Generando cambio

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SIN VIDA NO HAY ECONOMÍA... PDF Imprimir Correo
Escrito por Jorge Rachid   
Jueves, 05 de Noviembre de 2020 09:51

altSIN ESPERANZAS NO HAY VIDA...

En los tiempos en que los pueblos viven dramas, como las guerras, los cataclismos naturales como terremotos, erupciones volcánicas, tsunamis y todos aquellos que no pueden controlarse con la voluntad del hombre, como las Pandemias, lo primero que surge, es la necesidad de la solidaridad social compartida.
Es que cualquiera de esos episodios, hacen nacer en los pueblos la experiencia compartida, de reconocerse en la búsqueda de un destino común. Ese camino a recorrer que va amalgamando las costumbres, la cultura, la fe compartida con la esperanza de la reconstrucción o de la finalización del drama. Esa búsqueda común se llama utopía. En nuestro caso, como país y como pueblo hemos vivido épocas dramáticas de la mano de procesos cívicos militares desgarradores y lesivos al cuerpo social argentino. Miles de muertos tapizan nuestra memoria, imágenes que nunca querríamos haber vivido, como las que nos golpean hoy, desde una Pandemia que tiñe en forma absoluta nuestras vidas, con muertos y enfermos en multitudes no imaginadas.
Por esa razón los comportamientos sociales, que se desarrollan en estas ocasiones, son determinantes, en la composición del pueblo constituyendo una categoría superior al individualismo materialista. Esa diferencia entre los comportamientos colectivos e individuales son los que definen la victoria o derrota de las batallas a librar.
No hubiese sido posible la victoria en Tucumán, sin el Éxodo Jujeño, ni recuperar la isla Martín García sin las batallas de Obligado, Quebracho o Tonelero, tampoco la Ley Saenz Peña del voto democrático, sin las luchas previas de la Revolución del Parque, ni las leyes laborales sin el 17 de octubre del 45.Estos son sólo algunos de los episodios que nos definieron como pueblo: La anti Patria de Mitre los quiso borrar hasta el día de hoy.
Porque en realidad el colonialismo pretende enterrar memoria y sepultar identidad, en esa falsa opción de civilización o barbarie, esconde toda la prepotencia imperial de la dominación cultural, económica y social de los pueblos. Esa civilización esgrimida impone que lo valioso viene del mundo desarrollado y la barbarie somos nosotros, supuestamente inútiles.
Malas noticias al Imperio y sus acólitos locales: no somos ni subdesarrollados, ni emergentes, ni periféricos, somos un pueblo libre en una Patria Soberana. Esas categorías son estigmatizantes y denigratorias, nos quieren llevar al estado de dependencia, asumiendo la sumisión como condición indispensable, como para no ser catalogados como “políticamente incorrectos”, es decir asumirnos como colonizados.
Si algunos aspectos de la Pandemia pueden destacarse, aunque no festejarse en medio del drama de decenas de miles de familias, es que ningún argentino con COVID19 quedó sin asistencia médico farmacéutica, es decir no hubo colapso sanitario, mejor aún no hubo saqueos. Esas dos cuestiones demuestran que la planificación sanitaria y económica de enfrentamiento a la situación, fue la acertada y provocó que se salvaran miles de vidas, al mismo tiempo que agudizó las confrontaciones miserables de quienes apuestan a la muerte como método político de lucha, poniendo en riesgo y de rehenes a millones de argentinos.
Es que al evitar los saqueos y el colapso, al anunciar las vacunas, se comienza a cerrar un ciclo donde la vida triunfa sobre la teoría de la muerte, del “que muera el que tenga que morir”, o “con Cuarentena no hay economía”, entre otros latiguillos disparados a nivel internacional por sectores filo nazis igual que en nuestro país, despreciando al conjunto del pueblo, sembrando odio, mintiendo, ocultando información desde los medios hegemónicos que dejaron de ser comunicadores para transformarse en instrumentos de poder destituyente.
Hoy el pueblo argentino vive con la alegría de vislumbrar un horizonte claro de resolución pandémica, que ha sido posible por el conjunto de ese pueblo, que mayoritariamente apostó a la solidaridad y el bien común, en busca de un destino compartido.
Los necios enfermos de odio quedaron al descubierto, no se cumplieron ninguna de sus predicciones catastróficas, se los vio desnudos en su impotencia agresiva y estrafalaria, colonizadora y anti democrática.
El Gobierno nacional y popular, con eje en el peronismo resistió los embates desestabilizadores, las extorsiones golpistas, los condicionamientos externos y forjó una línea de acción que permitió llegar a una situación relativamente controlada, en medio de un descontrol mundial, privilegiando la vida, desplegando instrumentos económicos para resistir, fortaleciendo la I+D en Ciencia y Tecnología, colocando a nuestro país, entre los más adelantados del mundo en investigación y producción de medicamentos y vacunas.
Pueblo y Patria Matria, es el concepto integrador del modelo biocéntrico de construcción social y productivo que nos debemos, y que hemos empezado a recorrerlo en medio del drama pandémico, protegiendo la vida y la naturaleza.
PRIMERO LA PATRIA -www.lapatriaestaprimero.org

 
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