 ¡QUE INGENUO! MIRÉ UNA PELÍCULA EQUIVOCADA
Habitualmente soy de tomarme un respiro y me “escapo” de tanta mala onda organizada, con el objetivo de recargar energías, sobre todo en épocas veraniegas.
Amante del mar y del folklore, se me junta todos los años el trimestre de descanso en el la zona atlántica (Villa Gesell) y los festivales de nuestra música, principalmente en Córdoba. Desde ya que aproveché este año para estar presente al menos en el padre de los festivales, precisamente en la capital del folklore: Cosquín, además estoy casi instalado en Gesell y esto complica las idas y venidas a tantos kilómetros de distancia.
Decía al principio que trato de ausentarme de la vida política en la temporada, no porque no la sienta, ya que es parte de mi vida y una de mis pasiones concretas, simplemente, para reiniciar en el presente año las actividades con más fuerza, ya que debemos aunar esfuerzos en la profundidad del modelo en un año electoralmente muy complicado.
Todas estas notas recientes que fui escribiendo para ustedes, y las que producen mi amigo Francisco “Pancho” Pesthana, al igual que las últimas del compañero Jorge Rachid, tal vez estén vinculadas entre sí, sobre todo la de Pesthana cuando escribe sobre el periodismo militante.
Aunque parezca reiterativo a veces considero necesario puntualizar en forma repetida, las actuaciones de los medios que no comulgan directamente con el gobierno nacional, mostrando las contradicciones que dejan en claro las intenciones de los mismos, cuando resaltan sus expresiones de deseos, por encima de una realidad visible. Uno tiene compromiso de exponer estas cosas, sea por la militancia periodística o política, o porque no nos gusta que a la sociedad la tomen por torpe, ignorante e ingenua. Y hablando de ingenuidad, tal vez cometí ese desliz al creer en estos últimos días que tanto La Nación como Clarín, iban abriendo el abanico y la libertad de imprenta, como la denominaba Comte Porras en Panamá, y se instalaba con plena vigencia en ambos diarios.
Con beneplácito y alegría pude constatar esas presunciones mías al leer algunas notas en dichos matutinos, producidas por profesionales prestigiosos, honestos y defensores de la verdadera libertad de expresión.
Las columnas habituales de la escritora Claudia Piñeiro, testifica lo que estoy manifestando, con solo mostrar una de sus notas que la tituló: “La alegría como derecho” y Clarín la publica en páginas sobresalientes. Dicha nota habla de las fiestas populares en general, feriados como el de los carnavales y bicentenario, que han sido bien estructurados y necesarios, medidas que “casualmente” tomó el gobierno nacional y criticado oportunamente por el diario de Magnetto. El mismo Clarín, publicó una columna de Lelio Mármora, director en maestría de políticas de migraciones internacionales de la UBA.
El mencionado profesional tituló su nota así: “La Argentina necesitó y necesita de los inmigrantes” y en uno de sus párrafos más salientes, dice textualmente: “En los ciclos de crecimiento de la economía se incrementó la afluencia de inmigrantes hacia los centros urbanos”.
Todo esto en contraposición al pensamiento de Clarín y sus aliados, postulantes a la presidencia de la República, de acuerdo a diversas declaraciones en los hechos recientes de la Villa Soldati. También La nación se “la jugó” y permitió que el escritor Pablo De Santis escriba un artículo que tituló: “El encanto del miedo”, en franca vinculación con toda la manipulación de las noticias de parte de cierta prensa, con relación a la difusión de las mismas.
Todo esto me hacía creer que la corporación periodística de Argentina, se estaba poniendo a tono con la inminente puesta en marcha definitiva de la ley de medios y la pronta aclaración de la “venta” de papel prensa, y de esta manera se podía comenzar una nueva etapa en la vida editorialista de nuestro país.
Simplemente fue un pantallazo y al día siguiente siguieron y continúan aún, con la misma tesitura de todos estos años desde que asumiera Néstor Kirchner y agravándose en la continuidad de Cristina, pero con el perjuicio de falsear la información y tratando de confundir y desencantar al pueblo argentino como lo diría mejor Raúl Alfonsín.
Cuando los programas afines al modelo (678, TVR, Duro de Domar, Bajada de Línea) hablan y muestran videos de archivos demoledores como suelen llamarlo ellos, de personajes políticos opositores al gobierno, donde aducen que estamos aislados del mundo y que Argentina tenía que tener “socios estratégicos poderosos” y no países sin futuro, los medios aludidos parecería que le daban el libreto a estos políticos, porque está a la vista que repiten persistentemente lo que dicen los periodistas en los noticieros, programas pertinentes y títulos de los diarios en cuestión.
Me da vergüenza ajena, tener que leer, por ejemplo, esto que salió en tapa de Clarín, un día antes de la llegada de la Presidenta de Brasil al país, textualmente decía así: “Dilma trae apoyo, peropero hace hincapié en que, en materia económica, las reglas hay que respetarlas y cumplir contratos hasta el final”.
Todos saben lo que pasó después cuando se reunieron Cristina y Dilma. Se firmaron 15 acuerdos bilaterales, los más importantes de la historia conjunta de ambos países y por supuesto se fijarán normativas, pero de ninguna manera hubo discrepancias o descreimiento en las relaciones. Los discursos, las fotos y las muestras de afecto con una expresión corporal transparente aclaran todo el panorama. Es más, el primer viaje que hace Rousseff después de asumir sólo hace un mes, ha sido en Argentina. Además y esto es para rescatar y difundir, hasta el año 2003 exportábamos a Brasil por 8.600 millones de dólares y hoy andamos por los 32.000 o sea un 273% mayor que antes de asumir Kirchner. ¿Clarísimo, no?
Lo significativo y que está plenamente a la vista, es el afán de concretar objetivos de confusión, los famosos peros, que destacamos en negrita, que los muchachos de “Duro de Domar”, puntualizan permanentemente, ya que dejan constancia absoluta del poco interés que tienen los medios corporativos de que al país le vaya medianamente bien.
Todo ello representa al estandarte del virtualismo de país que pregonan estos personajes, ya que en el país real que se nota y se vive todos los días y fundamentalmente cuando hablamos de política exterior, se ven los convenios con Kuwait, Qatar, Rusia, China, Turquía, ahora Brasil, etc, etc, etc, y la cantidad de puestos de trabajo que provoca dichos convenios para que Argentina en el corto y mediano plazo reduzca notablemente su índice de desocupación.
Pido disculpas por haber pecado de ingenuidad, creyendo que estaban modificando actitudes, a no dormirse, pues será necesario redoblar energías en este año político y electoral , andar con los ojos abiertos y denunciar por los medios que exista, para que el modelo que estamos disfrutando, tenga la continuidad que anhelamos la gran mayoría de los argentinos. marca diferencias”. Más abajo continúa: “Dice que la relación con la Argentina “es estratégica” y que abrirá negocios a empresas locales,
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