Generando cambio

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Una reflexión de León PDF Imprimir Correo
Escrito por León Guinsburg   
Jueves, 28 de Junio de 2012 14:40
ANIVERSARIO DE LA REVOLUCIÓN ARGENTINA: UN GOLPE MILITAR REACCIONARIO, REPRESIVO, TORPE Y ENTREGUISTA
Con la ignorancia y el oscurantismo de banderas y gesto adusto, un general cursillista, con anuencia de grupos reaccionarios nativos, multinacionales y la inteligencia norteamericana , derrocó al gobierno semiconstitucional del presidente Arturo Umberto Illia, hombre honesto y con perfil democrático, dirigente cordobés de la UCR que fuera vicegobernador de su provincia. Ocurrió el 28 de junio de 1966. Juan Carlos Onganía venia precedo de la fama de caudillo militar renuente a las proscripciones a partir del desplazamiento que hizo de generales antiperonistas durante el titerato de José María Guido, que a su pessar fue hecho de la Presidencia de la Nación tras el derrocamiento de Arturo Frondizi, en 1962 y que convocó a elecciones con proscripción del peronismo.
Illia, bajo presión militar, mantuvo esa proscripción, Había llegado al sillón de Rivadavia por un mal cálculo de Ricardo Balbín. El jefe radical, perdedor de dos anteriores elecciones, dedujo, siendo el candidato natural, que perdía la tercera y lanzó a Illia, pero no previó que una vez lanzadas las fórmulas, las FF. AA., en realidad el verdadero poder, proscribirían las fórmulas Solano Lima. Begnis y Matera-Sueldd (la primera apoyada por el propio Perón) productos de alianzas formadas por dos vertientes peronistas.
Illia tuvo, dentro de limitaciones políticas de llegar con solo el 23 por ciento de los votos, algunas actitudes dignas además de una administración escrupulosa. Entre otras, anuló los leoninos contratos petroleros firmados por Frondizi com multinacionales norteamericanas, rechazando a cajas destempladas un intento personal de soborno de David Rockefeller, multimillonario petrolero y banquero representante del poder económico mundial. También se sancionó la ley de medicamentos elaborada por el insigne médico Arturo Oñativia, a la sazón Ministro de Salud Pública, que ponía coto a los abusos de la mafia internacional de laboratorios de origen extranjero.
El peronismo, en pos de su legalización, llevó a cabo acciones de agitación y movilización, encabezado por dirigentes gremiales. Esto, la anulación de los contratos energéticos y la ley Oñativia, más la acción de la prensa tradicional y la revista "Primera Plana" de Jacobo Timmerman (padre del actual canciller que lo que no desmerece la estima que siento por Héctor) esmerilando la figura de Illia como débil, lento, caduco, etc. fuue el caldo de cultivo para instrumentar un golpe de estado financiado por las multinacionales afectadas cuyo gestor y enlace fuera el tristemente célebre Álvaro Alsogaray.
Tras discursos provocadores de los militares complotados, entre ellos los propios comandanes de las fuerzas armadas, general Pistarini, almirante Varela y brigadier Alvarez,, Illia fue sacado indignamente de la Casa Rosada y asumió el sombrío Onganía, verdadero mentor militar del cuartelazo, quien ya lucía la condición de teniente general retirado.
Los militares de entonces, salvo honrosas excepciones como el genral Caro y otros pocos, eran contestes a la influencia del Pentágono y casi todos habían pasado por la tenebrosa Escuela de las Américas con asiento en la Zona dl Canal de Panamá bajo regencia de los EE.UU. Cuando en 1965 acontecio la inicua invasión norteamericana a República Dominicana avalada tardiamente por la sumisa OEA, era aspiración de las cúpulas militares participar de las "fuerzas de paz" que servilmente aportaron casi todos los gobiernos latinoamericanoa, Frente a masivas manifestaciones populares encabezadas por gremialistas, dirigentes estudiantiles, el peronismo y partidos políticos, el presidente Illia determinó la no participación argentina en el avasallamiento de los derechos del pueblo dominicano, a pesar de las presiones del canciller Zavala Ortiz (el mismo que participó el 16 de junio de 1955 en el criminal bombardeo a Plaza de Mayo) , jefe del ala derecha del radicalismo. La resistencia de Illia a avalar la vergonzosa canallada continental abonó el resentimiento castrense a su ya limada figura por la prensa y el sindicalismo vandorista.
El régimen de Onganía –demás está decirlo-, fue inicuo, reaccionario y represor, entreguista y ridículo en algunos aspectos como la prohibición de la ópera "Bomarzo", rapadas policiales a los que usaban cabello largo –entre otros al poeta luego asesinado por el Proceso, Paco Urondo_ y campañas de "moralidad" que impedían a los novios besarse en lugares públicos, por ejemplo. Hubieron negociados non sanctos _caso Deltec, por ejemplo_ y hasta un "pustch" nazi en La Rioja, abortado por el propio pueblo riojano, cuando expulsó al "gobernador" puesto por Onganía, el comodito Julio César Krause, "nazionalista" que fuera ministro de la fusiladota Revolución Libertadora del 55, piloto en el brutal bombardeo a Plaza de Mayo. Krause era parte de la mezcolanza de elementos confesionales, liberales y fascistas que el sombrío general de pocas palabras y muchos desatinos, Juan Carlos Onganía, eligió de colaboradores.
Al golpe de Onganía se lo llamó "Revolución Argentina", aunque no fuera revolucionario ni argentino. Ocurrió un día como hoy, 28 de junio de 1966,
 
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