VOCACIÓN Y CONVICCIÓN, ALGO PRIMARIO PARA OBTENER ÉXITOS

Menciono estas palabras por una simple y sencilla razón: Mientras Cristina Fernández, anteriormente Néstor Kirchner y la casi totalidad de los funcionarios que llevan adelante las políticas públicas ideadas por ambos presidentes nombrados, dejan en claro esas dos palabras claves para el éxito de cualquier proyecto, los opositores que se postulan para recibir el bastón presidencial en diciembre, pregonan que ante cualquier derrota en las urnas dejarían su actividad política para arrancar con otros  emprendimientos (léase Das Neves y Macri).
El candidato del Chubut amenazó que si el aspirante a gobernador de su provincia, sugerido por él mismo, llega a perder la contienda frente al postulante kirchnerista, dejaría en blanco su candidatura a presidente, además de dejar la política.

   LOS RESULTADOS DE UNA POLITICA SERIA        

Ningún argentino medianamente inteligente, puede negar que desde la desaparición física de Néstor Kirchner se produjera cambios cruciales en Argentina. Esa juventud que se movilizó sin convocatorias previas a la plaza para homenajear y despedir los restos de su líder, estaba marcando un rumbo distinto en nuestro país, pero a su vez dejaba en claro que había una nuevaforma de hacer política, algo olvidado en décadas anteriores.                 
Lo mismo sucedió días pasados en Huracán, al observar que ya no hace falta una convocatoria de los sindicatos para llenar un espacio gigante para escuchar un discurso político.

  TENEMOS DERECHO A PETICIONAR UNA DISCULPA

Es evidente que el anuncio del discurso inaugural en la presentación de la Feria del Libro en la Rural, versión 2011, provocó una buena discusión  y a la vez necesaria  para nuestra sociedad. Tal es así, que con mi columna de anteayer en el Facebook de 678, también se produjo un atrayente debate que nos hace bien a todos, aún teniendo diversas opiniones.
La presencia de Vargas Llosa en Argentina, no significa una visita común, aunque debo reconocer y a su vez manifestar, que estoy de acuerdo que no se debe censurar la expresión de alguien que no comulga la misma ideología que la nuestra, pero, siempre los peros, todo merece una explicación más certera para disipar dudas, que innegablemente las hay.