 NO ENTERREMOS LA MEMORIA
Este humilde escriba que allá por el año 71, con 25 años editaba el semanario Edición Extra junto al gran amigo Juan Carlos Molina y después en el 74 comenzaba con sus andanzas con otra publicación comprometida con el país que la denominé Su Norte, no callaba ante las presiones gubernamentales ni escribía lo que ellos solicitaban, simplemente porque no se identificaban con mis principios. Entonces muchos argentinos tuvimos que soportar cárceles, torturas, exilios y muchas otras privaciones que no teníamos que haber pasado, pero ante el silencio de varios colegas, eclesiásticos, empresarios, sindicalistas y otros personajes de la vida de nuestro país, imperiosamente tuvimos que alejarnos de toda esa matanza y violaciones a la constitución, simplemente para salvar nuestras vidas y la de nuestros familiares y amigos.
Lo que comento, muchos de mis conocidos y amigos lo saben y el resto de la sociedad también estaba informada y tal vez, ha soportado todas estas aberraciones que estoy refiriendo.
Pero por haber sufrido y presenciado estos actos de genocidios y absurdos, no significa que hemos esperado todos estos años para volver en son de venganza o desquite. Solamente queremos y luchamos por el resarcimiento y reparación por tantos males innecesarios que han marcado a 3 generaciones.
Es incomprensible que varios colegas, políticos, intelectuales y eclesiásticos, puedan sentirse azorados y cansados de que se siga hablando de la dictadura y desean borrar el pasado, como si de esta forma se logra la pacificación y los encuentros definitivos para una Argentina grande.
Cuando en una familia y entre amigos, no se desea hablar del pasado y solo queremos mirar hacia delante, es porque se está escondiendo algo y no queremos sufrir y retrotraer a nuestras mentes nada que nos incomode. Muchas veces los malos recuerdos han dividido a familias enteras. Cada uno de los lectores, si hacen una reflexión seria, seguramente estarán de acuerdo con el autor de la presente columna.
Recientemente escuchaba al actual Ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, el Dr. Bulrrich, decir que los chicos no tienen que andar pensando o estudiando sobre el Bicentenario de la República, más vale andar pensando de cómo verían a la misma a partir del presente inicio al tercer mileno, o sea tener un panorama o una visión de cómo verían al país en los 300 años. Todo un despropósito, principalmente, porque si a una edad temprana no tienen en claro que ha sucedido en la nación desde su fundación, poco pueden saber de lo que puede ocurrir en un futuro muy lejano.
Lo curioso de todo lo que estoy comentando, es que estos mismos personajes o en su gran mayoría, han sido cómplices de aquellos tiempos infames y además defensores posteriormente de la democracia, pueden seguir cambiando de opiniones como pensando, tal vez, que la sociedad argentina es ingenua y carece de memoria. Concretamente, el olvido al pasado que ellos pregonan, es para que no tengan que dar explicaciones a los requerimientos de ésa misma sociedad o porque no, a la justicia.
Hay dos frases muy conocidas que el autor del libro “Los orígenes de Juan Perón y Eva Duarte”, Ignacio Martín Cloppet, que se presenta el 5 de octubre en el Museo Metropolitano, ha vuelto a difundir y que encaja perfectamente con todo lo que estoy ilustrando. Dicen así: “Los pueblos que olvidan su historia, están condenados a repetir sus tragedias” (Marco Tulio Cicerón) y “Los historiadores que de mentiras se valen, habrían de ser quemados como los que hacen moneda falsa” (Miguel de Cervantes).
Estos conceptos que menciona Cloppet en su obra, encaja con estos comentarios, ya que quieren nuevamente olvidar lo que pasó en nuestro país hace más de 3 décadas, porque tienen intereses que los perjudican notoriamente si intentamos hacer justicia para cicatrizar las heridas definitivamente. Además cuando mencionamos a los historiadores que se basan en mentiras, es para aquellos que desnaturalizan la información para confundir a toda una sociedad que está desinformada de todo lo sucedido.
Para no abundar más en el tema, no para ahorrar espacio, sino porque considero que tenemos una sociedad inteligente y humana, solo les recomiendo con el debido respeto, no importa la ideología que los mueve, que se tomen unos 6 minutos y fracción para escuchar el tema "La Memoria", que editamos al continuación de la presente nota y que tan magistralmente compusiera León Gieco. Creo que la claridad del mensaje de León, atesora cualquier comentario excesivo sobre el texto de referencia.
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