Generando cambio

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Incertidumbre en torno a la suma extra de $2.000 PDF Imprimir Correo
Escrito por AgenHoy para Nuevo País   
Sábado, 05 de Noviembre de 2016 00:00

Más de la mitad de las empresas no pueden pagar el bono de fin de año. El dato surge de un relevamiento entre 700 compañías. Además, las pymes señalaron no poder abonar más de $1.000, frente a la gran contracción que vienen sufriendo en el nivel de actividad.
Un informe especial de Jorge Joury
El Gobierno se ve ante una gran encrucijada por la reticencia que existe en la mayoría de las grandes empresas a pagar un bono de fin de año. En el plano del Estado, la gobernadora María Eugenia Vidal ya se cubrió sosteniendo que no tiene plata para abonar a los trabajadores esa suma extraordinaria por única vez. Menos lo podrían hacer los gobernadores y los intendentes sino los auxilian con fondos. Daniel Scioli se metió en la polémica y le agregó mayor intensidad al fuego cruzado, señalando que hay que pagar diez mil pesos frente a los efectos devastadores de la inflación. Desde la CGT apuntan sus cañones contra las empresas. “Donde no se pague, habrá paro”, disparó Héctor Daer. Por otro lado, su socio Juan Carlos Schmid advirtió a los empresarios que decidan no pagar que “seguramente van a tener problemas en las empresas y con las comisiones internas”.
Por otro lado, en el Ministerio de Trabajo de la nación están negociando con los movimientos sociales para otorgar también una suma de fin de año y de esa manera descomprimir eventuales conflictos en las zonas más marginales del conurbano.
PERSPECTIVAS
En lo que tiene que ver con el plano privado, hay economistas que señalan que la única manera para que el salario pueda recuperar su caída, la suma debería ser de 15 mil pesos. En el centro del escenario están los trabajadores, que velan por unas fiestas en paz y una mesa de fin de año decorosa, pero el sueño ha empezado a crujir. Lo cierto es que en el plano privado la iniciativa encuentra resistencias, ya que más de la mitad de las empresas sostienen no poder pagar la compensación salarial de $ 2000 que se fijó en el acuerdo alcanzado por el Gobierno, la CGT y las principales cámaras en el marco del “Diálogo por la Producción y el Trabajo”. El dato fue aportado por Sel Consultores, que hizo un relevamiento en alrededor de 700 compañías de diversa envergadura. En el otro costado del ring están las pymes, que por la retracción que sufre la actividad argumentan que no pueden dar más de $1.000.
Según las conclusiones del estudio, un poco menos de un tercio de las pequeñas y medianas empresas (31%) manifiestan una probabilidad de pago efectivo del bono de fin de año (un 16% lo cree muy probable, mientras que otro 15% lo considera bastante probable), en tanto que el 69% de esas compañías no prevé abonar el suplemento (33% lo cree nada probable y 37% poco probable). En lo que tiene que ver con las grandes compañías la perspectiva de abonar a los trabajadores un suplemento de fin de año aumenta 13 puntos y se ubica en un 44% (un 23% considera muy posible pagarlo y un 21% bastante probable). Las que manifiestan como “poco probable” hacer frente al pago del bono representan un 31%, en tanto que otro 25% considera “nada probable” abonarlo.
LAS PYMES AHOGADAS
Respecto a los montos del suplemento que el sector empleador estima poder hacer frente, en el caso de las pymes es mucho más austero. Se ubica en un promedio de $ 1000, la mitad del parámetro consensuado en el marco el diálogo tripartito, cifra que se duplica y alcanza los $ 2000 en las grandes compañías. El fuerte impacto de la contracción en el nivel de actividad constituye para las pequeñas empresas el principal motivo que las inmoviliza para hacer frente al pago de una compensación salarial en el tramo final del año. Así lo expresó el 74% de esas firmas relevadas por el informe de Sel Consultores, en tanto que otro 26% puso como argumento que ya otorgó a su personal aumentos salariales que acompañaron el nivel que registró la inflación en el mismo período.
En el caso de las grandes empresas, las opiniones están más repartidas en cuanto a los impedimentos para no conceder el bono. Así mientras la mitad de las firmas consultadas (51%) mencionó como principal argumento la caída en la actividad, la otra mitad (49%) remarcó que ya concedió los ajustes salariales necesarios para compensar el impacto de la inflación anual.
MENOS EMPLEADOS
La discusión en torno al pago de una compensación salarial por la inflación se produce en el contexto de un deterioro en el nivel de empleo en el sector privado, que también fue relevado en el informe de la consultora. En esa dirección, el estudio detectó que el 31% de las pymes consultadas declaró que su cantidad de empleados disminuyó este año, mientras que sólo un 14% mencionó aumentos; arrojando un diferencia neta negativa de 17 puntos. Entre grandes compañías, la incidencia de los recortes de personal también alcanzó igual proporción (31%), pero un 21% de las firmas relevadas consignó que incrementó su dotación en el período, con lo que la diferencia neta negativa fue menor, alcanzando los 10 puntos. Según el informe, una de cada tres compañías, cualquiera sea su importancia redujo su cantidad de empleados este año. El futuro laboral tampoco es demasiado optimista para el próximo trimestre, ya que el 19% de las pymes prevé recortes de personal y un 12% aumentar sus dotaciones (-7 puntos), mientras en forma inversa, el 17% de las empresas grandes estima que mejorá sus planes de contratación contra un 14% que los reducirá, lo que representa una diferencia positiva de 3 puntos.
DURO DIAGNÓSTICO
Frente a este cuadro de situación, los grandes derrotados del duro momento económico, son los sueldos. El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) realizó un duro diagnóstico de cómo les fue a los salarios de trece convenios colectivos en los últimos dos años en la carrera contra los precios. En ese escenario, hay dos datos que sobresalen. Con las negociaciones del 2015, sobre el final del gobierno de Cristina Kirchner, los sueldos iban encaminados a ganar en promedio tres puntos por encima de la in flación. Pero con la devaluación se cayó la estantería. La suba de precios y el tarifazo terminaron diez puntos por debajo de esa expectativa. Otro dato a tener en cuenta es que, con las paritarias de este año la mitad de los acuerdos quedan entre 5 y 6 puntos a la baja y esto solo en el caso de que se cumpla la proyección del Gobierno de contener en los meses próximos el costo de vida. El informe desglosa cuánto perdió cada gremio, teniendo en cuenta el poder de compra de los salarios en el período 2015-2016 y 2016-2017. Los trece salarios que se pusieron en la balanza fueron los de bancarios, metalúrgicos, papeleros, Comercio, Construcción, Gráficos, Alimentación, Sanidad, Administración Pública, Gastronómicos, Encargados de Edificios, petroleros y Camioneros. Lo primero que se tuvo en cuenta fue como quedaron los sueldos al finalizar el período 2015 y entre abril y julio de 2016. Se hizo entonces una comparación con la inflación medida por el Instituto de Estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires, IPC-CABA.
MAYOR CAIDA
La comparación dejó al descubierto una sustancial pérdida de poder adquisitivo de los salarios que se ubicó en un promedio de 7,02%. Los únicos que terminaron el período 2015-2016 sin pérdida salarial fueron los bancarios. Esto se debió en parte a que su acuerdo terminó en diciembre de 2015, es decir que en este primer período no fue afectado por el tarifazo y los meses de inflación más alta. El caso opuesto, es el de los petroleros que perdieron un 13% de poder adquisitivo. También los camioneros y los estatales de UPCN, que tienen acuerdos hasta junio y julio, registraron caídas superiores al 7,5%.
Este año, en vísperas del comienzo de las negociaciones hubo un intento del Gobierno en imponer un techo de entre 20 y 25%, pero los gremios lograron romperlo. De esta manera, los salarios recuperaron algunos de los puntos que habían perdido. No obstante ello, si antes de que finalice el año paritario no obtienen nuevos incrementos, la mitad volverá a quedar fuera de combate frente a la inflación. Este panorama se daría siempre y cuando la inflación sea tan baja como lo que prevé el Gobierno. Debería darse un índice inetaranual menor al 30%, de abril de 2016 a abril de 2017. Si se cumplieran esos pronósticos, siete gremios de los seleccionados lograrían al cierre de las paritarias 2016/17 quedar empatados, mientras que los restantes seis mantendrían una pérdida de poder adquisitivo del 5% en promedio, según indicó el CEPA. Frente a este panorama, está claro que en estos casos un bono de fin de año, que consiste en un pago extra por única vez, no alcanza para compensar la caída sufrida por los salarios, que es de una baja de carácter permanente.
Debería rondar $15 mil para recuperar el poder adquisitivo
La negociación por sectores por un bono de fin de año con un promedio de dos mil pesos entre los trabajadores en blanco podría derramar en la demanda unos 20 mil millones de pesos, según las proyecciones que hace la CGT con la que también coinciden algunos economistas. No obstante, en términos macroeconómicos la mejora es prácticamente nula. El límite de dos mil pesos tampoco permite recuperar el poder de compra de los salarios en 2016. La perspectiva parte de una base de 10 millones de trabajadores, incluidos estatales. Según el estudio que hace el consultor Orlando Ferreres, además sin bono los salarios perderán 4,5% este año y con el plus la caída será de 3,8%. Para el Centro de Estudios Atenea, el bono de fin de año debería rondar los $15 mil para recuperar la pérdida del poder adquisitivo. El primer acuerdo, del sector petrolero, cerró en $3.000 para el bono, por arriba del mínimo que, sin embargo, otros sectores ya anticiparon que no pagarán, como el caso de los textiles, donde se acumulan las suspensiones y despidos frente a la caída del mercado interno y la suba de importaciones.






 
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