1- ¿Existe la Patria sin Pueblo? Inimaginable sin dudas, porque son elementos simbióticos de una misma ecuación, viabilizada por una lengua común, una historia de transmisión oral, familiar y comunitaria, un espacio compartido, lo mismo que sueños y utopías, en esa amalgama invisible, de afectos solidarios, expresados en cada ocasión, “en que la suerte se le niega, al alma de los mortales”. Don Atahualpa Yupanqui. 2- Entonces podemos afirmar que la memoria histórica, es parte constitutiva de la identidad nacional, con nuestras costumbres y cultura, con sus más y sus menos, con lo que nos gusta y con aquello que nos identifica con nuestro pensamiento o la mirada que tenemos del mundo, de la vida, de las cosas, de los hombres, que se llama ideología, término y acción que el neoliberalismo pretende, en función de sus objetivos económicos, enterrar.
3- Debemos preguntarnos entonces porqué el neoliberalismo gobernante tiene como objetivo, anular esa memoria, que tiene que ver Juana Azurduy con el peronismo para el gobierno, como Hugo Chávez, como Felipe Varela, Lula o Evo Morales, echados del salón de Balcarce, en un intento de reescribir un capítulo del Fin de la Historia de Francis Fukuyama, que lideró los años 90 del arrasamiento privatizador del Plan Brady impulsado por el FMI, que le privó a la Argentina, de la Soberanía de los servicios públicos, esenciales para preservar los derechos de los argentinos.
4- Ni Artigas, ni San Martín, ni Bolívar, ni Belgrano, ni Sucre, ni Monteagudo o Moreno plantearon jamás la liberación de la Argentina, ni siquiera lo hizo el Congreso de Tucumán que proclamó la Independencia de Sudamérica, con delegados bolivianos y alto peruanos, hoy estigmatizados y demonizados, por el neoliberalismo ahistórico, que pretende apuntalar el modelo neocolonial agro exportador de la sumisión económica al Imperio. Ninguno de nuestros Padres Fundadores plantearon otra cosa que la Patria Grande, que ha sido expulsada del salón de los próceres.
5- La mejor imagen de estas políticas son los billetes nuevos, donde los rostros de nuestra historia han sido remplazados por una fauna, sin dudas hermosa que posee nuestro país, pero que intenta evitar siquiera una discusión sobre el tema de los próceres, de todas las vertientes del pensamiento, que apuntalaban la vida diaria de los argentinos, como hoy lo hacen los jaguares. No es inocente ni casual, es ese intento permanente de presentarse como los íconos fundadores de un nuevo tiempo, sin pasado ni otro compromiso que los negocios, de donde provienen, único objetivo de vida, que ignora al pueblo, sus afectos y sus historias.
6- No es un intento nuevo, desde hace 70 años, el antiperonismo ha sido la expresión más fiel de estas políticas, que no admite la redistribución de la riqueza, ni el estado como regulador del sistema de relaciones sociales, ni que la política sea la herramienta de construcción del modelo social solidario. No toleran la ubicación del movimiento obrero organizado como protagonista del poder político, ni a los movimientos sociales, a quienes creen que pueden manipular con prebendas y acciones de beneficiencia, cuando desde hace décadas poseen estatura y dignidad de pueblo.
7- “Ellos”, los neoliberales, saqueadores seriales de patrimonios nacionales como se demuestra a lo largo y ancho del mundo globalizado, destruyendo países, empobreciendo pueblos, generando guerras, provocando enfermedades y cambios climáticos, todo este panorama denunciado por el Papa Francisco en su Encíclica Laudato Si, como hace 60 años denunciaba Perón en su mensaje sobre el medio ambiente y en 1974 en su Modelo Argentino para un Proyecto Nacional. De ahí que hayan atacado a Francisco y ahora lo invisibilizan, lo demuelen a Perón, la persiguen a Cristina y denostan los doce años de gobierno peronista, en su afán de borrar la memoria popular.
8- Siempre lo hicieron, siempre fracasaron. Demolieron instituciones, incluso una Constitución Nacional de avanzada como la de 1949, primera del constitucionalismo social de América, por un simple decreto de la dictadura cívico militar, enterraron destrozando la Fundación Eva Perón, quemaron sus pertenencias, robaron su cadáver, degradaron y condenaron a Perón, mataron, desaparecieron, encarcelaron, exiliaron a millones de militantes del campo nacional y popular, pero no pudieron con la historia, ahí fueron vencidos y lo serán.
9- El actual gobierno monitoreado y controlado por los grandes intereses supranacionales, como los Fondos de Inversión, auditados por la Embajada de EEUU y del Reino Unido, sólo responde a los grupos de Bancos, que están realizando nuevamente, como en los 90 el negocio de la toma de deuda estatal, que lleva a controlar las llaves de la economía nacional. No olvidemos que las tres banderas del peronismo son la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía Política. ¿Pensarán los legisladores que están sentados en sus bancas por el FPV, cada vez que votan a favor de la “gobernabilidad”, en que además la canción partidaria dice: “combatiendo al capital”? Por los hechos pienso que no.
10- La mentada llamada a la gobernabilidad, ignora que el peronismo ha sido elegido, casi por la misma cantidad de votos, para ser oposición, por lo cual ser partícipe de la expoliación nacional que está cometiendo el neoliberalismo, los convierte en cómplices. Además, de ser funcionales a un gobierno que persigue a nuestros compañeros, que encarcela a Milagro, pretende meter presa a Cristina, hace afirmaciones negacionistas sobre el genocidio cívico militar de la dictadura, ya determinado por la Justicia y que ha convertido a nuestro país en un ícono internacional en la lucha por los DDHH. A este gobierno se lo combate o se lo acepta, nosotros lo combatimos, damos lucha contra la ignominia y la humillación nacional a la cual nos quiere someter, como pueblo, como Nación, como Patria Grande, porque el peronismo ha seguido siendo poder, por defender valores, que nos dieron perfil e identidad de construcción de pensamiento propio, americano, profundo, moreno, criollo de lo cual estamos orgullosos, frente a los cipayismos de todo signo que invaden la política.