectores dominantes que tanto daño hicieron al país.

Estamos a pocos pasos de caer nuevamente en las mismas trampas...

En el cierre de mi editorial del martes pasado, mencionaba algunos conceptos sobre el comportamiento del electorado, tan disímil con la realidad, porque esos mismos sectores que han objetivizado innumerables logros en los últimos años, pareciera que lo han dejado en el olvido y optaron por seguir las instrucciones o premisas mediáticas y volcaron sus predilecciones hacia otros candidatos que les vienen mintiendo por varias décadas.

 No estamos hablando de un televisor, MP3, auto o computadora, hablamos de un país...

 Me cuesta entender a gran parte de nuestros compatriotas, sobre todo aquellos que siguen algunas premisas impuestas por los medios y sus representantes, y hablan de cambios, de otra forma de hacer política, con mayor diálogo, consensos, tolerancia, etc., en fin, innumerables palabras y frases que solo se dicen para confundir a una sociedad, porque ésa misma comunidad que recibió tantas nuevas conquistas en estos últimos 12 años, no puede olvidarlas y por lo tanto, debe defenderlas a ultranza, simplemente, porque de perderlas, volverían a sufrir las postergaciones que han tenido por décadas.