Generando cambio

Generando cambio

Una Nota que también publiqué en TIMBÓ CULTURAL PDF Imprimir Correo
Escrito por Gerardo Bova   
Domingo, 16 de Diciembre de 2012 00:00

 Amamos esta tierra donde nacimos, pero no tenemos nada que ver con sus nombres bautismales

Haber nacido en esta tierra es una bendición, algo difícil de explicar, fundamentalmente, por ser ateo, religiosamente hablando.
Mi óptica, opinión o sentimiento, se basa en los pueblos originarios, aquellos que creían en el padre sol y la madre tierra, pilares esenciales de toda fe o de existencia, también complicado en argumentar, sobre todo cuando se menciona lo natural, ya sabemos como piensan o entienden los que acreditan fuertes lazos espirituales, sea por adoctrinamiento dictados por fuentes sectoriales de la religión, o en otras cuestiones. En algunos de mis libros editados (“Entre Delirios y realidades” o “Abya Yala, La América que Queremos”) lo detallé abierta e investigamente, considerando que la sabiduría e inteligencia de los seres nativos desde hace más de 40 mil años en el continente, sabían a la perfección las bondades y riquezas de este suelo no contaminado por el hombre en tiempos ancestrales. Todo esto fue violado y aniquilado por la supuesta conquista o descubrimiento de los poderes universales de aquelllas etapas de la humanidad.
Yo soy hijo de italianos, tanto de lazos paternos y maternos, sin embargo asumo y agradezco pertenecer a los designios y culturas de este lado del mundo, orgulloso de haber nacido en Victoria, partido de San Fernando, territorialmente hablando. Por ello, me pregunto y traslado la misma a cada uno de los lectores que son oriundos del lugar que compartimos aquí, con singular respeto a lo que se siente, cuando observamos los nombres bautismales de estos lugares, principalmente, o casi diría, en forma excluyente, a los que tenemos una ideología de neto corte libertario, de inclusión o estamos detrás de los objetivos de un modelo de integración o inclusión social, basados en las conquistas populares, por la dignidad del pueblo.
¿Qué tenemos en común con la reina británica Victoria 1; el rey Fernando VII o los Virreyes obsecuentes del reinado español y el vaticano?
Estamos habitando en un suelo, plagado de nombres de bautismo regional, de todo lo que vino a violar sanas costumbres de esos pueblos originarios, que a través del árbol; el cóndor; aguas de ríos y mares; la montaña, nos dejaron el sonido incomparable de los instrumentos y su música y la enseñanza en saber vivir libres y convencidos que estaban respetando esos conceptos que la sabia naturaleza les dejó.
Ya sabemos todo lo que pasó y sucede aún, desde 1492 a la actualidad, no pudimos, ni supimos cambiar o recuperar esas culturas, por la sencilla razón de haber sido “emancipados” supuestamente desde 1810 (salvo algunas excepciones como Belgrano, Castelli, Moreno, Monteagudo, San Martín) por personajes que no cumplieron los objetivos revolucionarios asignados o requeridos por una población hambrienta de libertad, siguiendo a través de los años con la misma y sistemática entrega a los “gringos” de turno, agudizándose en la era de Sarmiento, Mitre, Avellaneda, Pellegrini y Roca.
¡Que delantera! A criterio de los futboleros, fue una máquina, pero no como la famosa de River Plate, al contrario, fue la màquina de la destrucción y la barbarie nacional, o sino que lo digan los escasos descendientes que sobreviven de los Quilmes; Araucanos, Mapuches o Tehuelches.
Propongo desde este espacio, modificar algunos nombres de nuestras calles o estaciones ferroviarias y por supuesto el nombre original de nuestro partido, para otorgarle la posibilidad de que sean reemplazadas con un nuevo bautismo, con figuras descollantes y auténticamente representativas de nuestro pueblo, por ejemplo: Adolfo Arnoldi, uno de los mejores intendentes del lugar, aunque ya tiene nombre de calle; el Dr. Viaggio, eximio y popular dirigente y militante del socialismo; Francisco Pracánico, brillante músico y compositor; Tiburcio Gómez, que combatió denodadamente con los 33 Orientales contra la invasión española; Verminio Servetto, nada menos que el creador de la Escuela de Música en San Fernando; Juan Nepomuceno Madero, creador de la Biblioteca Pública y excelente escritor y poeta, el popular Héctor Pedro Juan Bosio Bertolotti, conocido mayormente como el “Zeta Bosio” relevante bajista de Soda Stereo, que enorgullece a la música del rock nacional.
Son algunas de las sugerencias, ya que existen muchas más personalidades de real valor, que no tienen nada que ver, con esos nombres de la corona británica o española, que vinieron a estas tierras a robar, matar y hacerse dueño de algo que no le pertenecían.
Deseo ampliar la nota que produje en Timbó Cultural, porque esto no solo sucede en el distrito donde nací y comporto la mayoría de mis horas de vida, también merece ser revisado en la totalidad del país, ya que existen calles, plazas y otros monumentos, denominados históricos, con nombres de auténticos traidores a la patria, incluso con personajes que violaron la Constitución con golpes cívico-militares o asesinaron a miles de argentinos que han luchado por la libertad de sus pueblos.

Sería una forma espléndida de reivindicar nuestra historia, profundizando el amor  y el derecho, a nuestro sentido de pertenencia.
¿No le parece?

 
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