Entrevista con Romina Lija, presidenta del Centro de
estudiantes de la Facultad de Sociales (UBA), quienes participaron en la
movilización de repudio a un año del fallo judicial. "El caso puso al
descubierto el entramado brutal de explotación de las mujeres, de niñas
y niños que año a año desaparecen".
APU: En principio, queríamos que nos cuente de la marcha realizada la semana pasada.
Romina Lija: Se realizó una movilización y una radio abierta frente a
la Casa de Tucumán en Buenos Aires, al cumplirse un año de lo que fue
el fallo en el caso Marita Verón, desaparecida hace 10 años. Un caso
emblemático, conocido, conducido también por su mamá Susana Trimarco y
que tuvo gran repercusión.
También se ha hecho conocido lamentablemente
por la relevancia que ha tenido un fallo escandaloso, no sólo porque no
se haya podido llegar a los responsables en la Provincia de Tucumán.
Una provincia con una impunidad brutal, donde había empresarios que
estaban abiertamente en el negocio de la trata de personas, es gente
conocida en la provincia, empresarios, gente del sector político que no
llegan ni siquiera al juicio. Creo que después de los 13 perejiles
detenidos no hubo uno que haya sido condenado a prisión
APU: En eso se marco también se suman las complicidades judiciales y policiales.
RL: Totalmente. Lo que se expresó en este juicio y lo que puso al
desnudo el fallo no sólo son las complicidades judiciales, que estaban
entrelazadas con empresarios que controlaban empresas de remises, a la
policía junto con Alperovich, junto con Miranda que era el gobernador en
ese momento. En la desaparición de Marita Verón, Alperovich era
Ministro de Economía y puso al desnudo un negocio que es el que más
dinero mueve a nivel internacional.
En el caso de las complicidades policiales en el caso Marita, el
traslado de mujeres, el tema de que cuando había una denuncia es la
propia policía la que llama al prostíbulo y lo desalojan previamente
para que no se puedan encontrar a las chicas o no se puedan encontrar a
los verdaderos responsables. Lo que puso al descubierto es el entramado
brutal de explotación de las mujeres, de niñas y niños que año a año
desaparecen y que son parte de este negocio. La utilización del cuerpo
de la mujer es completamente rentable, porque un arma es usada en el
momento, la droga es utilizada en un momento; pero la mujer es utilizada
las veces que se quiera por el proxeneta y por los grandes negocios que
mueve el propio cuerpo de la mujer, una cosa realmente muy brutal.
APU: ¿Cómo le parece que puede encararse una solución?
RL: En ese sentido es muy importante la movilización popular.
Nosotros tenemos un caso emblemático de la compañera que fue
desaparecida por la red de trata Florencia Pennacchi,
estudiante en la Facultad de Ciencias Económicas. Nosotros nos
organizamos reclamando por su aparición, y entendemos que hay un montón
de chicas que han sido desaparecidas y el reclamo es llevado por una
organización independiente del Estado. Que necesariamente es cómplice,
porque sin esos aparatos represivos, sin diferentes sectores del
gobierno, intendentes, no es posible que se sigan sucediendo estas redes
de trata. Son fundamentales las organizaciones barriales donde nos
podamos organizar rápidamente cuando una chica está desaparecida con
publicaciones, hacer movilizaciones. Por ejemplo había desaparecido una
nena y con una gran movilización de vecinos, familiares, nos organizamos
y finalmente apareció. La importancia de poder organizarnos,
movilizarnos en las calles y planteando la problemática no a través de
la confianza en sectores que son parte en algún punto del problema. Es
un sistema extremadamente corrupto, por eso la importancia de tener una
salida entre sectores, organizándonos entre los compañeros. Esto nos va a
permitir ver una salida de una situación que es un negocio terrible hoy
en día y que tenemos que luchar por el cambio de este sistema.
APU: Muchas veces también se enfoca en el consumidor, en la
mirada del hombre para tratar de modificar esta situación ¿Cómo analiza
eso?
RL: Ese es un gran debate, busca lograr una menor explotación sexual
por parte de los hombres sumándolos a esta discusión. Sin embargo vemos
que el gran proxeneta no es el consumidor, sino es el Estado y darle más
potestad para intervenir, influir sobre las penas, no es el problema
del consumidor, sino el problema es el Estado. Ese planteo termina
significando poner las leyes en otro lado, tenemos el problema del
Estado como garante de un negocio y no un “pichi” que por ahí también es
excluido por un sistema machista capitalista, que también orienta las
propias acciones que no reivindicamos. El tema es dónde uno pone el eje
en la solución de un problema, nosotros entendemos que es un problema
garantizado por el Estado en una sociedad capitalista, y planteamos el
problema ahí y no en el accionar de un conjunto de la población
gigantesca; que por supuesto rechazamos que consuma la explotación
sexual y la prostitución.
APU: En ese marco ¿le parece que hay alguna discusión en el
marco de las leyes, qué le parecería que sería lo que falta para que se
avance de un modo más específico con esto?
RL: En ese sentido hay una serie de cuestiones en el tema de las
leyes, la ley que fue sancionada por el gobierno años atrás ha
demostrado, nosotros lo denunciamos, que no era de ninguna manera la
expresión de una salida o un avance. Inclusive una ley que justificaba
un montón de cosas, una ley hecha a medida de los tratantes. Planteaba
que no había que confiscar los bienes del tratante en caso de que se lo
detuviera, penas irrisorias que son menores a las de robar un auto. Ahí
falta aun muchísimo por hacer.
|