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Escrito por Agencia Paco Urondo, Especial para Nuevo País   
Martes, 10 de Septiembre de 2013 21:00

Alexis Torrijo, preso por un porro

El joven de 22 años está preso hace tres meses cuando fue arrestado con 15 gramos de marihuana en su mochila. "Caer en el sistema penal es como caer en una ruleta rusa, nadie te garantiza nada", aseguró su novia. El nefasto desempeño del fiscal Pedro Simón.
Por la redacción de APU
Ocho y media de la mañana del 5 de junio de 2013. El centro de la ciudad de Santiago del Estero se ve conmocionado por un operativo de Gendarmería nacional, en conjunto con la policía provincial. El objetivo es un kiosco de revistas que acumula un seguimiento desde enero por sospechas de comercialización de marihuana. Con puntualidad suiza, las fuerzas policiales proceden con el allanamiento, destrozan parte del humilde puesto de revistas, y dan con una mochila perteneciente a Alexis Torrijo. Dentro de la mochila solamente hallan 15,6 gramos de marihuana. Con gran revuelo, Torrijo es detenido, trasladado al lugar de detención y puesto a disposición del Juzgado Federal de Santiago del Estero. Así empezó la pesadilla de este joven de 22 años, hace poco más de tres meses.
La orden la dio el Juez Federal Guillermo Molinari a pedido del fiscal Pedro Simón. Torrijo fue llevado al Escuadrón Núcleo 59 de Gendarmería – en donde funcionó durante la dictadura militar un centro de detención y torturas – donde fue alojado en una celda pequeña donde no tenía espacio para moverse, caminar, ni pudo ver la luz del sol durante tres meses. En el Núcleo 59, Torrijo fue golpeado por efectivos de gendarmería, según confirmó la defensora oficial del juzgado al Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). Tres meses más tarde, Alexis fue trasladado al penal de Colonia Pinto donde permanece hasta el día de hoy.
El fiscal Pedro Simón pidió el procesamiento de Alexis por infringir el artículo 5 de la ley de "Tenencia y tráfico de estupefacientes" (23.737), que puede llegar hasta 15 años de prisión. Simón tuvo un accionar lamentable en este caso y en otros anteriores. En 2007, el CELS cuestionó su designación; no estuvo sólo, también lo hicieron el “Colectivo para la Diversidad (Copadi), Liga Argentina por los Derechos Humanos (LADH), MOCASE y otras organizaciones campesinas y de Derechos Humanos, que sostienen que es inadmisible nombrar como magistrado federal a un violador de los derechos humanos”, como rezó una presentación oficial. Por su parte, CELS sostuvo que “por las consideraciones expuestas, el CELS advierte que, según el concurso efectuado en la Procuración General, la candidata Indiana Garzón (una competidora de Simón) tiene una clara superioridad técnica y jurídica respecto de los otros candidatos”.
En su presentación, CELS recordó que cuando Simón fue diputado provincial (asumió en 2005, por el PJ) participó en la elaboración de un proyecto de ley que favoreció a las empresas en los conflictos de tierras con familias campesinas. Basado en esa legislación, Simón actuó como abogado de la empresa AGROVAL en un caso de desalojo de tierras a campesinos. Hizo la ley, hizo la trampa.
Preso por un porro
Como es sabido, finalmente el pliego de Simón fue aprobado y el hombre fue designado como fiscal. Con su firma se procedió a la detención de Alexis. El joven tenía en su poder 15 gramos de marihuana. Cuando fue detenido, convivió con dos pilotos profesionales que aterrizaron en la provincia con 420 kilos de la misma sustancia, y otro piloto que aterrizó con un cargamento de 380 kilos. El sistema judicial y penitenciario de la provincia conspiró para igualar la condición de un traficante a la de un simple consumidor.
En un programa radial porteño (Tierra de Locos, FM Rock&Pop), el fiscal Simón fue consultado acerca de qué pruebas había recopilado durante ¡6 meses! la Gendarmería, para justificar el allanamiento. Simón respondió que no recordaba ("tengo muchos casos", fue la insólita excusa), y que las pruebas eran que “siempre llevaba la misma mochila” y “entraba y salía gente del quiosco sin tener revistas en la mano”. Cuando la nota se realizó, Alexis se encontraba detenido y sin un procesamiento o prueba que lo amerite; luego de la nota, Simón procesó al chico. El trámite fue apelado y la causa pasó a Tucumán. El miércoles se presentó un pronto despacho para su excarcelación.
La Constitución argentina (y diferentes tratados internacionales) no autoriza, sin debido proceso y condena judicial, a privar a nadie de la libertad, excepto cuando haya riesgos de una fuga del país o de una obstaculización de la investigación, lo que no parece ser el caso. En diálogo con AGENCIA PACO URONDO, la novia de Alexis (prefirió no dar su nombre) aseguró que “caer en el proceso judicial y en el sistema penal es como caer en una ruleta rusa. Nadie te garantiza nada, nadie sabe nada, preguntás de tiempos y nadie contesta. Mientras tanto la vida de Alexis se va apagando ahí. Perdió todo, el trabajo, los estudios además del escrache por parte de todos los medios de Santiago. Perdió la beca que lo ayudaba a estudiar”.
Por su parte, el abogado defensor del joven, Lucas Vieyra Ortiz, declaró en rueda de prensa que “el juez ni siquiera leyó el expediente, está claro que es una causa armada a las apuradas y con argumentos totalmente vagos para procesarlo; se trata de una persecución y una condena a un chico de familia humilde y con una adicción. Si hubieran hecho una investigación seria, como dicen, tendrían testigos, pistas firmes, algo concreto. No hay un sólo testimonio que afirme que Torrijo vendió marihuana. Encubren todo con una supuesta llamada anónima.”




 
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