Cuando hablan de Néstor, se me viene una sensación del hombre que abrió caminos de esperanzas, sueños, ideas y proyectos. Este SEÑOR, es un cuadro político imposible de igualar. Trabajaba las 24hs por los 365 días. Es de esas personas que no te fallaba en nada. Todo lo que decía, lo hacia. Un fuera de serie.
Jamás voy a olvidar el día que lo conocí. Un día, fue a un acto en el micro estadio de básquet de River, ya siendo presidente. Lo espere en el anillo interno del club y venía con la custodia. En eso, le decía a los custodios que se corran, que quería escuchar a todos y saludarlos, a quienes estábamos ahí (algo que lo marco a fuego en sus formas). En eso, veo el hueco y me mando. Él me agarro de la cabeza y me dice: “Hola cabezón”. Fue ahí, (yo tenía 8 años) cuando le digo “Néstor, dos cosas. Una, te pido que no seas como Menem. La otra, que te hagas de River”. Me miro y me respondió (tocándose el izquierdo y con los cuernitos) “A ese tipo, jamás. Soy todo lo contrario a ese. Ya vas a ver. Por lo de River, voy a pensarlo. Ustedes ganan campeonatos mas seguidos, pero la pasión por Racing es única”. Me dio un abrazo y siguió su rumbo. El tipo no me fallo...
También, recuerdo a mi abuelo materno, Emilio Casasbellas, que venía de una militancia dentro del campo nacional y popular, pero del sector de la izquierda progresista, que se quedaba sorprendido por las medidas que tomaba su gobierno en favor del pueblo. Era levantarse a las mañanas, esperar que me pase a buscar para ir al colegio y mientras tomaba el desayuno, debatía con mi madre, Carmen Casasbellas, (ambos grandes militantes del mismo espacio y de aquí mame mi interés por la política) todas las conquistas que hacia en favor del pueblo, que en esos momentos parecían utópicas e impensadas.
Él, fue quien vino a cumplir los sueños de esa generación diezmada por dolorosas ausencias (la cual pertenecía mi abuelo) y nos rego de sueños y proyectos a toda una generación de jóvenes que creemos en la causa del pueblo, de brindar y garantizar los derechos y conquistas para todas y todos, en el marco de una igualdad de oportunidades genuina. Era una ametralladora de sueños y proyectos que ni un dejo de cumplir.
Hoy, a diez años de su fallecimiento, no puedo dejar de olvidarme de ese día. Me despierto, temprano, medio que haciendo fiaca en la cama y escucho de la tele de la habitación de mis padres que dice “estamos chequeando que falleció un ex presidente”. Yo, pensaba por rango de edad que eran el Carlos o Chupete. A los minutos, anuncian que era Néstor. Juro, que me largue a llorar como si fuera que había muerto alguno de mis padres. Que había algo dentro mío que se moría. Mis viejos, también destruidos.
Esperamos a que nos censaran (27/10/10 fue el día del censo nacional) y partimos para la Plaza de Mayo. Fue uno de los días más tristes. El pueblo, en la calle, llorando, por la pérdida de si mentor.
Al día siguiente, hice la fila junto a mi padre para despedirlo. (Tardamos 14 horas en entrar, pero lo despedimos). No me olvido más, los pasacalles de la Avenida de Mayo, que decían “Por siempre Néstor. Fuerza Cristina”. Pero, había un cartel que llevaba una señora que decía “cerraste los ojos, pero abriste millones”. Tal cual.
Querido Néstor, sos un hombre al que amo, que no me da vergüenza en decirlo. Un tipazo. Gracias por todo y seguimos llevando tu bandera, junto a Cristina, hasta la victoria por siempre.