“EL OBISPADO NO SE PRONUNCIÓ EN LA DICTADURA”

“Buenas tardes, compañeros. Después de la lluvia de anoche, hoy tenemos un buen día. Tenemos bastantes cosas, buenas y malas. Hoy me voy a dedicar a algo que creo que tenemos que comentar. Estos días hemos tenido bastantes cosas para comentar.
El presidente de la Sociedad Rural está investigado por posible evasión y algunas triquiñuelas con la compra-venta de varios bienes, con parte de su familia estafando a una hermana. Sin pensarlo mucho: el que estafa a una hermana, no dudará de estafar al fisco. Como vemos, el país cuenta con todo tipo de sabandijas, pero además tenemos una cueva de golpistas ultra reaccionarios: “La Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas”, integrada desde siempre por exfuncionarios impulsores y defensores de las dictaduras militares. Precisamente, los gobiernos más inmorales de nuestra historia. Se dicen democráticos pero aborrecen y descalifican a las mayorías populares. Extraña democracia la que practican. No obstante, pretenden ser jueces morales de un legítimo gobierno constitucional, ¡que desfachatez! Estos “académicos” presididos por Jorge Vanossi, radical y ahora del PRO, como legislador impulsó las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Como ministro de Justicia de Duhalde tiene su historia con la Masacre de Avellaneda. Otros como Solanet, vice de Martínez de Hoz; Rodríguez Varela, ministro de Justicia de la dictadura, y la cuenta sigue. Se solidarizaron y respaldaron a Carlos Blaquier y a Vicente Massot, ambos colegas de la Academia e imputados en delitos de lesa humanidad. Blaquier, por la “Noche del Apagón” en el Ingenio Ledesma, y el otro, director del diario bahiense “La Nueva Provincia” por el secuestro y desaparición de dos trabajadores de su diario. Sin dudas la ultraderecha más recalcitrante. ¡Vaya moral la que practican!
Según el documento de la Iglesia Católica, la Argentina está enferma de violencia. Esta opinión de los obispos no asombra. Ellos, en estos momentos en que algunos de los de los componentes de la sociedad están con miedo, miedo que les imponen algunos medios, se encargan de ampliar y repetirlos hasta querer hacer creer que estamos en un mundo de delincuentes. Yo les quiero preguntar a los señores obispos y a los políticos que adhieren a ese documento: ¿Qué pasó en 1976, en 1989 y lo que vivimos en Plaza de Mayo en 2001? No recordamos un pronunciamiento del Episcopado en la dictadura militar más cruenta, pese a todas las denuncias que les hacíamos las Madres. La Iglesia Católica y Quarraccino bendijeron todos los actos de los gobiernos de Menem y De la Rúa, que dejaron al país en bancarrota y a la gente sin trabajo cerrando fábricas. Señores obispos, por qué, ya que quieren la paz, no trabajan por ella, ayudando a los más desposeídos y a quienes sí hacen todos los esfuerzos para que, cada día, haya menos motivos para la delincuencia., cómo combatir la droga y la impunidad. Este es un tema muy delicado y por eso debemos tratarlo con mucha seriedad.
Sería muy interesante que los señores obispos dieran una explicación de porqué la Iglesia cobija a curas como Aldo Vera, acusado de delitos de lesa humanidad encubierto por la propia institución, y que alguna vez reivindicaran a los muchos que murieron en la Argentina defendiendo sus ideas de justicia social y ese hermoso sueño de un mundo mejor, entre ellos los más de cien curas desaparecidos, los padres Palotinos y monseñor Angelelli, etcétera. No estaría de más que miraran con más amplitud desde dónde vienen los problemas, quiénes los provocan, porqué y en contra de quién. Es justo contra ese pueblo que dicen ustedes está violento. Si hablan del compromiso con la verdad, lo verdaderamente cristiano sería que ellos la cumplieran.
Por eso, nosotros, los que queremos este proyecto nacional y popular, los que sabemos que es lo mejor, debemos trabajar cada día más y mejor para su continuidad, su propagación ya que es lo mejor que, sin duda, nos puede pasar.