Una vez más el 25 de mayo nos convoca a celebrar el triunfo de los revolucionarios en aquella jornada ya histórica. Resulta imprescindible también pensar el carácter y las consecuencias de nuestra revolución de independencia nacional, americanista e inconclusa. El grito del 25, si bien no fue el primero, ya que debemos atribuir ese lugar a la Revolución Haitiana de 1804; significó un cambio notable para nuestro pueblo, luego extendido a todo el continente para toda la humanidad. Aquellos hombres de Mayo, supieron aprovechar el momento de debilidad del feudalismo español y su decadente nobleza, sacudido por su claudicación ante el imperio napoleónico, a pesar de la gloriosa insurrección del pueblo español contra el invasor. Moreno, Belgrano, Castelli y muchos sectores sociales que se sumaron fueron conscientes que los americanos debían terminar con tres siglos de un régimen colonial que había practicado un enorme genocidio con los pueblos originarios de dos continentes, ya que en la fenomenal explotación de mano de obra esclava hay que incluir a los africanos traídos a América, quienes morían en las minas y plantaciones coloniales. En aquellos años iniciales de la Patria Americana, los patriotas y nuestros pueblos decidieron tomar la historia en sus manos para ser protagonistas de un nuevo tiempo, fundando una nación continental, basada en el ideario de libertad, igualdad e independencia. Este 25 de mayo es preciso, entonces, volver a entonar aquel grito patriótico, retomando el ideario de Moreno expresado en la Gazeta y su “Plan de Operaciones”. El jacobino se mostró enemigo del monopolio, al que señaló, siguiendo a Gaetano Filangieri: “como un atentado contra la libertad humana”, y reclamaba la nacionalización de las minas altoperuanas por diez años para favorecer al erario público. Es notable valorar cómo su visión se prolonga hasta el presente: ahora las grandes corporaciones oligopólicas, integradas con el gobierno, actúan con el mismo sentido de apropiación de las riquezas naturales y del trabajo que denunciaba el gran patriota. Los seis meses de vida política de Moreno marcaron no solo a la Revolución de Mayo, sino a toda nuestra historia. Estamos convocados entonces a tomar el ideario de aquellos patriotas fundadores, para que este 25 de Mayo sea una vez más un compromiso para todos los argentinos en defensa de nuestra historia, nuestra soberanía económica, política y cultural, y por la defensa de lo conquistado y la recuperación de un proyecto popular por una sociedad más igualitaria, solidaria, con libertad plena e independiente de los poderes mundiales.