En una sala colmada en la que no faltaban funcionarios, representantes de la cultura, y adherentes de diversas agrupaciones, la Asociación Madres de Plaza de Mayo participó de la presentación del libro “Zonceras argentinas y otras yerbas”, cuyo autor, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, se encargó de destacar como un humilde reconocimiento al pensador de FORJA, don Arturo Jauretche.
Un grupo de diez Madres: Evel de Petrini, Mercedes de Meroño, Juana de Pargament, Hebe de Mascia, Rosa de Paludi, Ana de Baremboim, Celia de Prósperi, Claudia de San Martín, María del Carmen de Berrocal y Visitación de Loyola fueron invitadas especialmente a la actividad, llevada a cabo en la Sala José Hernández, en medio de un clima festivo.
El panel estuvo integrado por el periodista Alfredo Zaiat, de Página/12, el escritor Alejandro Dolina y el Ministro de Planificación, Julio de Vido. El especialista en Economía definió el libro como desmesurado y provocador. Enumeró los artilugios que utiliza el autor para referirse a periodistas, políticos y diarios: “calvo analista que nunca ve las cosas desde el llano”, “senadora nacional por portación de apellido”, “el diario menos noble de los matutinos”. Destacó que “a la economía hay que entenderla como parte del poder”. Y criticó los análisis que toman hechos aislados de la economía para explicar la totalidad, entre ellos mencionó “Economía en 3 D” de Martín Lousteau. Y luego se refirió a las zonceras económicas: el viento de cola, se está desaprovecha ndo una oportunidad histórica, el peor año de la economía, la crisis energética, la presión impositiva que en Argentina es altísima, la seguridad jurídica, que el aumento de salarios es inflacionario. “Cada una de ellas se fue demostrando que eran falsos esos postulados que repiten los medios de comunicación y los economistas del establishment”.
Alejandro Dolina comenzó diciendo “mi presentación será breve y superflua” y habló de la relevancia de las presentaciones “como un género en sí mismo”. Recordó la edición original de las “Zonceras argentinas” de Arturo Jauretche y la comparó con la nueva edición. “Vivimos un proceso político que, en cierto modo, está reescribiendo otro” afirmó aludiendo al primer peronismo. Y apuntó que “ hay algo que permite emparentar todavía más ambos procesos, y es la identidad de sus enemigos: son los mismos ahora que entonces”. Para finalizar sugirió “que a este libro no lo compremos nosotros, hay que regalárselo a la vieja de enfrente de mi casa, que tiene este ADN, este biotipo de mucha gente, que incluso es gente muy dulce, respetable, pero que por ahí está muy contaminada por estas zonceras”.
Promediando el acto, las autoridades de la Fundación Garrahan subieron al escenario a firmar un convenio mediante el cual el autor cede las regalías íntegras del libro al Hospital.
Aníbal Fernández empezó agradeciendo la presencia de las Madres y los organismos de derechos humanos, y a los integrantes del gabinete y a los dirigentes presentes. Y sentenció “más que un texto, lo que he querido es hacer un gesto” y continúo “un gesto para que humildemente ayudemos a pensar”. Contó que preparando libros para leer en sus vacaciones “me di cuenta que escribe cualquiera y sobre temas terribles, donde todo era absolutamente aleatorio y agraviaban con potenciales. ¿Y de quién es la culpa entonces si no es nuestra?”.
El ministro recordó que la madre de todas las zonceras es “civilización y barbarie”, tal como lo planteó su antecesor. Y luego describió una a una las estupideces naturalizadas, muchas veces contradictorias entre sí, intercalando citas de Atahualpa Yupanqui y el Martín Fierro.
Como era de esperar, no faltó nadie: la casi totalidad del Gabinete y muchas figuras de primer nivel político. El Jefe de Gabinete no escatimó alusiones picarescas cada vez que tuvo la oportunidad de hacer referencias a pasajes o reflexiones de su libro. Tampoco desaprovechó el momento para destacar la figura de Cristina y la necesidad de “profundizar las transformaciones como un modo para acabar con la pobreza y la indigencia”, pensando en las próximas generaciones. Tuvo su punto efervescente cuando postuló la candidatura de Cristina para las próximas elecciones. “Néstor no está, entonces el próximo presidente tiene que ser Cristina Fernández de Kirchner.”
Hubo risas y aplausos, principalmente en la primeras filas en donde compartían sillas los ministros de Economía, Amado Boudou; de Educación, Alberto Sileoni; de Relaciones Exteriores, Héctor Timerman; de Desarrollo Social, Alicia Kirchner; de Justicia, Julio Alak; de Agricultura, Julián Domínguez; de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao. Además, estuvieron presentes el líder de la CGT, Hugo Moyano en compañía de su hijo, Facundo; los secretarios de Comunicación y de Cultura, Juan Manuel Abal Medina y Jorge Coscia, respectivamente.
Aníbal Fernández se dedicó, con buena predisposición, a firmar libros entre una multitud que se arremolinaba en torno a su figura en el hall de entrada entre banderas de La Cámpora, Los Negros de Mierda y La Güemes.
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