Generando cambio

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PUEDE LA DEMOCRACIA MODIFICAR LAS ESTRUCTURAS NEOLIBERALES DE PODER? PDF Imprimir Correo
Escrito por Jorge Rachid   
Martes, 29 de Junio de 2021 12:57

altLa democracia, una imperfecta creación institucional, pero la más representativa de los pueblos, es una construcción joven, no más de dos siglos y algo más, pero que sin dudas ha significado un avance notable en la ampliación de derechos y fortalecido un imaginario común de justicia, hasta la irrupción del neoliberalismo brutal e inhumano, que en los últimos 50 años construyó sentido, desde una cultura dominante, individualista y economicista, que deteriora las relaciones sociales y humanas.
Esa conducta de dominación en todos los tiempos históricos, se llamó y se llama colonialismo, que ahora se expresa en formas de apropiación del sentido a través de la mass media, instrumentada por los centros de poder económico, que impactan, deteriorando, la capacidad soberana de los estado nación, tanto en su institucionalidad construida a los fines de preservar sus intereses, como en lo social cercenando derechos. No es casual entonces que esa miseria moral haya quedado al descubierto en la guerra Pandémica, que visualizó a nivel mundial, la crisis civilizatoria que padece la Humanidad, provocando desde el calentamiento global con la destrucción de los ecosistemas que garantizan nuestras vidas, arrasando en su afán productivista infinito, todo aquello que fue protegido por los seres humanos a lo largo de la historia, por constituir su sustento de vida, en su flora y su fauna, hoy arrasadas por un capitalismo financiero sin rostro, supranacional, profundamente inmoral que ha deshecho los pilares democráticos del mundo, tema hoy en discusión, aunque los medios hegemónicos lo oculten.
Es que la expresión de los pueblos que garantizaba la democracia, hoy se ve avasallada por estructuras diseñadas en los Estados que están al servicio de los intereses económicos concentrados, instrumentos de organismos internacionales que endeudando  determinan las políticas económicas de los países sometiéndolos, colonizando sus decisiones, amputando su planificación estratégica, cooptando su dirigencia y manejando aquellos medios que alguna vez fueron de comunicación y hoy son patéticos panfletos similares a los pasquines de la antigua Roma.
Entonces la disputa electoral se convierte sólo en un tema de gestión de lo existente, en donde mover una pieza del tablero desata una guerra nuclear, por menor que sea desde volver a dos jueces a sus fueros originales o el impuesto a la riqueza, son visualizados como ataques a un edificio colonial pétreo, que no puede permitirse perder un solo ladrillo de la estructuración del estado neoliberal mínimo al servicio del capital privado concentrado.
Intentar construir un Estado al servicio de las mayorías populares con Justicia Social e independencia económica es llamado populismo por los enemigos de la Patria, aquellos dispuestos a entregarla a una globalización en nombre de una modernidad colonial. Es entonces donde surge con fuerzas la necesidad de la Comunidad Organizada para la construcción de una nueva democracia popular, porque la representativa fue cooptada por los intereses hegemónicos de los Fondos de Inversión Buitres, dueños de empresas multinacionales, patentes, vacunas y medios de comunicación globales.
No es un desafío menor, pero siempre ha sido así en la historia de los pueblos, que es el sujeto que construye sus nuevos paradigmas, el que define sus tiempos, el pueblo es el que encabeza las batallas cuando está en condiciones de vencer, nunca antes, siempre cuando le pone un punto de inflexión a los tiempos y encarna los  sueños compartidos, construyendo sentido, al margen de quienes pretenden adormecer la conciencia colectiva de Patria Matria Grande.
El UNASUR y la CELAC serán instrumentos a reconstruir para los tiempos pos pandémicos, ya que los ejes de la disputa por el poder será entre los modelos solidarios biocéntricos, que jerarquicen a los seres humanos y la naturaleza, cuidando el medio ambiente y los modelos macroeconómicos del Mercado como ordenador social, de acumulación infinita que tanto dolor han causado a los pueblos del mundo.
Es ahí donde emerge el pensamiento americano mestizo, criollo, esa construcción de Patria Grande que nos demanda desde el fondo de la historia y que el peronismo supo recoger en una síntesis doctrinaria, filosófica y política, que fortaleció la conciencia colectiva del pueblo en términos de solidaridad social activa, como se verificó con todas las dificultades emanadas de una guerra pandémica, que supimos enfrentar y estamos a punto de vencer.
PRIMERO LA PATRIA - www.lapatriaestaprimero.org

 
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