Generando cambio

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Juicio a represores en Rosario PDF Imprimir Correo
Escrito por Transcripción Redacción Nuevo País   
Miércoles, 25 de Mayo de 2011 04:23
Estimados y estimadas:
Les escribo en esta ocasión a título personal, para acercarles información sobre el Juicio Oral "Diaz Bessone y otros s/ homicidios, violación y torturas" Expte 120/2008, que se desarrolla en la ciudad de Rosario, donde están por comenzar los alegatos, esperando se escuchen las condenas en el mes de julio del 2011.
Mi mamá, María Inés Luchetti,y mi abuela, Elba Juana Ferraro de Bettanin estuvieron secuestradas en la Jefatura de Policía de la Alcaidía de Rosario durante 1977. A partir de 1978 las dos comenzaron a denunciar ante organismos internacionales todo lo que habían vivido en cautiverio. Mi abuela fue de las primeras testimoniantes en los juicios que comenzaron en Italia en los primeros años de la década del '80 contra los represores argentinos, en los cuales se expidieron condenas recientemente. Ambas declararon en los primeros juicios que se realizaron en democracia.  Mi abuela falleció en 2002, pero su caso es juzgado también en Rosario, donde mi mamá es querellante en la causa y ha declarado durante la etapa oral en el mes de noviembre del año pasado.
En el marco de este juicio, los sobrevivientes y querellantes de la causa han realizado un planteo que se detalla en los archivos adjuntos, respecto de la acusación que mantienen contra cuatro detenidos que formaron parte del aparato represivo.
Los sobrevivientes y querellantes agradecen la difusión de lo que está sucediendo durante los juicios en Rosario.
Mariana Bettanin
Algunos testimonios escuchados en el Juicio Oral a Díaz Bessone
sobre Nilda Folch, Ricardo Chomicki, José Baravalle y José
Brunato
Adrián Sanchez 27-4-011

Sánchez también mencionó a Nidia Folch, que era la novia de Chomicky y
está prófuga en esta causa. "Pude identificar la voz de Nilda Folch que
hablaba en voz baja. Me pusieron un polvo en la nariz y me desvanecí.
Luego entró alguien que me levantó la venda y me instó a que colaborara.
Si yo lo hacía, íbamos a recorrer las calles para marcar gente y me iban a
sacar del país. Me pegó un puñete, me volvió a poner la venda y se fue. Era Ricardo Chomicki", relató su estremecedora experiencia el sobreviviente
Carlos Perez Risso 4-12-010
En enero lo llevaron a Coronda, pero un mes después lo trasladan de nuevo
al SI para esperar su primer consejo de guerra. En ese momento estuvo en
la Favela con dos militantes de la UES, Adrián Sánchez y el Toni, de quien
no supo dar el nombre. Ellos no dieron datos en la tortura. Como la patota
no tenía gente para secuestrar, un día llegó Ricardo Chomicky, el civil
colaborador acusado en esta causa. "Lo ponen al lado del Toni. No
recuerdo si yo ya sabía que Cadi ya estaba colaborando en demasía con el
SI. Le empieza a sacar de mentira a verdad, como si fuera un compañero.
El Toni menciona que gracias al Cabezón no había dicho nada. El está
desaparecido, y yo me comí una gran paliza", relató Pérez Rizzo.
Carmen Lucero- Diciembre de 2010
Carmen relató que luego de su secuestro fue trasladada al Servicio de
Informaciones, donde fue duramente torturada. "En un momento escucho la
voz de la Polaca Folch, lo que fue un golpe terrible ya que éramos
compañeras de militancia en la UES en el Superior de Comercio. No supe
hasta ese momento que ella y el Cady estaban colaborando, que torturaban,
que salían a buscar compañeros. Recuerdo a la Polaca diciéndome 'hija de
puta empezá a hablar porque sabés muy bien que yo te conozco'", dijo
recordando los dichos de Nilda Folch (prófuga de la justicia) y el Cady
Chomicki (imputado en la causa).
Recordó otro episodio que también los involucraba: "Ella y el Cady
participaban de los interrogatorios, en una oportunidad a él lo mandaron
para que me haga hablar y me agarró a las piñas".
Daniel Bas y Mansilla 7-12-010
El segundo testigo de la mañana fue Daniel Bas y Mansilla, que tenía 19
años y era militante de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). El 21
de febrero de 1977 fue secuestrado en la casa de su tía materna, donde
vivía. Cuando llegó al SI, el primero que le hizo preguntas fue Ricardo
Chomicky, a quien conocía de la UES, que lo interrogó sobre personas
conocidas. Con él estuvo a cara descubierta. Después vinieron cuatro días
interminables de torturas, con su ex compañero de militancia como veedor
de su veracidad. En algún momento que no puede recordar, lo vendaron.
Fue en el SI, en dos oportunidades, donde vio a Analía Minetti y Daniel
Farías, desaparecidos. "Estaban como estábamos la mayoría, y Analía
particularmente muy golpeada y torturada", dijo Bas y Mansilla frente al
Tribunal, al tiempo que subrayó que "era una característica del SI, el
ensañamiento con las mujeres".
José Aloisio Octubre 2010
Chomicki y Folch, tuvieron tal grado de participación y de unión con los
servicios que se casaron y pusieron de padrino a Agustín Feced. Cuando
dejaron de participar en los servicios de Rosario le dan la guita suficiente
como para irse a vivir a Mar del Plata donde estuvieron viviendo hasta
principio del 84, donde tuvieron una farmacia.
A los dos habría que preguntarle sobre Rodolfo Segarra y otros chicos de la
UES que fueron detenidos a principios del 77, llevados al Servicio de
Informaciones y luego aparecieron muertos en Ibarlucea en uno de los
tantos 'enfrentamientos', en un terreno ubicado sobre la prolongación de
calle Baigorria pasando Nuevo Alberdi
Hay que diferenciar a algunos compañeros que cuando cayeron detenidos
pudieron cantar algún nombre quebrados por la tortura, pero otro caso muy
distinto es el de esta gente: que no solo apuntaban compañeros sino que
iban a buscarlos, participaban de las torturas y hasta de su muerte. Y tanto
Chomicki como Folch, salían a buscar gente a la calle por el simple hecho
de que hubiese militado alguna vez, no importaba que estuviera activa. Sin
dudas la Polaca y el Cady fueron los dos colaboradores más activos de la
patota en Rosario. Y los dos más hijos de puta.
Sin embargo el listado de colaboradores activos del Servicio de
Informaciones no cierra en Chomicki y Folch."Carlos Brunato alias Tu
Sam, porque se hacia el mago", "Vivía en Gorriti y Bahia Blanca y estudió
conmigo en el Nacional Nº 2, hasta que lo detuvieron y comenzó a
colaborar activamente con los servicios de Rosario".
Aloisio recordó que escuchó la voz de Folch y Chomicky "entre el 20 y el
22 de setiembre" antes de que lo subieran "a la favela". "Las voces que
escuché se movían junto al Gordo Brunato", alías Tu Sam a quien
reconoció el día que allanan la casa de su padre para detenerlo, porque iban
a la misma escuela.
Pero otro de los momentos tensos fue cuando el Gringo le preguntó al
"Caddy" por Daniel Farías. "Lo pregunté porque era mi compañero del
Nacional 2, detenido el 20 de febrero de 1977 en la misma época que
Analía Minetti y Horacio Melelli. Y como la Polaca y Chomicky
estuvieron colaborando en el Servicio, lo tendrían que haber visto. Lo único
que le pedí era que diga lo que pasó".
José Berra 8-11-2010
"El grupo de personas que me torturaba era de 4 o 5 se manejaban con
apodos: Ciego, Curiaki, Piojo, Pirincha, Cura. Y también reconozco por la
voz a un par de personas que yo conocía de la militancia y que estaban en
ese momento integrados al grupo de los torturadores uno de ellos es Tu
Sam, que era Carlos Brunato y otro el Pollo Baravalle".
María Inés Luchetti 30-11-010
Nené llegó al SI vendada, pero se le había corrido la venda y pudo ver a un
hombre gordo con anteojos culo de botella. Poco después sabría que era
José Rubén Lofiego. Cuando comenzaron a pegarle, dio los nombres de
compañeros muertos. Escuchó una voz de mujer que decía "está mintiendo"
y se le acercaba para aconsejarle que hablara. Era Nidia Folch, civil que fue
secuestrada y luego colaboró con la patota, prófuga en la causa. También el
Pollo Baravalle -que se suicidó en 2008 en Italia - participó de sus
tormentos.
A Folch y al acusado Ricardo Chomicky los volvió a nombrar. Folch le
hizo pegar una paliza a su suegra, Juani, la misma que vio a Chomicky
darle soda a Alberto Tion después de una sesión de tortura, sabiendo que
eso lo mataría. "En ese infierno había un infierno paralelo: unos militantes
que habían optado por pasar al enemigo", dijo Nené, quien aseguró que
nadie los obligó a ese grado de colaboración.
José Francisco Reydó- 15-3-2011
Por haber vivido la tortura sabe lo que significa aguantarse sin hablar. "Los
que cuestionan al compañero que cantó no tienen idea de lo que es la
tortura. Ninguno de nosotros va a criticar a aquellos compañeros que han
dicho algo, han cantado una cita, un control o una casa. Sí decimos de
aquellos que cantaron, torturaron y salieron a marcar compañeros, a esos no
los vamos a perdonar nunca", dijo Reydó en abierta alusión a Ricardo
Miguel Chomicky, uno de los acusado en esta causa.
Marcos Alcides Olivera 20-4-011
Por la tarde declaró Marcos Alcides Olivera quien fue secuestrado el 11 de
enero de 1977 de su domicilio y llevado al Servicio de Informaciones tras
un simulacro de fusilamiento. Al ser interrogado por el fiscal de la causa
Gonzalo Stara, brindó datos del aparato represivo: "Cada persona cumplía
un rol. Había uno que hablaba, otro que tenía función de ablande, otro
pegaba, otro se encargaba de la picana. El que se encargaba del ablande era
Carlos Altamirano, después le reconocí la voz. Lo conocí porque era de mi
barrio".
Respecto de los imputados en esta causa mencionó: "El que me picaneaba
era Lofiego, le decían el Ciego y era el experto en picanas. Andaba con un
maletín, adentro tenía una picana portátil". En otro tramo señaló a Ricardo
Chomicki: "Estuve 45 minutos atado a la parrilla, me dejaron y al rato
vinieron dos personas que me empiezan a tirar agua. Hablaban entre ellos,
era una chica. Con el tiempo supe que le decían la Polaca, creo que Nilda
Folch y el Cady Chomicki. Me decían que para pasarla bien tenía que decir
todo lo que yo supiera, ella me echaba el agua y el me pasaba la picana".
María del Carmen Sillato 27-4-011
Sillato fue ofrecida como testigo por la querella de Marta Bertolino, al ser
preguntada por la Dra. Durruty narró las circunstancias de su secuestro
junto a su compañero Alberto Antonio Gómez, estando ella embarazada de
tres meses, en un gran operativo del que participó el propio Agustín Feced.
Ambos fueron trasladados al Servicio de Informaciones de la Ex Jefatura
de Policía de Rosario.
Una vez allí, fue “interrogada” por Nilda Folch a quien le decían “Victoria”
y por su compañero el Cady Chomicki. Luego fue sometida a terribles
tormentos por parte de la patota, entre ellos Lofiego y Feced. Relató que:
“yo gritaba por mi hijo y en un momento les grito si ellos no tenían hijos y
me contestaron “ustedes tienen animales”.
Mirta Castellini 7-12-010
Quiero decirle especialmente a Chomicky que dice que fue reducido al
servilismo, que ésta ha sido su oportunidad para decirnos donde están los
compañeros, pero no lo hace, dice que está arrepentido pero no lo
demuestra. El eligió hace 33 años y sigue estando del mismo lado.
Me llevaron al SI, me sacaron la ropa, a los empujones, me acostaron en
una camilla, me ataron de manos y pies y comenzaron la sesión de torturas.
Tengo marcas en la pierna derecha, de las sogas que se me iban incrustando
cuando pegaba saltos por la corriente", describió Mirta.
En esa situación escuchó la voz de una mujer "que después supe era Nilda
Folch (la Polaca, que era novia de Chomicky y está prófuga en esta causa),
que me tiraba agua y preguntaba si seguía tirándome".
Nora del Huerto Díaz 23-2-011
Un día, el jefe de guardia, Carlitos Gómez, le dijo que la iban a bajar. Más
tarde la trasladaron al sector del sótano, a una de las dos habitaciones de
mujeres. "Me di cuenta de que ahí se habían roto todos los códigos, que era
difícil saber quién era quién. Había un detenido, apodado El Pollo (por
Baravalle, que estuvo imputado en esta causa y se suicidó en Italia en
2008), que estaba con nosotros pero subía libremente y salía con la patota",
relató ayer
Rafael Augusto Stancanelli 15-2-011
Hermano de Alejandro Víctor Stancanelli, asesinado a los 21 años de edad
en calle San Luis y Alvear de esta ciudad. Narró cómo se enteró de la
noticia a través de un noticiero que dio cuenta de la muerte en un
“enfrentamiento” de su hermano.
Mencionó que entre los compañeros de su hermano estaba Carlos Brunato,
al que le decían TU SAM. La novia de su hermano le contó que lo estaba
esperando a Alejandro en San Luis y Oroño, cuando ve al “gordo TU
SAM” quien le grita desde un auto y la secuestra, le preguntaba con
violencia dónde estaba el Pato (sus compañeros de rugby le decían así a
Alejandro).
Sobre el final, interpeló a Ricardo Chomicki: “CADY, MI MIRADA ES
PARA QUE DIGAS QUIEN MATO A MI HERMANO”,
Stella Maris Hernández 30-11-011
Es que gran parte del relato de Stella también estuvo ligado a los últimos
días de vida de su compañera de cautiverio Marisol Pérez, hermana de la ex
concejal justicialista Iris Pérez, que se contaba entre el público. Stella
aseguró que a Marisol la entregó Ricardo Chomicky, y que fue asesinada el
mismo día que Analía Urquizo, en enero de 1977.
Stella también relató que el 25 enero de 1977 bajó el Pollo Baravalle y se
llevó a Marisol. "Al otro día baja la Polaca Nilda Folch apareció con el
vestidito de Marisol puesto y el Cady Chomicky se mostraba con el bolsito
de Marisol. Toda esperanza allí se derrumbó".
En abril de 2005 el entonces juez federal Carlos Vera Barros encontró
a Chomicki como responsable por 11 secuestros seguidos de torturas, y
como partícipe necesario en otros ocho casos similares. En julio de
2007 la Corte Suprema de Justicia de la Nación había denegado la
libertad a Chomicki.
Rosario, 9 de septiembre de 2010
CARTA ABIERTA
A LA SECRETARÍA DE DERECHOS HUMANOS DE LA NACIÓN

Con todo el respeto que Ustedes nos merecen, con la importancia y la repercusión que tienen
en nuestro país y en el mundo los juicios contra el terrorismo de estado que se están realizando
en estos años, queremos pedirles humildemente que también Ustedes nos respeten.
Todos nosotros hemos pasado por la vivencia de secuestros y torturas, no sólo de nosotros
mismos sino también de nuestros seres queridos (madres, padres, esposos/as, hermanos/as,
hijos nacidos y por nacer, compañeros, amigos), hemos vivido la incertidumbre de la
desaparición, la ignominia y el terror del Centro Clandestino de Detención, el encierro
prolongado durante años, la persistente impunidad de nuestros verdugos, las pérdidas
definitivas.
En las primeras audiencias del Juicio Oral contra “Díaz Bessone, Lofiego, Marcote, Vergara,
Scortecchini y Chomicki por detenciones ilegales, tormentos y homicidios, más asociación
ilícita, nos enteramos que esa Secretaría, en su calidad de querellante, había desistido de
acusar a Ricardo Chomicki (y a Nilda Folch, Graciela Porta, Carlos Brunatto, quienes
inadmisiblemente siguen estando prófugos y quienes, protegidos por el paraguas que Ustedes
les brindan, lo seguirán estando).
Desisten Ustedes de una acción inculpatoria interpuesta por Ustedes mismos en tiempo
y forma (en oportunidad de presentar vuestra “Requisitoria a elevación a juicio oral”). ¿Habría
que agregar que bien fundada?
Y para fundamentar vuestro posterior desistimiento (y el inexplicable viraje producido de la
noche a la mañana) recurren Ustedes a un nefasto documento de la Unidad Fiscal Nacional del
año 2008. Documento que oportunamente impugnamos con dureza aquéllos que nos sentimos
aludidos por sus aseveraciones. Además de conminados a pensar-obrar-decir-no hacer- no
pensar-no decir lo que unos pocos “expertos” allí dictaminan.
Decimos que ese documento, que en mala hora emitiera la Unidad Fiscal, es sencillamente
nefasto. Y lo es por varios motivos:
En primer lugar y sobre todo, porque falsea la realidad de lo ocurrido en los campos de
concentración de nuestro país. Y porque al hacerlo nos agravia. Agravia a quienes somos
sobrevivientes y nos comprometimos, desde siempre y a lo largo de décadas, en la denuncia
de los horrores vividos y en la búsqueda infatigable de verdad y justicia. Y lo que es peor,
agravia a nuestros muertos, instalando un relato falso y forzando una interpretación postrera
de sus actos que está muy lejos de la verdad tal como ésta se perfila en los testimonios de los
sobrevivientes. Citamos textual:
“La dinámica de los centros de detención, cuyo efecto puede sintetizarse con el lema
omnipresencia del terror,” - hasta acá, coincidimos absolutamente – “configuraba un sistema
que permitía conducir a los detenidos a efectuar comportamientos típicos en contra de otros
también en situación de cautiverio, sin necesidad de que las órdenes ni las amenazas que los
generaban y apoyaban se explicitasen o actualizasen a cada momento. El terror constante
hacía funcionar un sistema perverso en el cual muchos detenidos pasaban a ser victimarios, a
la manera de engranajes de una maquinaria de aniquilación en la que se los obligaba a
insertarse y de la que debían participar prestando colaboración para proteger su propia
existencia.” (el subrayado es nuestro)
Esto no es sólo una mentira alevosa: se trata simplemente de una infamia. Decir que
“muchos detenidos pasaban a ser victimarios” y que efectuaban “comportamientos típicos en
contra de otros también en situación de cautiverio” y “sin necesidad de que las órdenes… se
explicitasen” es dar a entender que en los Centros Clandestinos de Detención quien más quien
menos colaboraba. Esto es mucho más de lo que estamos dispuestos a soportar. Y para
limitarnos a lo que compete al juicio “Díaz Bessone y otros”, afirmamos categóricamente: no es
cierto que las cosas hayan sucedido así en el Servicio de Informaciones de la Jefatura de
Policía de Rosario.
En segundo lugar, ese documento es nefasto porque pone en un mismo plano tareas tales
como barrer, servir la comida, con “tareas que implicaban violencia contra otros detenidos”, las
que formarían parte de las “tareas propias del campo”, sin ningún distingo, y habrían constituido
–según el documento citado- “una práctica constante”.
Disculpen, doctores, pero por un mínimo de honestidad tenemos que decir –y los invitamos a
Ustedes a pensar- que entre agarrar la escoba y empuñar la picana o hacer inteligencia
para los represores hay un abismo. Y que no cualquier persona lo atraviesa. De hecho, un
escasísimo porcentaje de detenidos lo hicieron. Y no reconocer esa diferencia abismal es
también agraviante para los detenidos-desaparecidos que fueron llevados a realizar trabajo
esclavo, sin por ello identificarse con los represores ni dejar de ser solidarios con sus
compañeros.
En tercer lugar, ese documento es nefasto porque opera una generalización inaceptable en
lugar de habilitar una escucha fina de las voces que desde hace rato están testimoniando a lo
largo y a lo ancho del país, y que nos entregan relatos insustituibles, que echan luz sobre la
singularidad de cada lugar de detención (incluidas las denominadas ‘cárceles legales’).
Citamos:
“En los centros de detención así como en otras experiencias de campos de concentración, la
utilización de personas detenidas para cumplir tareas propias del campo y, entre ellas, también
tareas que implicaban violencia contra otros detenidos, ha sido una práctica constante.” (el
subrayado es nuestro)
“El tipo de actividad que cumplía cada detenido dependía de sus habilidades o conocimientos,
de las necesidades específicas del campo o del mero azar. Esta colaboración se obtenía por
medio de la amenaza constante de muerte y de las torturas que quebraban la voluntad del
detenido. Al colaborador se le concedían ciertos ‘privilegios’ que ayudaban a vencer la
resistencia: mayores comodidades de alojamiento, permisos de salidas para visitar a familiares,
comunicación telefónica con familiares y especialmente el cese de las torturas, y la esperanza
–que sin embargo en numerosas ocasiones no se concretó en los hechos-, de recuperar la
libertad y sobrevivir. Estos privilegios significaban, al menos temporalmente, no estar sujeto al
régimen ‘normal’ de crueles vejámenes y torturas psíquicas y físicas del centro clandestino de
detención”.
¿A qué universo se refiere? ¿Qué experiencias investigadas dieron lugar a estas tesis? ¿Están
incluidos los gulags, Autchwitz, el Servicio de Informaciones, el Estadio Nacional de Chile, La
Perla, las mazmorras de la Inquisición, Automotores Orletti, Guantánamo, Miranda de Ebro,
Boer, la ESMA, Orduña? ¿Son todos lo mismo?
En lo atinente al Centro Clandestino de Detención que nos ocupa (el Servicio de Informaciones
de Rosario), por el que pasamos no menos de dos mil personas, debemos consignar que los
únicos colaboradores fueron los cinco que siempre hemos denunciado, que las
actividades que cumplían eran detener gente, interrogarla y torturarla (¿en base a “sus
habilidades y conocimientos” previos?) y que, por cierto, fueron muy bien recompensados y
quedaron agradecidos con los represores, no quebrando nunca el pacto de silencio, pese al
pedido expreso de familiares de desaparecidos. En el caso de Chomicki- Folch, convitieron
a Feced en su padrino de bodas.
En cuarto lugar, el documento es nefasto porque omite cualquier referencia a la resistencia
que los detenidos-desaparecidos en los Centros Clandestinos de Detención opusimos al poder
omnímodo de nuestros captores, a las estrategias de supervivencia que nos dimos. Citamos:
“He aquí un punto neurálgico de los casos analizados: la realización de una conducta bajo una
presión psíquica insoportable, guiada por el instinto de supervivencia. La alternativa de no
colaborar o de dejar de colaborar implicaba asumir el riesgo cierto de costos altísimos, que se
pagaban con nuevas torturas e inclusive con la vida misma. Cumplir con las órdenes, colaborar
con los captores, era así, un modo de auto conservación.” (El subrayado es nuestro)
Sólo desde la ignorancia o el cinismo puede afirmarse, como regla general, que el ser humano,
guiado por su instinto de supervivencia, como modo de auto conservación, ataca a miembros
de su colectivo de pertenencia, uniéndose a quienes lo destruyen. La supervivencia y la auto
conservación de la vida humana no refieren sólo -ni principalmente- a la defensa de los
órganos del cuerpo, de la vida biológica. No somos cucarachas. Los humanos nos auto
conservamos defendiendo nuestros lazos sociales, nuestros afectos, nuestros rasgos
identificatorios, nuestros ideales, nuestros lugares de pertenencia, nuestros valores, nuestras
representaciones imaginarias acerca de lo que somos y lo que queremos ser. El sentido último
de nuestros actos.
Esa es la vida que defendimos con uñas y dientes en los Centros Clandestinos de
Detención argentinos casi todos los que pasamos por ahí.
No desconocemos que el plan sistemático de exterminio montado por el terrorismo de estado -
que incluyó persecuciones y secuestros, torturas en centros clandestinos, desaparición y
asesinatos de opositores políticos- apuntó a la colaboración. ¿Cómo desconocerlo, si no hemos
hecho otra cosa, mientras estuvimos secuestrados, que resistirnos como pudimos a ese
propósito?
Por último, es nefasto el documento que Ustedes toman como verdad revelada para
fundamentar vuestro desistimiento de inculpar a Chomicki, porque parte de una certeza que
nosotros, disculpen, no tenemos. Parte de la certeza –y busca imponerla a fiscales,
querellantes, abogados, testigos - ¿y por qué no a la opinión pública?- de que estos
colaboradores devinieron tales luego de soportar terribles torturas y a causa de éstas.
¿Devinieron auxiliares de las patotas represivas luego de soportar terribles torturas?
¿Chomicki, por ejemplo? ¿Folch? ¿Brunatto? ¿Ustedes están seguros de eso? No podemos
menos que expresarles nuestra admiración, porque a nosotros, que transitamos esa historia – y
otras tantas historias conexas- no nos queda para nada claro. Y en algunos casos nos
inclinamos francamente por pensar que las cosas ocurrieron de otro modo. Es más, nos
gustaría que estos imputados, en ejercicio de su legítimo derecho a la defensa, puedan volcar
informaciones que contribuyan a esclarecer los sucesos que los involucran. Cuestión que
jamás sucedería si a partir de esa especie de pre-juzgamiento favorable que el citado
documento decreta -y que Ustedes hacen suyo- se les garantizara su cuota de impunidad.
Estimados doctores del la Secretaría de DDHH:
¿Por qué no conversaron con nosotros cuando decidieron cambiar los fundamentos de
vuestra acusación a Chomicki- Folch en fundamentos para no acusarlos? ¿Por qué
tomaron, al margen nuestro, sin ningún tipo de comunicación con nosotros, una
decisión que repudiamos los sobrevivientes del Servicio de Informaciones, que
contradice todos los testimonios prestados en esta causa desde enero de 1984, que va
en contra de la voluntad y la conciencia de los propios querellantes?
Disculpen, pero no queremos que ningún ‘expert’ en Centros Clandestinos de Detención ni en
Leyes venga a decirnos quiénes fueron nuestros verdugos, a contarnos lo que vivimos ni a
imponernos cómo debemos interpretarlo. Llevamos décadas reflexionando acerca de lo que
nos pasó.
Tampoco queremos abrir un debate ético acerca de la colaboración ni acerca de su supuesta
eficacia como estrategia de supervivencia. No porque carezca de interés –que lo tiene y
mucho- sino porque no lo consideramos oportuno en este momento histórico. Y la sala de
audiencias de un tribunal Federal no nos parece el escenario más adecuado. Pero, si somos
llevados a dar el debate, lo daremos.
Estimados doctores de la Secretaría de Derechos Humanos:
Por favor, no nos agredan más. No nos resulta fácil exponernos, brindando nuestros
testimonios en el juicio. Hacerlo, además, frente a seis imputados que fueron algunos de
nuestros verdugos ¡¡¡y que están en libertad!!! No nos agredan con aseveraciones falsas que
nos denigran y echan un manto de sospecha sobre nuestro comportamiento, que no nos
merecemos. Como tampoco nos merecemos que nos traten como seres insensibles que
acusan a sus ‘pobres compañeros’. No lo somos. No somos insensibles. Por el contrario,
hemos dado muestras de solidaridad en los momentos más difíciles y las seguimos dando. Si
acusamos, tenemos nuestras razones. ¿No les parece que sería más correcto escuchar los
testimonios en el juicio antes de tomar semejante decisión?
Lo lamentamos. Lo lamentamos enormemente. Y nos sorprende, realmente nos sorprende.
Les pedimos que desistan de vuestro desistimiento, que sostengan el texto de vuestra
requisitoria. Y de lo contrario, si sostienen Ustedes la postura de no acusar a uno de los
imputados que nosotros acusamos, yendo de este modo en contra de nuestras
estrategias jurídicas y de la verdadera ocurrencia de los hechos, tal como la venimos
denunciando desde siempre, entonces, les pedimos por favor que se abstengan de
ejercer nuestra representación en el juicio.
Esperamos que sepan Ustedes comprender las razones que nos asisten. Hemos sido
discretos, hemos sido por demás de discretos. La actitud que Ustedes asumieron nos obliga a
expresarnos públicamente.
Sólo nos resta esperar que el Tribunal, considerando todas las pruebas ofrecidas, al cabo del
largo proceso que nos aguarda, haga su dictamen, a conciencia y de ser posible, sin presiones.
Marta Bertolino, DNI 10.987 703 sobreviviente, testigo, querellante, esposa de Oscar Manzur
(desaparecido)
Juan Carlos Ramos , DNI 14.981 926 sobreviviente, testigo
Eduardo Seminara, DNI 11.871 085 sobreviviente, testigo, querellante
Azucena Solana, DNI 14.151 889 sobreviviente, testigo, querellante
José Aloisio, DNI 13.502 503 sobreviviente, testigo, querellante
Alfredo Vivono, DNI 11.447 294 sobreviviente, testigo, querellante
Alejandra Manzur, DNI 25. 438 997 sobreviviente, testigo, hija de Oscar Manzur
(desaparecido)
Juan Girolami, DNI 8.524 017 sobreviviente, testigo
Héctor Medina, DNI 12.232 216 sobreviviente, testigo, querellante, hermano de Oscar Medina
(desaparecido)
Carlos Corbella, DNI 4.695 279 sobreviviente, testigo
Laura Ferrer, DNI 12. 720 253 sobreviviente, testigo
Oscar Bustos, DNI 13.077 076 sobreviviente, testigo, hermano de Raúl (desaparecido)
Yolanda Medina, DNI 4.841 098 querellante, hermana de Oscar Medina (desaparecido)
Élida Luna, DNI 6.255 404 querellante, esposa de Daniel Gorosito (desaparecido)
Jorge Rueda, DNI 12.804 804 sobreviviente, testigo
Liliana Gómez, DNI 11.448 023 sobreviviente, testigo
Cristina Bernal, DNI 10.183 877 sobreviviente, testigo
Nicolás Segarra, DNI 13.588 627 sobreviviente, testigo, hermano de Rodolfo (desaparecido)
Teresita Marciani, DNI 5.269 422 sobreviviente, testigo, hermana de Tita (muerta junto a su
bebé, nacido muerto, después de pasar por el S.I.)
María Inés Luchetti,DNI 6.735 413 sobreviviente, testigo,cuñada de Jaime Colmenares
(desaparecido)
María del C. Sillato, DNI 6.377 804 sobreviviente, testigo
Daniel Bas y Mansilla, DNI 13.588 032 sobreviviente, testigo
Stella Hernández, DNI 13.580 362 sobreviviente, testigo
Laura Torresetti, DNI 12.381 968 sobreviviente, testigo
Nelly Ballestrini, L.C 5.565 922 sobreviviente, testigo,esposa de Gregorio Larrosa
(sobreviviente, testigo, fallecido con posterioridad)
Patricia Antelo, DNI 13.588 440 sobreviviente, testigo
Francisco Oyarzabal, DNI 12.522 79 querellante, hermano de José Antonio (desaparecido, caso
Los Surgentes)
Cristina Rinaldi,DNI 12.527 279 sobreviviente, testigo
Félix Manuel López, DNI 6.043 052 sobreviviente, testigo
Élida Deheza,DNI 11.826 312 sobreviviente, testigo
Marcelo Jalil, DNI 10.864 868 querellante, hermano de Sergio Abdo Jalil (desaparecido, caso
Los Surgentes)
Gloria Martínez, DNI 10.410629 esposa de Osvaldo Vermeulen (desaparecido)
Patricia Costanzo, DNI 12.522 771 hermana de Cristina Costanzo (desaparecida, caso Los
Surgentes)
Marcelo Márquez, DNI 16.852 714 querellante, hermano de María Cristina (desaparecida, caso
Los Surgentes)
Jorge Berg, DNI 13.587 390 sobreviviente, testigo
Daniel Gollán, DNI 12.110 173 sobreviviente, testigo
Ángel Florindo Ruani, DNI 12.521 359 sobreviviente, testigo
Enzo Tossi, DNI 6.069 319 sobreviviente, testigo, querellante
Juan Carlos Cheroni, DNI 8.284 649 sobreviviente, testigo, cuñado de Miriam Moro y Roberto
de Vicenzo(desaparecidos)
Mirta Isabel Castelini, DNI 10.538 903 sobreviviente, testigo, hermana de María Juana Castelini
(desaparecida), cuñada de Luis Alberto Esteban (desaparecido)
Luis Cuello, DNI 11.874 122 sobreviviente, testigo
Laura Hanono, DNI 14.704 791 sobreviviente, testigo
Ana María Ferrari, DNI 12.526 348 sobreviviente, testigo
Sonia Contardi, DNI 11.751 851 sobreviviente, testigo, querellante
Olga Cabrera Hansen, DNI 3.243 692 sobreviviente, testigo
Alberto R. Chiartano, DNI 8.445 022 sobreviviente, testigo
Esperanza de Labrador, DNI Es. 7. 985 600 querellante, madre de M. Ángel Labrador
(desaparecido) y de Palmiro Labrador (asesinado); esposa de Víctor Labrador (asesinado);
suegra de Graciela Koatz asesinada)
M. Manuela Labrador,NI Es. 7.846 318 querellante, hermana de M. Ángel Labrador
desaparecido) y de Palmiro Labrador (asesinado); hija de Víctor Labrador (asesinado); cuñada
de Graciela Koatz asesinada)
Rafael Stancanelli, DNI 13.255 272 testigo, hermano de Alejandro Stancanelli (asesinado)
Verónica Torres, DNI 13. 769 795 cuñada de Alejandro Stancanelli (asesinado)
Nota: todos los firmantes estuvimos detenidos-desaparecidos y/o tuvimos un
familiar directo detenido-desaparecido en el Servicio de Informaciones de Rosario.
Al Secretario de Derechos Humanos de la Nación
Dr. Eduardo Luis Duhalde
De nuestra mayor consideración:
Le remitimos este documento y quedamos a su
disposición para conversar respecto de lo planteado, en caso de que Ud. así lo desee.
Sobrevivientes del Centro Clandestino de Detención
Servicio de Informaciones de la Jefatura de policía
ROSARIO
A la Comisión Directiva de la
Liga por los Derechos del Hombre
San Pedro, Mayo 9 de 2011

De mi mayor consideración:
Me dirijo a ustedes en su carácter de mis representantes en el Juicio Oral “Díaz
Bessone y otros s/ homicidio, violación y torturas” Expte 120/2008, que se desarrolla
en la ciudad de Rosario.
Desde los duros días de la dictadura hemos compartido con la Liga y otros organismos
de Derechos Humanos la búsqueda de la verdad, la justicia y el anhelo de juicio y
castigo a los culpables de los delitos de lesa humanidad.
Mi suegra Juani Bettanin y yo, recorrimos junto a muchos familiares distintos foros en
el extranjero, e iniciamos junto a otros sobrevivientes, la causa Feced en Rosario en
diciembre de 1983.
Incansablemente hemos reclamado por la aparición con vida de mis cuñados Jaime
Colmenares, Guillermo Juan Bettanin y Leticia Jones y denunciamos nuestros propios
secuestros y el de mis hijas Mariana y Carolina Bettanin, el nacimiento en cautiverio de
mi hija Cristina Inés Bettanin, y los asesinatos de mi marido Leonardo Bettanin y mi
cuñada Cristina Bettanin el 2 de enero de 1977.
Los avatares de aquella causa Feced ustedes los conocen y hoy nos encontramos al
final de las testimoniales del juicio oral a Díaz Bessone.
Quiero decirles que antes de declarar en este juicio el pasado 30 de noviembre, recorrí
los recortes periodísticos del año 1984 que aún preservo.
Y no sólo en mi testimonio y el de mi suegra, sino en el de casi todos los compañeros
que entonces iniciamos la Causa Feced ,denunciábamos ante los Tribunales
Provinciales de Rosario, a cinco ex – militantes que optaron por pasar a formar parte
del aparato represivo para preservar sus vidas.
Nadie en aquellos días objetó nuestra palabra.
Como tampoco se objetó en la elevación a Juicio Oral de la Causa Díaz Bessone.En
octubre de 2010 se conectaron conmigo compañeras de Rosario y me propusieron
adherir a la carta que se entregó a la Secretaría de DD.HH. de Nación, cuestionando
su desistimiento de acusar a Ricardo Chomicki y Nilda Folch, basado en un dictamen
de la Procuraduría General de la Nación del año 2008.
Adherí y firmé esa carta porque las palabras de la misma, tocaron lo más profundo de
mi alma y fueron un bálsamo para mi añosa soledad sobre estos temas.
Siempre que pensaba sobre esto, me inundaba un profundo sentimiento de injusticia
no reparada.
Me preguntaba ¿por qué no podemos enjuiciar a Nilda Folch, ( la Polaca o Victoria),
por denunciar a los guardias que mi suegra le había pedido un cigarrillo?
A raíz de esta denuncia de Folch, Darío un miembro de la Brigada , pateó y golpeó a
mi suegra, quien se encontraba a mi lado después de haber sido torturada y violada.
Folch también participó activamente en mi interrogatorio la noche en que me
secuestraron, me acusó de mentir y fue la causante de que los policías me pegaran
aún más. Yo estaba embarazada a término.
Después que terminó el interrogatorio vino a mi lado y me contó, lo lindas que eran las
fotos de mis hijas que estaban en mi casa. Estaba vestida con ropa mía, por lo cual
supe que había participado del allanamiento y el saqueo de mi casa.
Me sigo preguntando, ¿por qué no la puedo acusar?
¿Por qué razón no puedo acusar y pedir juicio y castigo para Ricardo Chomicki, (el
Cadi), que fue quien marcó a Marisol Perez Losada en un bar al que ella había ido a
una cita con un compañero?
Esto sucedió en circunstancias en que Chomicki tomaba alegremente un café en ese
bar con miembros de la patota de Feced sin estar en operaciones.
Así nos contó Marisol Pérez Losada su secuestro.
Marisol, hermosa compañera con quien compartí sótano y lágrimas y aún hoy no
sabemos qué hicieron con ella, quien la mató, donde la enterraron.
Baravalle lo sabía y Folch y Chomicki lo saben.
Como también saben quien se llevó a Alicia Tierra, embarazada de cuatro meses y
dónde y cómo la mataron.
¿Por qué no podemos acusar y enjuiciar a quienes, eligieron formar parte del enemigo
y en esa condición, no como víctimas, picanearon, golpearon y enterraron compañeros
en el Servicio de Informaciones de Rosario?
¿Por qué no podemos demandarlos por años de pacto de silencio con las fuerzas
represivas?
Jamás ninguno de ellos colaboró para encontrar a ningún compañero, ni muerto, ni
desaparecido.
Ningún familiar tuvo una sola palabra de ellos sobre el destino de sus seres queridos.
La complicidad les dura hasta hoy.
Por eso me parecen muy justas las palabras de la Carta Abierta a la Secretaría de
DD.HH de la Nación , cuando dice que no queremos que ningún "expert" en campos
de concentración nos venga a decir qué tenemos que pensar ni decir o hacer.
Nosotros estuvimos allí.
Sé que la memoria es una construcción social, y por lo tanto un territorio de conflicto.
Lo que no puede admitirse es que esta conflictividad implique no dar cuenta siquiera
del pedido de justicia que los sobrevivientes del Servicio de Informaciones de Rosario
realizamos respecto de Nilda Folch y Ricardo Chomicki en este juicio.
Tengo muy claro que lo que se está juzgando son delitos de lesa humanidad,
perpetrados por un aparato represivo que instrumentó el Terrorismo de Estado para
eliminar la resistencia a la dictadura militar. Folch, Chomicki, Brunato y Baravalle
decidieron formar parte de él.
Me sigo preguntando: ¿aplican ustedes a estos casos la Obediencia Debida contra la
cual tanto hemos luchado?
Nuestras estrategias de supervivencia y resistencia, en la inmensa mayoría de los
sobrevivientes del Servicio de Informaciones de la Jefatura de Policía de Rosario no
incluyeron la eliminación de nuestros compañeros para preservarnos.
Resistimos colectivamente desde el amor, la solidaridad, la comprensión y las
convicciones políticas, religiosas y morales que cada uno tuvo.
Y elegimos, aún en las peores condiciones, no sobrevivir a cualquier precio.
Entiendo que esta es una etapa más por la defensa de la dignidad de nuestra lucha y
la de los compañeros que ya no pueden hablar.
Por ello, tampoco acepto que se tienda un manto de sospecha generalizado sobre
nuestras conductas, en el sentido que marca del Dictamen de la Procuraduría cuando
señala que “todos de alguna manera colaboraban.”
Porque no ha sido así durante mi cautiverio en el Servicio de Informaciones ni en la
Alcaidía de la Jefatura de Policía de Rosario.
Adjunto a la presente un pequeño resumen de algunos testimonios de compañeros
que han declarado durante el juicio sobre el comportamiento de Folch, Chomicki,
Baravalle y Brunato.
Para finalizar propongo que la Liga , así como lo ha hecho Familiares, den libertad de
acción a cada equipo legal, sin presiones sobre ellos, porque no todos los campos de
concentración han sido iguales.
Nuestras abogadas han escuchado y compartido cada uno de nuestros testimonios, y
tienen la cabal dimensión de lo que ha significado para todos los testigos y
querellantes desnudar situaciones que muchos, ni siquiera habían hablado con sus
hijos.
Tanto dolor necesita una digna reparación.
Por todo lo expuesto les solicito consideren escuchar y respetar mi voz, que se une a
la de muchos sobrevivientes del Servicio de Informaciones de Rosario, en tanto estoy
realizando una petición concreta.
Y en consecuencia instruyan a sus abogadas (que son también quienes llevan
adelante mi querella particular) para que acusen a todos los civiles, militares y
eclesiásticos del Comando del Segundo Cuerpo de Ejército de Rosario y del Servicio
de Informaciones de la Jefatura de Policía de Rosario, sin exclusiones de ninguna
clase.
De lo contrario, debo pedirles que se abstengan de acusar en mi nombre al momento
de alegar.
Sin otro particular, y esperando que coloquen los deseos de los sobrevivientes, a los
que dicen representar, por sobre cualquier política coyuntural, los saluda atentamente,
María Inés Luchetti D.N.I. 6.735.413
Sobreviviente del Servicio de Informaciones de la Jefatura de Policía de Rosario
2-1-77-al 11-10 de 1977.
Solicito aviso de recepción de esta carta.
El 18 de mayo de 2011 11:20, María Inés Luchetti < Esta dirección de correo electrónico está protegida contra robots de spam. Necesita activar JavaScript para poder verla >
escribió:
Estimados: Como verán he intentado mandar esta carta desde el 9 de mayo. Espero
esta vez tener acuse de recibo de la misma.
Pero quiero agregar a mi carta algunas reflexiones, que a partir de vuestra falta de
respuesta y de la postura que ha adoptado la Liga en la causa Díaz Bessone , he
realizado en estos días.
Las mismas me han retrotraído a los días durante los cuales muchos familiares y
organismos como Madres de Plaza de Mayo, Familiares, Abuelas, APDH, miembros
de los COSOFAM de distintas partes del mundo, deambulábamos por los pasillos y
oficinas de las Naciones Unidas en Ginebra para la Asamblea General del mes de
febrero de 1980.
Como miembro de COSOFAM Madrid y como militante Montonera asistí a una reunión
en casa de compañeros que residían en Ginebra a la que también asistieron
infatigables y entrañables luchadores por los DD.HH. como Lucas Orfanó, Catalina
Guagnini, Fidel Toniolli. Discutíamos entonces las estrategias para lograr la condena
de la ONU a la Dictadura Militar en Argentina.
Nos encontrábamos entonces con la postura contraria de parte de la Liga y del Partido
Comunista Argentino a pedir la condena a la Dictadura Militar porque en aquellos días
la ex-Union soviética no quería condenar a la Dictadura debido a que, a través de ella ,
conseguían el trigo que EE.UU les negaba por el enfrentamiento Este-Oeste.
Una triangulación económica que debía a cambio, acallar las voces de condena a la
Dictadura argentina. Voces que provenían de los que habíamos sobrevivido a los
centros clandestinos de detención, de madres y padres que buscaban a sus hijos,
nuestros compañeros, y de países que habían sufrido el terrorismo de estado en su
patria y entendían nuestros reclamos como justos.
Pudo más en aquella oportunidad el poder económico que nuestro dolor.
Me pregunto hoy, ¿qué intereses se están defendiendo cuando se nos niega a los
sobrevivientes del Servicio de Informaciones de la Jefatura de Policía de Rosario y a
nuestras abogadas pedir la condena de quienes DECIDIERON formar parte del
aparato represivo, tuvieron sus misma prácticas y aún hoy no se han arrepentido y han
dado una palabra que nos pueda guiar a saber dónde están y qué pasó con tantos
compañeros desaparecidos y muertos en ese centro clandestino?
Ricardo Chomicki, Nilda Folch y Brunatto, nos DEBEN la vida de muchos de ellos y
han mantenido el mismo pacto de silencio que los militares y policías que acusamos.
Espero sinceramente que la Liga reflexione junto a nosotros estos temas y veamos la
manera de que finalmente la Justicia los alcance a todos.
Atentamente,
María Inés Luchetti
San Pedro,
18 de mayo de 2011
PARA:María Inés Luchetti
Mensaje marcado miércoles, 18 de mayo de 2011 11:33
Estimada compañera
Tal como ud. pide, acusamos recibo de vuestra atenta
Las razones que nos mueven a sostener un discurso jurídico político coherente y único
en todo el país, en todos los juicios, por todos los casos, han sido expuestos
largamente en dos documentos que les enviaré en la próxima carta
con afecto verdadero
josé schulman
secretario de la Liga
DE:María Inés Luchetti
PARA:Liga Arg Derechos Hombre
Mensaje marcado miércoles, 18 de mayo de 2011 13:01
Señor José Schulman
Le agradezco el envío de los documentos de la Liga. Ya los conocía y obviamente,
discrepo absolutamente con vuestros principios filosóficos y políticos, porque siguen
sin escuchar nuestras voces.
Les pregunto¿ han leído las declaraciones de los sobrevivientes del Servicio de
Informaciones de Rosario durante el juicio?
En absolutamente ningún testimonio encontrarán ustedes ninguna palabra sobre
compañeros que hayan sido quebrados en la tortura. Y todos y cada uno de los que
estuvimos en ese centro sabemos como fue el circuito de secuestro-tortura-delación
implementado por las fuerzas represivas.
Y sobre ello hemos tendido un manto de comprensión y piedad, porque sabemos el
dolor que aún llevan sobre sus corazones los compañeros que padecieron estas
situaciones.
Pero también sabemos y nos consta que han sobrellevado esta carga, con vidas
dignas,denunciado los horrores vividos y a los culpables del Terrorismo de Estado, a
los grupos económicos que pergeñaron el golpe de Estado, a los miembros de la
sociedad civil, a los eclesiásticos , periodistas, que apoyaron todas las políticas de la
Dictadura Militar.
Ustedes tienen una actitud tan autoritaria que da miedo.
Lamento profundamente que me representen y con hondo pesar, me hago cargo de
mi decisión tardía de comparecer como querellante en esta primera parte de estos
juicios.
Hubiese evitado estar en esta situación de indefensión frente a ustedes, que parecen
tener la verdad revelada.
Cuando logren su objetivo de dejar en libertad a Chomicki , Folch y Brunato tendrán
todo mi repudio y si con el tiempo estos sujetos vuelven a operar contra algún
compañero testimoniante, la autocrítica que deberá hacerse la Liga será tardía...como
lo fué respecto de sus posturas durante la dictadura.
Les reitero mi terminante negativa a que ustedes aleguen en mi nombre en la causa
Díaz Bessone.
Sin más, María Inés Luchetti
c.c. a los organismos de DD.HH.
Adhesiones reibidas a la carta abierta enviada por los
Sobrevivientes del Centro Clandestino de Detención Servicio de
Informaciones de la Jefatura de policía de ROSARIO
a la Secretaría de los Derechos Humanos de la Nación

ADHERIMOS EN TODOS SUS TÉRMINOS a la “CARTA ABIERTA A LA
SECRETARÍA de DERECHOS HUMANOS de la NACIÓN” que los sobrevivientes
y/o familiares de desaparecidos del Centro Clandestino de Detención “Servicio de
Informaciones” de la Jefatura de Policía de ROSARIO, presentaron el 9 de
septiembre pasado, y que al día de hoy cuenta con cincuenta firmantes, todos ellos
testigos (y muchos querellantes) en el juicio “Díaz Bessone, Lofiego, Marcote,
Vergara, Scortecchini y Chomicki por secuestros, torturas , homicidios y asociación
ilícita”. Los firmantes de esa carta son personas reconocidas por su lucha sostenida a
lo largo de todos estos años en busca de verdad y justicia, acreedores de nuestro
máximo respeto.
Consideramos altamente preocupante la decisión tomada por esa Secretaría, a
espaldas de las víctimas, de retirar la acusación a uno de los imputados en el juicio, el
colaborador Chomicki, decisión que va en contra de todos los testimonios vertidos en
la Causa Feced desde enero de 1984 y de la voluntad expresa de los sobrevivientes,
que son los únicos que nos ofrecen un relato verdadero de lo ocurrido en ese C.C.D.
Y no menos preocupante es el contenido del documento de la Unidad Fiscal Nacional
en el que se funda el desistimiento de la acusación. Ese documento, al que los propios
sobrevivientes tachan de falso y ofensivo, hace una descripción del comportamiento
de los detenidos-desaparecidos en los campos de concentración argentinos tendiente
a instalar la idea de que la colaboración de los detenidos era una práctica frecuente
(en la que estarían comprendidos los delitos cometidos por Chomicki, Folch, Brunatto,
Baravalle y Porta). Con seriedad la “Carta abierta” demuele cada una de tales
aseveraciones, párrafo por párrafo, demostrando su inconsistencia y su falsedad, y
destacando la resistencia que la inmensa mayoría de los detenidos-desaparecidos
oponían a la búsqueda de colaboración en los campos. Con justicia los firmantes
piden que no los agredan más con aseveraciones que los denigran y a las que
consideran una infamia. Pedido que hoy todos nosotros queremos acompañar, junto
con la sugerencia de que la Unidad Fiscal revea el mentado documento, que está
reñido con la verdad histórica.
Respetuosamente nos dirigimos a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y
al Ministerio Público Fiscal para solicitarles que revean, además, su posición en el
juicio, respetando la voluntad y la decisión de las víctimas, protagonistas y actores
imprescindibles , que iniciaron esta causa ni bien comenzó la democracia, y sin cuyos
valiosos testimonios directamente no habría juicio.
Liliana Ventura, DNI 10431960, Máximo Paz (Santa Fe, Argentina)profesora de Ed. Física
Raúl Postiglione, DNI 10866179. Esta dirección de correo electrónico está protegida contra robots de spam. Necesita activar JavaScript para poder verla "
Alicia Giorgetti, DNI 6407042 Rosario (Santa Fe, Argentina) docente
Guillermo Pieli, DNI 11791471 Venado Tuerto (Sta. Fe. Argentina) profesor de química
Alberto Chiavarino, DNI 8375508 Máximo Paz (Sta Fe, Argentina) Ingeniero Agrónomo
Postiglione Eugenia, DNI 34.820.851 Rosario (Sta. Fe, Argentina) Estudiante
Maderna Carlos, DNI 8364636 Rosario (Sta.Fe, Argentina) Ingeniero Agrónomo
Javier Canossa, DNI 25007729 Rosario (Argentina) Abogado
Haagen Elena Beatriz, DNI 5980412.Villa Constitución (Argentina) Docente
Aria Isabel Diviani, DNI 12381803 (Argentina)
ASAMBLEA PERMANENTE POR LOS DERECHOS HUMANOS DE ROSARIO
Norma Ríos, Presidenta
María del Carmen Martínez- Florencia Delnegro – Adrián Galarza- Matilde Gatti- Marta Maders-
Eliana Masegosa por Mesa Directiva
Manuel Del Fabro, DNI10956716 Las Toscas (Santa Fe, Argentina) Contador Público
Agustin Roberto Vidal Valls, DNI 10.7789.923
Claudia Abraham, DNI 16.674.107, Sec Supl. Prensa AMSAFE (Rosario, Argentina)
Marta Scarpato, CI 4.721.874 (Bs As, Argentina)
Carolina Bettanin, DNI 24.710.087 (CABA, Argentina)
Sandra Elisabet Frisch San Pedro (Bs.As. Argentina) Lic. Comunicación Social
Carlos Reynoso, DNI 12520166 (Rosario, Argentina)
Juan Carlos Bettanin, DNI 8508297 (Sta Fe, Argentina) Periodista
Alicia Pongetti, DNI 11858425 (CABA, Argentina) Docente
Gabriel Jiménez, DNI 1651195 (Sta. Fe, Argentina) Psicólogo Social
Mariana Bettanin, DNI 24.710.086 (Bariloche - Río Negro, Argentina)Lic. Comunicación Social
Allende Maria I, DNI 16935521 Rosario (Sta Fe, Argentina) Psicologa
Miguel Á. Moskat, DNI 10594761 (Rosario, Argentina)
Laura Giussani, DNI 14.198.982 periodista
Liliana Milicich, DNI14.228.950 (Rosario, Santa Fe, Argentina) Psicóloga y testigo
Alejandra Benz, DNI 29.985.542 (Rosario, Santa Fe, Argentina)
Nadia Davidovich, DNI 35.585.797 (Rosario, Santa Fe, Argentina)
Mariana Brebbia, DNI 21889248 (Rosario, Santa Fe, Argentina) Psicoanalista
Silvia T. Ambrosini, DNI 16651385 (Rosario, Santa Fe, Argentina) Psicóloga
Sergio Martiren, DNI 8.445.306 (Venado Tuerto, Argentina)
Fernando J. Gómez, DNI 25648448 (Rosario, Santa Fe, Argentina)
Nora Alesso, DNI 11858406 (Rosario, Santa Fe, Argentina) Docente
Guillermo Calluso, DNI 21041057 (Rosario, Santa Fe, Argentina)
Juliana Lacour, DNI 23863786 (Rosario, Santa Fe, Argentina) Psicoanalista
Monica Gangemi, DNI 14287009 (Rosario, Santa Fe, Argentina)
Laura E, Figueroa, abogada querellante desde 1983 - miembro de la Agrupación Tucumana
contra la Impunidad (ATCI).
Graciela Roselli, DNI 22954442 (Rosario, Santa Fe, Argentina) psicoanalista
Fernando Rule, DNI 10274504 (Mendoza, Argentina) electricista
Ricardo Javier Lama, DNI 18.074.731 (Funes, Argentina)
Juan R. Arguello Asociación Bancaria Seccional Buenos Aires (Argentina)
Ex Presos Políticos de la Provincia de Mendoza
Carlos E Reynoso
Víctor Hugo Salami, DNI 11.723.030 sobreviviente, testigo.
Victorio Paulón sobreviviente, testigo. hermano de Pedro Paulón (desaparecido)
Diana Comino, DNI 11.271.715 sobreviviente
Marta Corbalán, DNI 5.812.975 sobreviviente
Hugo Cheroni, DNI 5.077.204 sobreviviente, testigo
José E. Busaniche, DNI 11.061.590 querellante, hermano de Susana María y de Graciela María
Busaniche ( desaparecidas)
Elsa B. Capuchinelli, DNI 10.431.995 querellante, cuñada de Susana María y de Graciela María
Busaniche (desaparecidas)
Virginia Molina, DNI 13.509.001 sobreviviente, testigo
Francisco J. Reydó, DNI 11.673.831 sobreviviente, testigo
Adriana Beade, DNI12.313.987 sobreviviente, testigo
 
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