Ante todo es mandatorio mencionar y recordar que no hubo ningún avance en la búqueda de Facundo Astudillo Castro que está desaparecido desde el 30 de abril y que la causa está caratulada como desaparición forzada de persona.
No debemos olvidarlo y seguir exigiendo el esclarecimiento del hecho y la aparición con vida de Facundo.
La artillería de criticas irracionales cada vez más intensas desde los medios hegemónicos y desde la abyecta oposición cambiemita (que no es "residual" precisamente como algún periodista insiste en calificarla) hacia cualquier iniciativa del gobierno se torna realmente exasperante.

La derecha vernácula está cebada y ya no quedan dudas que hay un plan de desestabilización en marcha.
El gobierno centra su prioridad como es lógico en implementar todas las acciones necesarias para tratar de contener el avance del covid-19, que ya está alcanzando ribetes muy pero muy preocupantes.
Por otra parte, otro "frente de lucha" que finalmente al momento de escribir estas líneas está cerrándose es el acuerdo con los bonistas para reestructurar la deuda que el gobierno anterior nos dejó. Cuando se conozcan los detalles los comentaremos pero es desde ya un éxito extraordinario del Gobierno porque se hará sin el ajuste de nuestra economía y priorizando el bienestar de todos y todas.
La semana que pasó el gobierno parece haber encarado definitivamente la tan esperada reformulación de la justicia. Fue presentado oficialmente el proyecto en conferencia de prensa liderada por el presidente Alberto Fernández y con la ausencia de la oposición cambiemita. El argumento de éstos, rayano en el infantilismo político, fue que no estaban de acuerdo.....con un proyecto de ley que no conocían...
No vale la pena detenernos en la reacción intempestiva, pero no por eso menos esperable, desde todo el establishment. Solamente vale mencionad que para ellos el "inconmensurable poder de Cristina" sin dudas está presente en el espíritu de esta movida gubernamental...¡¡ patéticos !! pero con un discurso que tiene amplia aceptación en el ancestral núcleo duro antipopular.
Considerando este panorama estuve a punto de dejar pasar por alto esta semana y no escribir mi habitual editorial porque me había invadido el desánimo y la falta de motivación.
Sucede que por un lado tenemos, como ha sido expresado, todo un movimiento de pinzas cuyo objetivo es, sin prisa pero sin pausa, ir desestabilizando al gobierno.
Pero por otro lado, está la ansiedad, por momentos incontenible, de los que pretendemos una reacción más enérgica del gobierno ante todos estos ataques como así también el requerirle profundizar en cambios estructurales que deberían estar en agenda de todo gobierno que se precie de ser nacional y popular.
Pero claro nuestra ansiedad nos hace perder de foco que si bien están por cumplirse ocho meses de gestión no reparamos que cinco fueron bajo la irrupción del coronavirus y que muchas veces nuestras críticas tienen perfiles muy similares a las de la oposición dura que tanto aborrecemos.
Por lo tanto debemos aflojar con la ansiedad, ingiriendo algún ansiolítico si fuese necesario, pero se hace imprescindible cerrar filas porque ellos siguen unidos aunque simulen lo contrario.
Será hasta la próxima y como siempre desde el lado de la vereda del sol...