PERDONEN LOS ERRORES DE LA TRADUCCIÓN DE LA REUNIÓN EN PORTUGUÉS REALIZADA DESDE LA FUNDACIÓN DEL PT DE LULA Y EL FORO DE SAN PABLO

Argentina, Cuba y pueblos indígenas de Bolivia enseñan una lección de salud a Brasil

13 de marzo de 2020. En Argentina, hubo 30 infectados con Covid-19 y dos muertos. En Brasil, 50 confirmados infectados y cinco muertos por la enfermedad.
19 de junio. Los datos oficiales de Brasil registraron 50,000 muertes por Covid-19, y las de Argentina, menos de 1,000 muertes. La comparación habla por sí misma. Por un lado, un gobierno que trabaja para sofocar el servicio público y se esfuerza por descuidar la gravedad de la pandemia y la importancia de la vida de las personas que viven en su territorio. Por otro lado, un gobierno que, con solo 180 días de gestión, puso al Estado y sus estructuras al servicio de una política para prevenir y combatir enfermedades y brindar apoyo financiero a su gente.
Además de la experiencia argentina durante la pandemia, que muestra que la expansión de Covid-19 no es solo una cuestión de azar y naturaleza, sino el resultado de elecciones políticas, los informes presentados por un representante del gobierno cubano y un médico y activista quechua boliviano ayudaron Comprender el debate propuesto por la reunión "Covid-19 en Estados Unidos, Protección social y protección de la salud: ¿es posible evitar una tragedia humanitaria?", que se celebró en línea la noche del viernes 19 de junio.
El debate se llevó a cabo en colaboración con el Sector Nacional de Salud del PT y la Fundación Perseu Abramo, con el apoyo del Foro de São Paulo. El médico participante Vivian Camacho, partera quechua y activista de los movimientos de salud populares e indígenas, Jorge Rachid, médico sanitario y profesor universitario de Ciencias Sociales en Argentina, y Francisco Durán, director de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública de Cuba. En la mediación, Eliane Cruz, coordinadora del Sector de Salud del partido, Vivian Farias, vicepresidenta de la Fundación Perseu Abramo, y Márcio Jardim, director de Relaciones Internacionales de la entidad.
Cuba, cuya excelencia en el sistema de salud reconoce incluso sus detractores más firmes, muestra resultados inusuales durante la pandemia.
Bolivia, a su vez, enfrenta una situación similar a la de Brasil, víctima de un golpe político institucional que agrava las consecuencias de la enfermedad. Pero la lucha de las comunidades, a pesar de los excesos del gobierno, sirve de inspiración para la reanudación de la democracia.
Un saludo emocional a nuestro compañero Lula, a quien apreciamos y admiramos, al igual que saludamos a nuestro hermano Evo Morales.
Ya había una crisis civilizadora en el mundo, que generó una naturalización de las muertes. El bloqueo que sufren nuestros hermanos cubanos, nicaragüenses y venezolanos, la destrucción de tierras por pesticidas, el calentamiento global o las 24,000 personas que mueren de hambre al día en el mundo, y que nadie hace nada para cambiar esta acumulación de riqueza, la epidemia de ébola en África, para la cual, excepto Cuba, los otros países no brindaron asistencia.
Covid ha destacado este sistema perverso. Noqueó a las bolsas de valores, noqueó a las empresas.
En Argentina, abrimos dos ventanas. Mediante la votación, permitimos la llegada de un gobierno neoliberal, marcadamente brutal e inhumano, que incluso nos dejó sin el Ministerio de Salud, que nos dejó sin medicamentos, sin vacunas. Cinco millones de personas familiares nos dejaron y el 52% de los niños debajo de la línea de pobreza.
El coronavirus apareció ante nosotros, dos meses antes del primer caso aquí, porque vimos que el virus, que es una molécula, estaba derrocando un mundo que se consideraba la armada invencible.
Marque esta fecha en sus calendarios: 13 de marzo de este año. Argentina tenía dos muertos y 30 infectados importados. Brasil tenía cinco muertos y 50 infectados. Hoy Brasil tiene casi 50 mil muertes, y Argentina tiene menos de mil.
Este es el resultado de una cuarentena estricta, que para nosotros es el único remedio efectivo contra la transmisión del virus. Es una distancia física, no es una distancia social. Vimos las escenas en Europa y los Estados Unidos y tomamos medidas, en principio a un alto costo político. Esta decisión política fue respaldada por una sala de situación epidemiológica que monitorea en tiempo real los datos sobre la evolución de la pandemia, como todos deberían haber hecho en todos los países. Evolución en términos numéricos a nivel mundial, regional y local.
Reservamos el 38% de las camas destinadas a la UCI y ya hemos decidido construir otros espacios para recibir a los pacientes.
Hoy estamos teniendo el pico de la pandemia. Hoy.
Entonces, tenemos la sala de situación, la cuarentena y la recreación muy importante de una conciencia social y solidaria que había sido destruida en los cuatro años de macrismo. El neoliberalismo favorece el egoísmo, el individualismo, la meritocracia. Y esta pandemia nos ha dado la oportunidad de reconstruir en parte esa conciencia social solidaria. Y, por supuesto, mediante el fortalecimiento del gobierno basado en estas decisiones políticas. El estado debe ser el mentor de las acciones y el protector de los intereses populares.
La gente ya no puede tomar cuarentena. Pero el gobierno ha adoptado un lema que es: "calidad de vida mínima para enfrentar la guerra de virus". Argentina ha implementado 11 millones de puestos de comida para personas. Se aseguró una asignación familiar de $ 150 por familia. Se promulgó una ley anti-comisión. Paga la mitad del salario de los trabajadores por quienes interrumpieron sus actividades.
Hay sectores de un "neoliberalismo residual" que atacan la cuarentena con dureza.
Pudimos retomar la industria médico-farmacéutica y producir el kit serológico. Duplicamos el número de respiradores existentes, con producción realizada en el país.
En los institutos argentinos, estamos investigando una proteína que puede evitar que el virus ingrese al sistema pulmonar.
Estamos trabajando junto con equipos de investigación de EE. UU. Y Europa. Por supuesto, sin fines de lucro, equipos estatales, porque con la industria farmacéutica no funciona.
También, de organizaciones regionales, estamos trabajando para desarrollar una vacuna universal, de uso gratuito, como la vacuna Sabin. Sin patente
Francisco Durán:
Un fuerte saludo a amigos de Argentina, Bolivia y Brasil. Tenemos una estructura sanitaria universal y gratuita. Esto preparó a Cuba para el desafío hace muchos años, en un plan que tiene mucha interseccionalidad, en el que participan no solo la salud, sino todas las agencias gubernamentales y todos los ministerios.
Hemos desarrollado un protocolo de tratamiento para personas con sospecha de Covid-19. En primer lugar, nos dedicamos a los que regresan de otros países. Esto nos permitió detectar los primeros casos. Hoy hay 2,248 casos.
Esto nos llevó a hacer un seguimiento diario, incluido el uso de la televisión, con la presencia del presidente y nuestros ministros.
Reservamos habitaciones en la UCI. Realizamos capacitaciones específicas para todo el personal de salud.
Los productos de países distantes han experimentado aumentos de precios. Entonces desarrollamos toda una actividad científica con equipos de especialistas: epidemiólogos, biólogos, matemáticos, lo que permitió a Cuba comenzar a producir recursos de diagnóstico.
Comenzamos a administrar medicamentos para inmunización, interferón y otros, según la gravedad. Atendemos pacientes en sus hogares.
El número de muertos en Cuba es 84. Ocupamos el lugar 14 en América Latina.
Tenemos 840 infecciones confirmadas entre el personal de salud. No muerto 800 niños infectados también, ninguno grave. Ninguna mujer embarazada atendida murió.
Todos los sospechosos y los confirmados fueron tratados en el hospital, por lo que no hubo contacto con otras personas. Después de ser confirmado con Covid-19, estuvieron aislados durante 14 días. Si la prueba de PCR luego confirma que la enfermedad se ha superado, el paciente se va a su casa, pero espera otros 14 días de observación y aislamiento. ( Durán también informó, en los comentarios que terminaron el debate, que los trabajadores de salud cubanos, sospechosos de infección, mantienen el tiempo de cuarentena y, después de una prueba negativa, aún permanecen en el alojamiento proporcionado por el gobierno durante otros 15 días)
También llevamos a cabo una campaña de orientación pública: cómo protegerse, cómo saludar a las personas y mucha información diaria. Suspendimos las actividades escolares, el tráfico fronterizo, permitiendo solo los servicios necesarios.
Garantizamos los salarios de todos los trabajadores. Todos los mayores de 60 años fueron liberados de sus actividades.
De las 15 provincias de nuestro país, solo dos tenían casos de Covid-19. En los otros 13, comenzó la fase uno de una dosis de flexibilidad, con el regreso de algunas actividades.
Entre las noticias, creamos una forma para que las personas reporten su estado de salud en sus teléfonos celulares y reporten sus síntomas. El personal del centro de salud luego va al lugar donde la persona debe brindar atención.
En términos de internacionalismo, enviamos 36 brigadas médicas para servir a 27 países. De todos, solo la brigada que fue a Lombardía, Italia, ha regresado a Cuba hasta ahora. Estas personas están pasando por la cuarentena de 14 días, luego serán recibidos por el presidente.
En Brasil, tuvimos la experiencia de brindar atención primaria de salud a través de Mais Médicos, en la que más de 20 mil médicos cubanos atendieron a más de 13 millones de pacientes. Programa que fue interrumpido por una decisión, en nuestra opinión, errónea por parte del gobierno de este país.
Ofrecemos nuestra ayuda a los EE. UU., Que no la aceptaron. Tenemos brigadas especializadas en situaciones de pandemia, que pueden ayudar en todo el mundo.
(En los gráficos presentados, el representante de Cuba mostró que la curva de contaminación máxima, según el criterio de los pacientes hospitalizados, se produjo entre mayo y junio, y todas las proyecciones, escenario crítico, medio y favorable, apuntan a una fuerte caída, cercana a cero en julio)
Vivian Camacho, partera quechua y movilizadora popular:
Soy de la nación quechua, soy médico de profesión, estudié en Bolivia y Bélgica, pero regresé a mi país. Soy partera y he estado acompañando a los nacimientos durante muchos años, con nuestro conocimiento ancestral, y también estamos acompañando movimientos para la humanización del parto. Trabajamos con los movimientos populares de salud aquí en Bolivia.
Actualmente estamos luchando para resistir lo que está sucediendo no solo en Bolivia con el advenimiento de la pandemia, sino frente a este nefasto golpe que hemos estado experimentando desde noviembre pasado. Un saludo a los maestros que acabamos de escuchar y con quienes me complace compartir este debate, y también a los colegas de América Latina con quienes hemos compartido el proyecto de educación popular en salud.
El escenario en Bolivia es sombrío, preocupante. Durante este período de pandemia, en un espacio de dos meses, se intercambiaron tres ministros de salud, uno de los cuales es arrestado por un escándalo que involucra un aparato de respiración. Los respiradores se compraron con precios absurdos.
Ahora estamos en una fase crítica de la pandemia y no tenemos lugares específicos donde se pueda tratar Covid-19. Los médicos protestan y lloran en las calles, literalmente, porque los pacientes no tienen la atención que necesitan y las personas mueren en las calles. Es vergonzoso Especialmente para las personas que buscan su derecho humano a la salud, porque el derecho a la salud es un derecho humano, no una mercancía.
En Argentina, por lo que acabamos de escuchar, hay un esfuerzo por parte de un estado comprometido. Y Cuba siempre es una luz, un ejemplo que muestra que cuando hay un estado comprometido, hay esperanza para un pueblo. Cuba, basada en su socialismo revolucionario, comprometido con el internacionalismo, está exportando esta experiencia solidaria. Nos saludamos profundamente.
Entonces, aquí en Bolivia estamos a merced, no sé cómo decir sin ir más allá de cualquier límite, de inhumanidad. La ignominia que estamos experimentando no tiene nombre. Lo que estamos experimentando ahora es vergonzoso como país. Estamos experimentando un mal gobierno antidemocrático, que persigue y penaliza a la población que sale a manifestarse, pero también busca la solidaridad entre las comunidades. Tenemos que enfrentar no solo la pandemia. Saludamos a las comunidades que se defienden con sus propios recursos.
También tenemos que mirar críticamente lo que está sucediendo en salud en todo el mundo. La propia Organización Mundial de la Salud está siendo atacada. Estados Unidos está retirando su ayuda financiera. El filancapitalismo quiere transformar la salud en un negocio. No le importa la salud de la población. La industria médico-farmacéutica se ha beneficiado, incluso junto con la industria de armas y agronegocios, que son todos grandes amigos. Juntos, nos obligan a consumir la medicina que producen.
Debemos recordar que la salud es algo que debería comenzar con la educación sanitaria, la salud como un derecho humano. La alimentación como derecho humano. La salud no puede ser un negocio, como lo es, incluso antes de la pandemia.
En la asamblea virtual de la OMS, algunos países han argumentado que la vacuna debe ser gratuita. Rusia ha defendido. Bernie Sanders, durante la campaña en los Estados Unidos, defendió que la vacuna que se desarrollará debe ser gratuita, porque es un derecho humano. Sin embargo, los filántrocapitalistas quieren seguir beneficiándose de la salud de la humanidad.
Hemos defendido las recomendaciones de la Comisión de Alto Nivel de la Organización Panamericana de la Salud (Vivian es miembro del comité), que presentamos el año pasado al gobierno mexicano. Estas recomendaciones están dirigidas a los ministerios de salud para continuar mejorando la atención básica de salud: trabajando desde las comunidades, luchando contra las injusticias sociales. Necesitamos entender la salud nuevamente como un derecho humano.
Necesitamos romper con el concepto dominante que nos impone la medicina. Debemos analizar nuevamente la contribución del conocimiento ancestral que ha defendido a las poblaciones más vulnerables aquí en nuestra región y en todo el mundo. Es gracias a la medicina ancestral tradicional que nos hemos defendido, con nuestros propios recursos para cuidar a nuestras comunidades, con nuestras hierbas y ceremonias que nos acompañan en nuestra visión del mundo.
Nuevamente, debemos mirar críticamente el monocultivo agrícola dominante que prioriza el dinero sobre la vida. Necesitamos, de nuestras comunidades indígenas, considerar el intercambio de conocimientos. No se trata de considerar una cultura mejor que la otra, sino que necesitamos urgentemente volver a hablar. La visión unilateral dominante ha dejado a las comunidades indígenas en las peores condiciones.
Por lo tanto, invito a todos a reflexionar sobre la reconstrucción de este diálogo. Estos puentes de encuentro, de solidaridad humana. Las comunidades campesinas están haciendo intercambios voluntarios de afecto, distribuyendo toneladas de alimentos para alimentar a las comunidades que más lo necesitan.
Antes de la pandemia, ya estábamos experimentando una terrible situación de injusticia social, que el virus desnuda por completo. La solidaridad internacionalista es la forma de evitar una tragedia humanitaria. Vernos a nosotros mismos como una comunidad humana. Nuestra patria pachamama nos alimenta con su fruto, con su agua, y nuestros huesos volverán a ella, por lo que para nuestros pueblos es importante hablar de nuestro conocimiento ancestral cuando hablamos de salud. La humanidad necesita volver a aprender el significado de estar juntos, de cuidarnos, de ayudarnos juntos. Esta es nuestra gran propuesta para un marco de civilización que debemos seguir. No hay receta para hacer algo solo. No somos nada, dijo el Che. Juntos podemos hacer una nueva civilización.