Generando cambio

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Río Negro: Endeudamiento y promesas de un gobierno improvisado PDF Imprimir Correo
Escrito por Marta Bizzotto para Nuevo País   
Sábado, 28 de Enero de 2017 02:43

En Río Negro estamos transitando la política del endeudamiento como moneda corriente, generando un círculo vicioso, en el que se pide deuda para pagar deuda. Una inmensa bola de nieve que vemos crecer y de la que cada vez es más difícil poder salir. Presos de esa decisión quedamos todos los rionegrinos, con una economía cada vez más débil y dependiente del dinero ajeno. ¿Cómo llegamos hasta acá? Los motivos son muchos. En primer lugar, un gobierno provincial que no es previsor, es un mal administrador y no tiene un rumbo concreto. Como consecuencia de ello, se sumerge a los condicionamientos de un gobierno nacional que aprieta y ahoga las finanzas de las administraciones provinciales con la clara intención de generar una mayor dependencia de Nación, sofocando el incipiente federalismo. En el mismo sentido, nuestra provincia ha sido flexible a los crudos condicionamientos que el sector privado ha impartido al gobierno de Weretilneck para poder obtener salvatajes que le permitieran al conductor pagar al menos los sueldos de la provincia. Así, la camiseta verde-amarela le ha sentado cada vez mejor.
El primer gesto fue con la renegociación de contratos petroleros. Cuando el gobernador y los legisladores de JSRN defendieron públicamente a la empresa brasilera Petrobras, aún a sabiendas que no se proponían planes de inversión serios para nuestra provincia y que habían versiones muy concretas que la petrolera pretendía vender todos sus activos en nuestro país. El gobierno en ese momento expresó la necesidad de contar con ese dinero para generar obra pública a lo largo y ancho de nuestra provincia. Mismo discurso que utilizan este año para el pedido de deuda: dólares y obra pública. Ambos fueron años electorales, ingresó el dinero pero no así la obra pública. Las coincidencias son muchas.
Situación similar ocurrió el año pasado con la prórroga al Banco Patagonia, una muestra más de los constantes gestos que el gobierno provincial ha tenido con la entidad bancaria. Tuvieron un año para enviar el proyecto a la Legislatura, pero decidieron prorrogar el contrato en lugar de trabajar en un nuevo pliego, provocando que hasta la fecha el actual agente financiero continúe ejerciendo su rol en condiciones usureras y ruinosas para el Estado con un perjuicio directo a sus usuarios, víctimas del destrato del banco predilecto de la gestión de Weretilneck. Esta decisión del gobernador le permite generar mayores dividendos, situándolo en condiciones inmejorables para ser comprados al mejor postor, debido a los beneficios que obtendrá quien pretenda contar con todos sus activos y estructuras con las que actualmente cuenta el Patagonia. Otra vez la complicidad del gobierno a un intermediario del sistema financiero, sistema del cual depende vitalmente.
En los últimos días nos encontramos ante la intención del Ejecutivo de tomar un nuevo endeudamiento; esta vez en dólares. “Quédense tranquilos muchachos”, decían cuando le aprobábamos la emisión de letras del tesoro para pagar deficiencia de cajas y sueldos, “esta deuda la tomamos nosotros y la pagamos nosotros en la gestión de Alberto”. Hoy parece que esas letras se convertirán en bonos, otro problema para la provincia. Pero esta vez, el endeudamiento que pretenden adquirir, trascenderá varios mandatos constitucionales, y a diferencia de los bonos de la renegociación petroleras, este endeudamiento lo tendremos que pagar, y caro.
Desde Nación se le exigió a la provincia un ajuste en las cuentas públicas, y el gobernador reunió a todo su gabinete para comunicar tal decisión. Misma postura que tomó en la discusión por el impuesto a las ganancias y los tarifazos: apoyo a Macri en detrimento de los rionegrinos. Y al verde de la gestión de JSRN, se le suma el amarillo que cada vez lo vincula aún más con el gobierno nacional.
Lo cierto y lo penoso es que no se puede abrir un debate serio de cara a la sociedad cuando se ocultan datos  Aún no sabemos si serán 500 u 800 millones de dólares los que pedirá el gobierno provincial. Es información que debe estar al alcance de todos, para poder analizar la real implicancia de este endeudamiento. Tampoco sabemos a qué interés se va a tomar la deuda y cuál es el plazo de devolución y como se va a pagar.
El Gobierno provincial no tiene pensamiento estratégico ni una adecuada planificación y visión prospectiva. Muestra de ello, son las obras que han seleccionado para la adquisición de la deuda. Parece no haber un criterio uniforme y muchas están alejadas de las verdaderas necesidades de los rionegrinos. Esto demuestra la manera improvisada e irresponsable con la que nos gobiernan, un collage de obras y una reunión a las apuradas con sus ministros, no son el camino para planificar nuestra provincia para los próximos 20 años, sobre todo en un contexto internacional y nacional en el que dan señales claras de años duros para todas las economías emergentes.

 


 
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