Generando cambio

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Esperanza (Santa Fe) PDF Imprimir Correo
Escrito por Miguel Bayardi   
Miércoles, 04 de Abril de 2012 11:17
PALABRAS DE ANA MARÍA MEINERS
Desde diciembre del año 2000, cuando se promulgó la Ley Nacional que establece a esta fecha como el “Día del Veterano y de los Caídos en la guerra en Malvinas”, los argentinos expresamos nuestro más sentido recuerdo y homenaje a quienes participaron y ofrendaron su vida en el intento de recuperar las islas Malvinas para la Nación Argentina, en el conflicto bélico iniciado el 2 de abril de 1982.
En este día tan especial creo procedente repasar y compartir, brevemente, algunos aspectos de nuestra historia para establecer el contexto y la profunda dimensión que tiene el reclamo constante de soberanía sobre las Islas Malvinas y el Archipiélago Austral que la República Argentina propone en los organismos internacionales desde hace muchos años. Las Malvinas fueron descubiertas en 1520 por la nave San Antonio, uno de los barcos de la expedición de Magallanes; y según la delimitación de tierras de las bulas papales de aquél entonces, las islas pertenecían a España.
Sin embargo, y a pesar de eso, navegantes ingleses, holandeses y franceses llegaron a las islas, en diversas oportunidades. Así, en 1690 un barco de la marina británica navegó por el estrecho de San Carlos, que separa las Malvinas, y lo llamó estrecho de Falkland.
Más tarde, en 1764 hubo una ocupación francesa que fundó el puerto de San Luis en la isla oriental, pero debió finalmente ser entregado a los españoles tras una serie de protestas y reclamos. Entonces, los españoles bautizaron al lugar como Malvinas.
No obstante, en 1765 una expedición inglesa llegó a las islas y las denominó islas Falkland. Esa ocupación no duró mucho, porque en 1770 las fuerzas de ocupación inglesas fueron desalojadas por España, que había reclamado la soberanía de las islas por la vía diplomática.
Con el tiempo, en 1776, cuando se creó el Virreinato del Río de La Plata, las islas Malvinas se incluyeron en el territorio de la gobernación de Buenos Aires y pasaron a depender de ella. De esta manera España -desde 1774 hasta 1810- nombró los sucesivos gobernadores para el archipiélago, pero aún después de ese año las islas siguieron bajo la jurisdicción de la gobernación de Buenos Aires.
Finalmente, en 1820 la fragata Argentina La Heroína fue enviada a Malvinas para tomar posesión definitiva de las islas. Recordemos que en 1816 se había proclamado formalmente la Independencia nacional. Por eso en 1825 se produjo un hecho significativo que hoy parece olvidado: Gran Bretaña reconoció la independencia Argentina y no reclamó las islas.
Luego en 1828 el gobierno de Buenos Aires otorgó a Luis Vernet, en concesión, el Puerto Soledad para que construyera una colonia. Para ello, llevó a cien gauchos e indios de las pampas, hábiles en la cría de ganado; y posteriormente en 1829, Vernet fue nombrado gobernador de Malvinas.
Pero ese mismo año Gran Bretaña reclamó su derecho de soberanía sobre las islas, adjudicándose su descubrimiento; y en 1833 esa nación tomó las Malvinas bajo su dominio, expulsando a las autoridades criollas. Desde entonces, la Argentina no ha dejado nunca de reclamar su soberanía sobre el archipiélago.
Así llegamos al 2 de abril de 1982, cuando el gobierno militar de entonces, decidió tomar las Malvinas por la fuerza, iniciando una corta pero sangrienta guerra. El resto es más o menos conocido: el gobierno inglés envió enseguida una gran flota hacia el Atlántico sur para recuperar las islas; y los combates terminaron con el triunfo inglés el 10 de junio de ese año. Las islas volvieron al dominio británico y desde entonces se amplió la presencia militar en el archipiélago y se fomentaron actividades destinadas a la extracción de recursos y reservas económicas en la región.
También, las autoridades del gobierno usurpador de las islas han modificado la condición en que revistan los habitantes del archipiélago según la perspectiva británica, y -por ejemplo- en 1985 concedieron a los malvinenses una constitución. De acuerdo con esa constitución, otorgada unilateralmente por los británicos, las islas Georgias del Sur y el grupo de las islas Sandwich del Sur, que forman parte de la provincia argentina de Tierra del Fuego, han sido transformadas en un protectorado colonial, separado de las Islas Malvinas.
Esta situación -actualmente repudiada por muchos países del mundo y organismos internacionales- fue descripta en toda su magnitud por nuestra Presidenta cuando afirmara recientemente que “es un anacronismo que en el siglo XXI se sigan manteniendo colonias; hay sólo 16 casos en todo el mundo, y 10 de ellos son de Inglaterra”.
Quería compartir con ustedes esta simple e incompleta cronología de la historia de Malvinas por una sencilla razón: no se puede comprender, reclamar o defender, lo que no se conoce. Entre otros aspectos, esa fue una de las primeras consecuencias de la llamada “desmalvinización” que padecieron quienes participaron en la guerra del Atlántico Sur junto a la población argentina, pero que tuvo como objetivo principal evadir las responsabilidades de quienes tomaron la trágica decisión -a nombre del pueblo argentino- de apelar al uso de las armas para dirimir por la fuerza, el derecho soberano de nuestro país sobre el archipiélago de Malvinas.
En tal sentido, la Presidenta anunció recientemente la firma del decreto número 200 que desclasifica el documento conocido como Informe Rattenbach sobre el desempeño de los militares durante el conflicto y la próxima presentación contra Inglaterra ante las Naciones Unidas.
Hoy vemos, como la sociedad en su conjunto aprendió en todos estos años -con mucho dolor y sufrimiento- la diferencia sustancial que tiene la democracia por sobre cualquier autoritarismo; y sobre la inviabilidad de dirimir cualquier conflicto a través de la violencia y de la guerra. Porque la razón soberana de los pueblos no puede ser ejercida jamás desde la guerra, que es la expresión máxima de la intolerancia y la barbarie practicada contra la condición humana en su conjunto.
Por todas estas cuestiones estamos hoy, aquí, en que ofrecemos -con profundo orgullo y agradecimiento infinito- el máximo reconocimiento de toda la comunidad a nuestros veteranos y caídos en el Atlántico Sur que con su máxima entrega y valor en aquellas trágicas jornadas defendieron y lo siguen haciendo, la soberanía nacional sobre las Islas Malvinas.
¡Porque las Malvinas fueron, son y serán argentinas!!!... ¡Viva la Patria!!!
 
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