Por Rodrigo Romero Bazterrica

La semana pasada hablábamos de la importancia del cambio generacional que se está produciendo en la política en general y, en la presentación de las listas a precandidatos y candidatas, en particular. Fundamental para el microclima de la política, pero por sobre todo, para el país. Que lo jóvenes de las diferentes fuerzas se involucren es un paso adelante en comparación con mi generación, que fue la atravesada por el menemismo. Si digo vaciada de ideales, vamos a estar todos de acuerdos, ¿o no?
Ahora bien, haciendo un análisis un poco más profundo del desempeño, empezamos a ver situaciones particulares que, a priori, son alarmantes y marcan claramente la visión de ciudad que se tiene puertas adentro de cada espacio político.
Que las y los candidatos de Juntos solamente se muestren escuchando a los vecinos en el microcentro de la ciudad (tranqui, incluye a La Plata Soho), no solo habla de una visión sesgada de lo que es la ciudad, sino que también marca la cancha de quiénes son platenses para esta fuerza y quiénes no.
No es casual, no es grato. No es lo mismo hacer la presentación de tu lista en el hotel más moderno de la ciudad, que en una fábrica. En uno de los countries más importantes de City Bell, que en un teatro.
Contrasta mucho que mientras unos y unas están en 5 y 53 repartiendo volantes, otros y otras se encuentran pateando los barrios de la periferia y visibilizando una ciudad colmada de realidades distintas y olvidadas.
Todo mensaje es político, y lo reafirmó Julio Garro en su discurso de presentación de las y los precandidatos, cuando destacó que el espacio busca “seguir transformando la realidad de la ciudad”
Entre sus dichos y sus hechos, hay un sinfín de platenses que están afuera… Hola, si vivís casi bordeando el casco urbano, no sos parte. Ni te cuento si vivís en la periferia.
Hablando de políticas de gestión y de visión de país post pandemia, luego de las elecciones comienza el segundo tiempo del partido (el primer tiempo lo dirigió Mauri y nos dejó peor que el 5-0 de Colombia). La sociedad espera una señal firme y clara que, de una buena vez por todas, aborde sus problemáticas: infraestructura, trabajo, educación, vivienda. No hay margen para correrse de esos objetivos.
El país ya no soporta un 50 % de pobres, y ni hablar de generaciones de pibas y pibes sin futuro.
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¿Y si una de las aristas para sacar a los pibes y pibas de la pobreza es crear una fuerte política deportiva en el país? Quizás los triunfos del vóley, del rugby seven, del hockey y de muchas más disciplinas olímpicas, se den con mayor asiduidad.